domingo, 2 de junio de 2013

TRES PRIMAVERAS TIENE MI CRIATURA _ LA EPIFANÍA DEL PS/2013




Aquí me tenéis un Lunes de nubes y claros ante el teclado de mi ordenador, completando mi trilogía personal de Primaveras a tiempo completo; por lo menos en lo que a mi madurez se refiere, si dejamos de lado aquel primer Primavera de 2002.
Con los ojos legañosos, las piernas entumecidas, y el cuerpo aun maltrecho por los cinco días de frío, viento, caminatas, y una rodillera que se ha acabado por convertir en un complemento más de mi vestimenta. Me he animado por fin a rubricar este final de fiesta con un epílogo al que debo sin reparos agradecer el empujón de Atticus y Viola, teniendo en cuenta que no pensaba escribir ni una sola línea más de este último festival.

Pero como la noche de ayer se acabó por convertir en el colofón ideal de esta diatriba: Concierto en sala íntimo y familiar, de The Orchids que disfrutaban como veteranos rejuvenecidos, Julie Doiron pletórica por su embarazo, un Antonio Luque poco hablador, y Come; con cervecitas y charradeta incluida en una pizzería Argentina de los aledaños. La mañana del Lunes me ha desperezado con pocas energías, y con ganas de dejar para la posteridad sensaciones y contradicciones aun palpitantes.
Si dejara pasar el tiempo seguramente esto habría ocurrido jamás, aun sabiendo que lo publicaré con bastante retraso. Pero la verdad es que el fin de fiesta fue tan balsámico en la sala BARTS, (aquel viejo STUDIO 54 donde vio debutar en España a THE SMITHS en aquella gira del 84), que ni tan solo la desazón producida por no poder alargar la noche en APOLO con Merchandise y The Haxan Cloak va ha impedirme narrar la opinión que me ha merecido este PRIMAVERA SOUND de 2013.

Un Primavera Sound extraño y magnético que a todos nos ha puesto a prueba la mala leche de una climatología esquizofrénica y revanchista. Tanto que por momentos parecíamos estar en un Glastombury del Norte donde el barrizal era sustituido por un vendaval gélido y marino, en vez de en un plácido litoral Mediterráneo. Por suerte las estampas de una luna plena emborronada por las nubes en constante movimiento, y una noria a la que los feriantes de Abril dejaron allí abandonada a su suerte; a más de uno/a nos dio un juego de melancolía y desamor tan profundo, que acabó por erigirse como un complemento inolvidable.


Este Primavera Sound que se debate ante el crecimiento desproporcionado auspiciado por un sponsor merienda espacios como es Heineken, y aquella sensación de pequeña familia que tenía todo aquello por lo que nació este festival. Tiene tanto de desencantos como de fabulosas experiencias, en un amalgama de sensaciones contradictorias que están tan arraigadas en el público inconformista como el conformismo resignado de aquellos a los que todo les está bien, con tal de desconectar durante unos días.
Como bien es sabido en lo que se refiere a mi itinerario, poco hay que contar que ya no expusiera en los post que precedieron al FESTIVAL. Las bandas que me marqué como fijas han cumplido mis expectativas de tal manera que el margen de sorpresa solo es equiparable a presentir, y que tras ver el espectáculo uno solo pueda congratularse por la elección. En su mayoría bandas que se alejan lo más posible de una escena musical actual sobrada de inmediatez y escasa de actitud. Exceptuando a TAME IMPALA y NICK CAVE en la que que creo que todo el mundo hemos estado de acuerdo con aquello de que se puede generar expectación y demostrar a su vez una profesionalidad envidiable.
El resto de deberes que me tenía asignados no han echo más que confirmar mi sospecha de que el público que allí nos congregamos durante unos días, caminamos por sendas opuestas en lo que se refiere al difícil teorema en el que se debate la música alternativa tal y como la entendemos. Llegados a este punto, juzgar el criterio de la gente en particular o en general se me antoja estúpido e inútil; pues si a uno/a ya le florece el pubis, no voy a ser yo el que venga a sentar cátedra sobre el camino que cada quien quiera tomar a la hora de separar entretenimiento y riesgos emocionantes.


En un bando y otro se pueden alinear a unos y otros, como si de un cuadrilátero se tratase y todos saldrían victoriosos: The Oh Sees, The Dromes, Fucked Up, Dope Body, o Menomena como aquellas bandas que me ofrecieron esa dosis de víscera, que sin ser una sensación física de rabia; se percibe que algo flota en el ambiente cuando un artista lo da todo sobre el escenario e irradia felicidad en aquello que hace. Ya sea con unas dotes técnicas encomiables, o con la actitud de quien despierta los instintos más primarios del espectador.
THE DRONES
En otro frente tenemos a aquellos que me han dejado boquiabierto en el manejo de las melodías desde un contexto instintivo: El lenguaje de la música sobre un escenario, de unos tipos que se comunican con miradas, gestos, y notas musicales. En ese crucigrama sonoro no existen los manuales ni los itinerarios, puesto que lo que allí sucede solo ocurre en ese instante y jamás será igual: Mulatu Astatké, Orchestra Poly-Rythmo, Melody Echo Chambre, o Phosphorescent.
MELODY'S ECHO CHAMBRE

La excelencia sonora sin paliativos de artistas que llenan con su sonido espacios por grandes que sean, que sobre el escenario ejecutan con rigor casi artesanal su catálogo personal, y que además son capaces de recrear sin perfecciones las mismas atmósferas que nos transfieren sus discos tirando de profesionalidad: Dead Can Dance, Tame Impala, o Postal Service dieron esa sensación de peso sobre un escenario sin acusar en absoluto el tamaño del espacio, la presión del momento, ni las expectativas creadas. Algo que sin embargo si que acusaron Jesus & Mary Chain o The Breeders, y de lo que se podría extrapolar un laaargo y extenso debate sobre el forzar el regreso de depende que bandas.
DEAD CAN DANCE

No es que por lo general esté en contra de la descriogenización de aquellos mitos musicales que regaron nuestra juventud, al fin y al cabo tampoco es que me importe un comino si su regreso es puramente por dinero ¿a caso creen algunos que los artistas en activo sobreviven gracias a la fotosíntesis?
Sarcasmos a parte, ni esperaba encontrarme sobre el escenario a aquella banda que me hizo vomitar de placer en el vestíbulo de la sala Zeleste allá por 1992. Ni tampoco algo mucho más digno que aquel regreso al Summercase de 2006; por en medio ya es sabido que Jesus and Mary Chain ya pagaron sus excesos en algún que otro FIB y que nunca han sido una banda de mantener las formas sobre el escenario. Lo de los hermanos Reid siempre fue actitud constructiva y deconstructiva, vamos mala leche a raudales para abreviar; ah!! y sobre todo hacer canciones, grandes e inmortales. Tan inmortales y soberbias que con los años han ganado tanto, que se han merendado ha sus autores.
THE JESUS AND MARY CHAIN
Jin Reid se frotaba las manos en cada inicio de canción, como aquel que dice: Vamos allá niño, tócamela. Y el niño, William Reid; quien años atrás pagara sus excesos con el alcohol sobre el escenario las tocaba, y como las tocaba señores. Quizás el único que conserva aun intacta la maravillosa brillantez de sus puntéos entre el Pop, el Rock arrastrado y esa sensación de día soleado a punto de emborronarse. Y que paradójicamente salvó los papeles, lo que son las cosas ¿no? Porque la banda de acompañamiento (bajo y guitarra rítmica) era lo más parecido al regreso de los Centellas 50 años después.


Pero para que hacerse mala sangre, todos envejecemos y por supuesto ellos también, quizás incluso un poquito más. Las canciones por suerte si son tan cojonudas como las suyas no; un inconveniente en esto de la música para el que deberíamos estar preparados.
Algo parecido lo que les ocurrió a Breeders, un proyecto doméstico que no merecían el juicio sumarísimo de veteranos y jovenzuelos al que fueron sometidas en un escenario desproporcionado a costa de que la muchachada volviera a escuchar Canomball, el único hit por el fueron conocidas en este mundillo indie. Y mira que Pod/1990 le da mil patadas a éste (opinión personalísima la mía).



Pero no se crean que la vejez cruel y despiadada en esto del artisteo, cuenta en suerte con la misma sentencia en manos del inquisitivo espectador, en absoluto.
No hay más que ver a Nick Cave sobre el escenario y echar un vistazo a su trayectoria desde aquellos Birthay Party/1979 hasta nuestros días. Si para unos ha sido un descenso a tumba abierta sin redes ni guarda raíles; para el pendón desorejao de Nick, ni los postes cercenantes han supuesto un problema. Sobre todo si tenemos en cuenta que el Australiano no ha dado concesión alguna en su propuesta, ni cuando acentuaba su don de predicador libro en mano de sus primeros discos, ni cuando se acercó a un Rock más amable con Henry's Dream/1998 o Dizy Lazzarus dizy!!/2008. Tan solo en Murder Ballads/1996, se ve a un Nick Cave romántico y meloso que se deja querer para con el público más temeroso.
NICK "MALABABA" CAVE
Desde entonces y con toda la fama que le precede de malhumorado, egoísta y perfeccionista, al bueno de Nick Edwards Cave hay que acogerlo como quien es: Un tipo que eleva la música y los textos que van impresos en las notas, a un estado tan melodramáticamente teatral; que bien estaría canonizarlo como un oportuno antídoto contra el inmovilismo. Y aunque el concierto se quedase en un suspiro fruto del malhumor del divo al que pareció incomodarle la jarana que le llegaba desde el contiguo ATP, en el que tocaban Meat Puppets; para que darle más vueltas, el tipo sigue estando en un plano superior, por lo menos de quien busca en él una mala baba con actitud, mucha actitud; aquella que les faltó a Jesus. Aunque bien mirado, cuando se te acerca Jota de los Planetas para elogiarte y confunde a William con Jim es como para plantearte, que cojones pintas en semejante festín.
Concierto sobrio y comedido que dista mucho del que años atrás dio en piel de Grinderman, pero como no hay mal que por bien no venga. Me dio la oportunidad de parapetarme cerveza en mano del molesto viento que asola las planicies del Forun, y esperar a Atticus para ver bien de cerca y cómodamente a Phosphorescent. Una de las gratas sorpresas junto a Melody's Echo Chambre y que acaba por dar sentido, aunque sea en pequeñas dosis, de una de las particularidades más hermosas de este festival; la sorpresa de descubrir pequeñas propuestas a las que uno se abraza en busca de la intimidad de las minorías.
PHOSPHORESCENT

El caso es que mirando con el rabillo del ojo lo que he dejado atrás, ahora que la semana ha sido suficiente para digerir lo vivido y sollozar por el final de una de mis citas más trascendente del año, las cosas se ven con mucha más perspectiva desde la lejanía. Una de las lecciones mejor aprendidas con la edad; que no es otra que la de ver siempre el baso medio lleno: Porque ¿que sería de nosotros sin el vaivén caprichoso de las circunstancias? ¿Acaso nos iríamos a la cama colmados de satisfacción viendo que todo ha ido según el plan? Yo creo que no.
Y haciendo balance de estos cinco días vividos, ni me planteo por asomo sopesar los pros y los contras, si no lo maravilloso de convivir con tantas naturalezas distintas; las que te dan la razón y las que te la quitan. Porque aunque la cerveza fuera una auténtica basura, el público asistente tan asquerosamente pintoresco, y la programación de los conciertos una gincana suicida de horarios y distancias. Al final solo te quedan los momentos inolvidables que uno ha decidido espontáneamente asumir, riesgo le llaman.

DOPE BODY

Tras presenciar algunos grandes conciertos como los de Tame Impala en el que pude certificar que pese a la euforia desmedida de la presa, siguen siendo una banda de claros y oscuros muy alejada de los mega hits; algo que me congratula doblemente por aquello de que, no todo debe tan sencillo y previsible.
Desdecirme de los temores que me asustaban al afrontar el directo de Postal Service y comprobar que lo suyo es profesionalidad superlativa, viendo lo bien que manejan los tiempos de un único disco. O comprobar que la esencia del Primavera Sound sigue intacta, cuando uno decide apartarse del bullicio y perderse por los escenarios pequeños para saborear exquisiteces como las de Chris Cohen, la solvencia de Menomena, los salvajismos de la talla de Fuched Up o Dope Body, o andanadas de metralla como las que nos propinaron Neurosis en el gélido ATP.

STUDIO 54 VS. SALA BARTS


Solo me queda poner punto final con una de las tardes noches más plácidas de la pasada semana, y volver de nuevo al principio del post. Un Domingo urbano y cosmopolita en la rectilínea avenida del paralelo, viendo el bullicio de los transeúntes abstraídos del Festival, consumir sus últimas horas del fin de semana entre teatros. Y a los festivaleros más madrugadores a las puertas de la sala BARTS (antes STUDIO 54) agotados, sosegados y medio moribundos, expirar los últimos alientos con un tono más melancólico de lo habitual, pero aun visiblemente emocionados.
THE ORCHIDS

Los ecos resonantes que aun se entreveían por los pliegues de la guitarra tremulante de John Scally, Rick White, o Chris Brokaw en una sala repleta de recuerdos como lo es mi vieja Studio 54, porque para mi siempre será aquella vieja discoteca donde debutaron en 1984 The Smiths. Se podía sentir como se daban la mano con el semblante desdichado y taciturno de Nicholas Savage sobre la tarima montada el Sábado en el Parc de la Ciutadella, allí donde Eduardo Mendoza narraba las vicisitudes de Onofre Bouvila. Allí mismo corrían niños, olisqueaban canes y nos dábamos un respiro soleado en aras de un aperitivo/comida/merienda que nos cosiera de por vida un recuerdo, que a veces solo se graba mediante las glándulas gustativas y la charla: Vinos, fideuá, queso, berberechos, carne, y las famosas Cocretas de Poble Nou hacían a su vez de cómplices y testigos. De fondo la música de King Tuff y el cuchicheo del personal tumbado en el césped del Parque convinieron que me perdiera a Chucho, Guadalupe Plata, y a Merchandise; a los que tuve frente a frente hasta en tres ocasiones, pero... ¿quizás el destino, las casualidades, quizás... no debía estar predestinado?
El ¿que hubiera pasado si...? No existe en mi diccionario, mucho mejor el: No voy a ningún sitio en concreto, si no que es mi cuerpo inerte y automático el que se activa por los impulsos de la casualidad; que maravilloso vivir en el mundo de las casualidades caprichosas y del rumbo incierto.
            

Mi concierto vigía de este PS/2013, MULATU ASTATKÉ con un full concert levitante.
  


FOTO ROLL
 
MENOMENA

MULATU ASTATKE
ORCHESTRA POLY-RYTHMO
TAME IMPALA
JULIE DOIRON
TADIA ZEDEK Y SUS SECUACES, COME
ANTONIO LUQUE AKA SR. CHINARRO
WOODS

8 comentarios:

  1. Así que ahora el Studio 54 se llama BARTS. Por lo que veo caminas en sendas opuestas a la multitud pero observo que has disfrutado y los TJAMC no han estado nada mal. Excelente resumen. Un abrazo.

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  2. Sí JOHNNY y yo toda la vida pensando que lo habían tirado abajo para hacer un megaputiclub... Fue un extraordinario ejercicio de memorabilia, primero con los Jesus y una rabia contenida por resultarme tan difícil de justificar el paso de la vida ante muchos que solo piensan en presente.
    En fin que los años nos ponen a todos en nuestro lugar, incluso creí tener un efecto dejavú y volver a recrear aquellos excitantes veintidos años. Un poco a mi aire si que he ido jejeje, lo necesitaba...

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  3. Qué alegría leer tu crónica, me parece que de las mejores que se leen por ahí, no has podido resumir mejor tus sensaciones estos tres días.

    La verdad es que mucho más de lo que ya hemos ido comentando no queda por decir. No sabes lo que me alegra que disfrutaras de los conciertos de Tame Impala y que compartieras con nosotras desde el socavón del Heineken (aunque para ti no supone mucho problema, jeje) de esos esperados The postal service que nos hicieron bailar tanto y disfrutar en la noche del Jueves. Este año, como ya he comentado varias veces, una de las cosas de las que quizás he disfrutado más ha sido de poder "prescindir" más de lo habitual de los grandes escenarios y gracias a ello vivir pequeños (aunque después se les hiciera el escenario pequeño a algunos) conciertos en pequeños escenarios que al final fueron de los mejores, como Local Natives, Daughter o esa maravilla que fue Phosphorescent al cobijo de esa luna que hacía compañía a la noria, pisar el Ray-Ban al menos dos veces, casi que agradecí no tener tantos cabezas de cartel como el año pasado, y aún así corrí de lo lindo.

    No sabes cuánto te agradezco el descubrimiento de Mulatu Astakte porque si no hubiera sido por ti probablemente me hubiera perdido uno de los grandes conciertos de este año.

    La verdad es que sí, que el festival está plagado también de cosas negativas, a mí este año el agobio de gente sobretodo el Jueves, que me pilló totalmente desprevenida, me pudo por un momento, hasta que el poder de la música de los Tame me lo hizo olvidar por completo, era lo que había. Y este año el frío nos jugó alguna que otra mala pasada. Pero aún con sus cosas negativas al final consigue que te quedes con las positivas y hacer con ellas algo casi mágico. Porque aunque ya lo haya dicho mil veces para mí sigue siendo el mejor fin de semana del año, el más esperado.

    A que de lo mejor del primavera son los conciertos en el Parc? El sábado no pudo empezar mejor, no pudimos ser más felices todos los que fuimos.

    La jornada del domingo tuvo algo muy especial. Yo que iba por ver a la encantadora Julie Doiron y me encontré en unos conciertos familiares entrañables y sorprendentes, no sé cómo lidié con el cansancio para aguantar, aún con las pocas horas que había dormido, pero fue un final de festival increíble, casi todos juntos, sólo nos faltó la foto de familia, qué lástima. Y te juro que por muchas ganas que tuviera de ver a Deerhunter no hubiera cambiado su concierto por la cerveza-cena-charla de final de festival contigo y con Viola. Lo que dices de los planes improvisados, de dejarnos llevar y todo eso, al final muchas veces es lo mejor.

    Un besote y espero que nos veamos pronto!!!

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  4. Fue un Primavera muy bueno para mí, a pesar de que en un principio el cartel me pareció flojísimo para lo que son mis gustos. De hecho, creo que precisamente he podido disfrutar más de los tres días en el fórum por la falta de tensión, que si ahora correr a este escenario y luego al otro porque todo lo que hay quiero verlo; no, esta vez tuve huecos para investigar por el fórum, para cenar con calma, para tomar una cerveza escuchando a Camera Obscura... No obstante, he visto muy buenos conciertos. Dexys, Dinosaur Jr, Phosphorescent, Tinariwen... Tienes mucha razón cuando dices que la magia del Primavera se encuentra muchas veces en los escenarios pequeños, este año he tenido suerte y sólo tuve que pisar el monstruoso Heineken un par de veces en todo el festival.
    Muchas gracias por publicar crónica, siempre es agradable leer cómo fueron las experiencias paralelas de otros asistentes. Un abrazo!

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  5. Gracias, gracias por hacer una crónica. Me hace mucha gracia que apenas hemos coincidido en conciertos. Pero ninguno de nosotros, que hemos tenido rutas muy distintas. Por eso me encanta leeros para tener una idea del resto de primaveras. Para mi ha sido un año raro, como de transición. A pesar de que sigue siendo un festival comodo y que la gente en general es muy respetuosa (en todos los conciertos que he estado la gente saltaba en su sitio!) pero este año ha sido en el que peor sitio he estado en varios conciertos, no se si es porque había mas gente que nunca o por como me han coincidido. He tenido muy mala suerte con los horarios, muchos huecos que realmente no he llenado a gusto, sólo hubo una sorpresa, los crystal castles. Total que si no hubiera sido por el domingo la cosa hubiera quedado bastante descafeinada. El domingo fue muy raro, como estar donde una no debe estar, como si estuviera haciendo novillos jaja, y ver conciertos en salas de otras ciudades es muy especial, me paso cuando estuve en la apolo. Aun asi repetiría. El primavera tiene muchas cosas que me llenan. Me queda hacer un post que hable sobre mis sensaciones en cada concierto. Cada una distinta, eso es lo que tiene el primavera.
    besazos

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  6. ATTICUS, JMHULME, VIOLA las gracias son mías por pasaros a poner vuestro granito de arena, y de alguna forma empujarme a escribir. En el fondo y aunque muy a mi pesar no dispongo del tiempo suficiente que yo quisiera, no escribir sobre cualquier experiencia vivida sería un poco como una pequeña traición al destino de este blog.
    Lo que pasa es que este año me lo llevo tomando todo con mucha calma, que me conozco y me cuesta separar aficiones con obligaciones y después me agota. Por eso mi Primavera no ha sido una excepción, por un lado me apetece pasarlo con gente a la que no os veo todo lo que quisiera e incluso a amigos más cercanos a los que veo aun menos todavía. Y por otro tampoco me gusta agobiarme por llegar a donde se que no puedo llegar, con lo cual me marqué un itinerario sin exigencias y a lo que surgiera: Observaba a la gente corretear de un lado para otro, quejarse, resignarse y hasta estresarse... y la verdad es que cuanto más se aceleraba la gente más me relajaba yo.
    Lo único que me ha jodido es el viento, que macho no es forma de disfrutar de un festival. Pero vamos al margen de tres conciertos en escenario grande lo demás todo muy tranquilo e íntimo. He pasado la mayor parte del festival con mi viejo amigo Carlos and brother, de los que me empapo muy mucho de su gusto cañero, con Atticus también creo que he coincidido más que otras veces, Viola, Vanessa, JMHulme, con mi amigo Luis y su pareja. No puedo quejarme, todo muy repartido. También he logrado ver la mayor parte de mi conciertos enteros, lo cual es muy importante para mi ritual conciertil. Ah!! y también he pasado buenos ratos solo, que también me encanta para recogerme, yo que soy bastante solitario e independiente aunque no lo aparente.

    La verdad es que no podría decir que este Primavera halla sido ni mejor ni peor, si diferente. Y es lo que le pido ni más ni menos, ya hace años que huí del FIB por encontrarlo demasiado previsible y rutinario. El Primavera sin embargo me encanta porque te empuja por las buenas o por las malas ha romper con la rutina: Te obliga a exigirte, a abrir la mente a músicas a las que no irías si no fuera así, a mezclarte, a convivir con gente de todos los pelajes, gustos y estilos. Y además siempre te descubre algo.
    Tampoco vale la pena lamentarse de los solapes, hay infinidad de propuestas diferentes si se tiene la mente abierta. Todo es cuestión de cambiar el chip y no agobiarse. Porque.. ¿quien te dice que tu plan es perfecto? ¿y no el estar sujeto a las arbitrariedades de las circunstancias?
    Yo me lamenté en un principio el perderme CHEATAHS, MERCHANDISE, CHUCHO, GUADALUPE PLATA, NEKO CASE y alguna cosilla más. Sin embargo me he tropezado con otros momentos inolvidables, incluso el aburrirme el Sábado como una ostra y recogerme pronto para poder estar en el Picnic me cuadró a la perfección. Y oye, se me pasaron las horas volando en el parque espanzurrado y disfrutando de la compañía.


    En fin que aunque la cosa es mejorable y podría prescindir cada vez más de los cabezas de cartel, al final los momentos son los que perduran en el tiempo, y sobretodo por las fantásticas compañías con las que se viven. Tanto que no sabría yo deciros si son los conciertos y su música, o lo armoniosamente bien que convivimos los allí presentes: Puedes entablar conversación con cualquiera, hay bastante civismo para la gente que lo habita, gente de todas las edades, colores, estilos, e inquietudes.
    Y todos tan diferentes y con tantas cosas en común ¿no creéis que es genial?
    Eso es lo realmente maravilloso.

    PD. SALUDOS, ABRAZOS Y PETONETS A TODOS TODAS Y LOS MOMENTOS QUE COMPARTIMOS EN DIRECTO, O EN DIFERIDO VÍA BLOG :-)

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  7. Este último comentario tuyo es como todo un post. yo este año ha sido el que he terminado habiendo visto todo lo que me han dejado ver. he vuelto, he visto videos de lo que me perdí y me doy cuenta que elegí bien. pero es cierto que este año he tenido huecos enormes y que nunca me había pasado. y disfruto muchísimo de la gente. no he tenido ningún percance, en el concierto de las breeders, cuarta fila, la gente saltaba en su sitio. para mi eso es lo que me permite seguir yendo. si tuviera que ver todos los conciertos lejos no iria, necesito siempre que puedo esa cercanía sin agobios. lo del picnic es ya un imperdible, son esas cosas que no se hacen por pereza o cansancio y que luego es uno de los mejores momentos para juntarnos.

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  8. Bueno yo siempre refunfuño en público o para mis adentros pero si por algo adoro el Primavera Sound, es porque me da aquello que dejó de darme el FIB: La sensación de ser todos una gran familia a pesar de que siempre hay alguno que ni sabes que pinta en esa fiesta, pero bueno siempre hay margen de arreglarlo jejeje.
    Y no es por hacerle la rosca a la organización ya que yo les pondría un 6 pelao, pero de momento parece que se esfuerzan crear cantera. Solo espero que no pierdan el Norte y conserven lo que tanto a costado a lo largo de los años, ya sabéis a lo que me refiero: La oportunidad de ver bandas pequeñas en lugares pintorescos y contextos distintos.

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