sábado, 25 de febrero de 2012

MEGAFAUN + PETIT EN DIRECTO: LA HISTORIA JAMÁS CONTADA. Sala Apolo La [2] 21/2/2012





El martes pasado sucedió!! Por fin pude ver aquel rayo verde del que hablaba hace siete años nuestro viejo amigo Antonio Luque; y sucedió tal que así , por sorpresa y sin esperarlo.
No había planes ni coartadas , de echo el plan se urdió de día para otro y sin previo aviso. Txarls lanzó el guante hace un mes escaso y la cosa quedó así , aparcada y medio adormecida. No era desidia , todo lo contrario; la oferta de estos meses de Febrero , Marzo y Abril es tan abundante , que escoger el concierto al que acudir se las trae: Megafaun , Low , Mark Lanegan , Tindersticks , Jonathan Richman... la verdad es que es para meditarlo.
Pero las cosas a veces suceden así y para que engañarnos , la improvisación suele tener casi siempre ese ingrediente de emoción. A no ser de que seas uno de esos que funcionan a base de agenda y planing , por raíles por así decirlo.
Lo angustioso del tema , es intentar pasados los días describir la noche sin caer en la repetición de sensaciones. Porque los allí presentes (Txarls , José Luis y el menda que junta letras); cuando ya llevábamos allí un buen rato , y conseguimos que alguien del público nos hiciera callar la verborrea impertinente: Crucemos miradas vidriosas , con aquellas caras entre lo placentero y emocionados , como lelos farfolleros; algo así como la cara de Patricio (sí sí , aquel estúpido personaje de Bob Esponja que está en un constante encantamiento). Sí creo que en ese preciso instante nos estaba atravesado el alma ese fantástico rayo verde.
Y así me veo yo ahora , queriendo dar... no se , la versión no contada del asunto. Porque intentar emular al trapecista suicida en una versión insuperable ya contada en la bitácora de  Txarls , se me hace bastante difícil.
Tenía pensado urdir una historia esperpéntica de robos y carreras pero al final esto es lo que salió , un esperpento sí , o algo parecido.

Sobre las ocho de la tarde me dejé caer , serpenteando por la Ronda Litoral hacia Barcelona. Al llegar al barrio del Poble Sec parecí adentrarme en un barrio sitiado por la policía; no se si animados por el hedor a sangre que llegaba desde los altercados de Valencia. Fue el preciso instante en el que un acojone se apoderó de mi , pues para que engañaros , desde que en tiempos inmemoriales; aquellos en los que recorría Barcelona con mi viejo Talbot Horizon de segunda mano plagado de pegatinas de The Smiths , Jesus & Mary Chain y Joy Division. Siempre adolecí un atractivo fatal por las grúas municipales furtivas , y bueno no sé , en general cuando acudo a cualquier evento que despierta cierta ansia en mi interior , siempre pienso que sobre mi cabeza se ciernen todo tipo de desgracias: Como la de dejarse la entrada en casa , equivocarse de sala , llegar tarde con las entradas agotadas , o vete tu a saber que paranoia de una mente enfermiza como la mía.
Extrañamente no fue así , llegué incluso el primero aunque esa idea no fuera del todo cierta hasta el momento de despejarla con varias llamadas de teléfono a mi colega Txarls; si nene convencete , esta va a ser la primera vez en tu vida en la que hay alguien más impuntual que tú.
Pero como la impuntualidad no nos iba a aguar la cercecita de rigor , allí que nos fuimos al bar más cercano a hidratar nuestros gaznates. Entender que cuando unos tipejos de nuestra calaña se ven de higos a brevas , no van a prescindir de la oportuna charrada; además , como somos tíos de lengua vivaz , nos dio tiempo en media hora de hablar: De las letras de nuestros grupos preferidos , de nuestro Inglés del Príncipe Gitano , de cine , de nuestros respectivos blogs , de Porkys , de Fernando Esteso y hasta de Peter Sellers.

En un primer momento pensé en tejer una historia alternativa en la que , aprovechando mi visita a los urinarios. Txarls & co. Me robaban la cartera , se largaban y me tenía que colar en la sala por el patio de luz; pero tal hipótesis no me daba “chance” para hilvanar el resto de la historia. Así que no , no me robaron la cartera , de todos modos yo ya había comprado la entrada mientras los esperaba , así que no , la historia no hubiera tenido sentido y habría desembocado en una trifulca dentro de la sala; aunque bien mirado... igual podía conectarlo con una pelea a lo Wild Side History , ya sabes entre Jets y Tiburones. No... pero no , Folk espacial y pelea de bandas no queda nada bien , desechado.

Ya dentro de la sala con el set del señor PETIT comenzado. La pequeña sala anexa al mítico Apolo estaba poblada en su justa medida por más público del que uno se esperaba; no es que el pequeño Apolín sea grande exceso , pero para ser sincero no esperaba que acudiera tanta gente a ver a los “Carolinos”.
La sala Apolo programa una serie de conciertos llamados “Caprichos del Apolo” , donde estos primeros meses del año van ha pasar o han pasado músicos tan distintos como: Papercuts , Robin Guthrie (ex Cocteau Twins) , Oláfur Arnalds , Manos de Topo , o como la de ayer con el magnánimo Robyn Hitchcock presentado su precioso último disco.
Así que contagiados por los pocos caprichos que nos da la vida , allí nos juntemos las tres Marías , tan diferentes los unos de los otros y tan semejantes en el fondo: José Luis absorto ante lo que parecía ser una experiencia Huevo Kinder , pues jamás los había oído (sospecho que Txarls lo intimidó , chantajeo y le dijo que yo sería una bella damisela) , Txarls que parecía ser el que tenía mejores tablas en el imaginario mundo de Megafaun , y yo con mi primer cubata de Havana con cola , dispuesto a emborracharme y entrar en ese mundo por la vía más psicodélica.



Sobre el escenario el señor JOAN CASTELLS o PETIT para los amigos , rasgaba él su guitarra empujado por una rabia interna inusual. Las canciones sonaban crudas y directas , como su discurso entre tema y tema; y es que como le comentaba a Txarls: Plantarse sobre un escenario armado tan solo con una guitarra y dirigirse al público sin caer en el chiste fácil , no es que tenga mérito , es que hay que echarle arresto.
 
La cosa funcionó puesto que si en su último trabajo del Mallorquín afincado en Barcelona “ The Black bird daisy”; las canciones suenan más remansadas y preciosistas , en directo con el peso del acústico sobre sus espaldas son espoleadas sin vergüenza por una innata pasión bastante más árida. Sin rubor demandó el abandono del inmovilismo , animando sin cuartel al público en una especie de aperitivo de lo que iba a ser el resto de la noche. La verdad es que tras escucharlo se nos abrió el apetito y el anhelo de poder disfrutarlo en un futuro cercano con la banda al completo.

Al instante aparecieron el trío reconvertido en cuarteto , con un Nick Samborn escorado a la derecha , bajo en ristre. Mas al fondo y a la izquierda Joe Westerlund armado con su batería y unas maracas , y al frente y en primera línea de tiro el desgarbado Bradley Cook y su sonriente hermano Phillip Cook; estos últimos con una estética más pulcra y refinada , como si con ello quisieran transmitirnos la misma sensación de su último trabajo. Momentos antes los vimos pasar frente al bar donde el trío calaveras consumíamos nuestras cervezas; en procesión y saludando con una amplia sonrisa al personal. 

Sonaron los espaciales acordes de Heretofore de su anterior entrega: Un inicio ascendente , que en unos minutos y precedido por los primeros gemidos de la platea; nos levantó en volandas para que el resto de la velada fuera ya hasta el final un viaje panorámico de altos vuelos. Petit debió ser el visionario piloto de la noche , pero que duda cave que la banda de North Carlolina echaron el resto. Su principal arma de juguete son las armonías que rezan como Folk , pero que en realidad picotean en infinidad de recuerdos: Esas percusiones que evocan al Jazz mamado en su juventud donde se conocieron , los arpegios vocales que hacen de todos una comuna inseparable , y que te sumergen de inmediato; y esos vigorosos quiebros hacia la experimentación y la psicodelia , que en ocasiones nos proponen recordar a los The Church más bucólicos o a Beulah.
Sobre el escenario no había cabida para todo el acompañamiento que figura en su último disco: Trombones , Violines , Saxos o Trompetas , pero tampoco se echaron de menos. Puesto que estos alegres muchachos suenan tan perfectamente engrasados como aquellas viejas locomotoras a vapor.
La sintonía con el público allí presente fue tan recíproca como el repertorio , donde sería posiblemente muy difícil decantarnos por alguna en concreto. A mi personalmente me encantaron como sonaron: “Kauffman's Ballad” , “Resurrection” , “Scored” , “The longest day” o la tremenda “Carolina Days” en voz del risueño Phillip.

A esas horas de la noche sin saber bien si lo que fluía por mis venas era el alcohol del Ron de caña o el flujo constante de la música. En la lejanía y con la perspectiva de observar que todo cuadra , todo encaja; como un rompecabezas o una enorme coctelera donde todos los ingredientes: Público , banda y repertorio se mezclan homogéneamente y dan un extraño licor al que no vale la pena buscarle el secreto , es así , sencillo; el motivo no importa.

Perdí por un momento de vista a Txarls , y cuando alcé la vista ya se hallaba medio flotando sobre el público , a mi lado José Luis permanecía a la espera de poder fumar , hipnotizado: Los ojos clavados y petrificado mientras agarraba firmemente mi tejana , como poseído por un terror placentero. Yo sonreía con la baba colgando , sin poder parar de hacer instantáneas; quizás intentando capturar con mi cámara todo aquello que se pudiera escapar de mi memoria.
Y así transcurrió la noche , cualquier historia pudo o no pudo ser realidad. Pensé en convertir aquella inolvidable noche en una aventura extraña e inaudita; pero la realidad superó de tal manera a la imaginación , que la verdadera ficción fue tan solo producto de saber que estas en ese preciso instante , disfrutando de algo grande. Ese tipo de momentos en los que la avalancha de sensaciones no te dejan asimilarlas , y para ello debes ir dejando pasar los minutos , las horas y los días; para recuperar con las canciones que allí sonaron , algo que se acerca ligeramente pero no del todo.
Es eso lo que diferencia un directo de cualquier otro formato , que es irrepetible y que se digiere con el tiempo. Por cierto , se me olvidaba , el concierto fue la bomba; y estoy seguro de que si habéis sido tan imprudentes como para leer este tremendo ladrillo donde al fin y al cabo no doy apenas detalles de lo que allí sucedió; pensaréis que todo es fruto de la euforia. No os culpo , porque a nadie se le ocurriría acudir a ver a una banda que tiene como nombre , el de una discoteca de la Costa Brava. Nosotros estuvimos a un clic de no acudir , pero sucedió; por una vez pudimos ver ese fantástico rayo verde.



PD. Os encomiendo , si queréis atar cabos , conocer la historia de la banda , o haceros una idea más exacta de lo que allí ocurrió. El blog de Txarls o el se Sulo Resmes , donde se explica una historia bastante más real que la mía.

1 comentario:

  1. HERETOFORE 2009

    http://mir.cr/TGEXOPZI

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