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viernes, 26 de diciembre de 2014

DEL 10 AL 01 EN CÓMODOS PLAZOS (Part_1) *LOS 40 DISCOS INMORTALES DEL 2014, Y SUS INMORTALES VINOS # DEL 10 AL 06





Llegó por fin la hora de resolver el enigma de mis diez discos favoritos del 2014, y que nadie se asuste. Si me vienen siguiendo desde mis inicios de bloguero duditativo y novel, ya sabréis que mis preferencias desconciertan a la par que extrañan. Ahí se deberían plasmar nuestras filias más oscuras y debilidades más personales; que para eso no debemos rendir más cuentas que las de ratificarnos como entes autónomos, digo yo. Y de aquí a embalar, etiquetar y colocar en el estante de la memoria este 2014, pues eso, intentar argumentar sin justificar, los detalles de tal decisión; o no.
La llegada a meta o por lo menos al final de la primera etapa tiene tanto de titánico como de agotador. En un 2014 marcado por una obsesión casi enfermiza por recuperar la total movilidad de mis piernas. Por una fatal enfermedad que por estas fechas me sacaba el pasado año del hospital tras un coma de 12 días y un mes de ingreso. Así que aunque continúo todavía en dique seco y de baja laboral, por lo menos puedo hacer bastantes más cosas *básicas que hace 4 meses.
Sé que soy un poco cansino y tampoco pretendo dar penica. Pero es que por más que este rincón de desconexión me libera del estrés que me genera la contrareloj, y mi rutina obsesiva por recuperarme. Si miro hacia atrás, siento que en cada línea que escrito no está ese verdadero yo que exprimía la inventiva. Sino un tío agobiado por las intensas jornadas diarias de 3h. y ½ de rehabilitación/gimnasia y piscina. Lo siento pero es así, si os he aburrido con el tema pido disculpas, pero este simple detalle es el que ha manejado los designios del blog durante este 2014. Satisfecho porque no soy de arrepentirme de nada y de mirar siempre hacia adelante. Contento por haber superado las entradas del pasado año, y feliz por haber logrado casi todos mis objetivos. En fin, son ese tipo de tareas que uno se impone para oxigenar y dar sentido a un año de MIERRDA!!. Pero no les rallo más, aquí mis diez discos favoritos, acompañados por la diez vinos posibles con los que emparentar, asociar o porqué no, maridar. Porque en estas fechas con música, vinos y personas que nos transmitan sus vibraciones positivas se entienden mejor. Una fantástica idea que nuestro oteador de inspiradoras melodías, Jesús del Cierzo City, me lanzó en unos de los tomos de esta enciclopédica entrada Larousse. Y como no hay mejor forma que acabar el año con nuevos objetivos, retos y aventuras ahí van. Diez discos con sus diez vinos, son los que me bebería mientras los disfruto. Todos distintos, particulares , de aquí y de diferentes zonas.
Al final las reseñas se ha ido de madre, pero leche, las cosas o se hacen bien o no se hacen. En casi una semana me los he cargado todos, si es que estoy hecho un campeón!! Ya saben, disfruten de las compañías, las conversaciones y las reflexiones que inmortalizan los buenos momentos. Y traten de disfrutar de la vida por las pequeñeces y aquellos que nos las proporcionan. Que el 2015 les depare lo mejor!!

10#BENJAMIN BOOKER / BENJAMIN BOOKER Vs. A COROA LADEIRA VELLA 2009 Tinto (Valdeorras) Garnacha Tintorera al 100%


Como el basalto, la pizarra o el grafito, pétreo pero con cincuenta y más distintas formas. Chocan entre si, saltan chispas, entran en combustión. Benjamin Booker tiene ese mismo desconocido y misterioso halo que una de las Garnachas más insólitas que haya probado este año. Venida de tierra de meigas A COROA, hecha sin trampas ni cartón, en esas pendientes acantiladas que se abalanzan sobre el valle donde brota esta Garnacha de corazón negro, oscuro y agitador. Donde explota el ferviente Rock&roll como una baya en plena madurez de viñas centenarias y prefiloxéricas. Aquellas supervivientes de la extinción simbológica del pasado, aquella que ahora da la esencia del vino verdadero que viene a romper la hegemonía de los blancos de interior.
Los dos comparten el mismo reto de sacudir con heterodoxia los dominantes Godellos o de las tendencias menos fieles con su pasado: El contraste de la profundidad y el frescor que equilibran su perfume de cacao y hoja de tabaco del Rythm&blues salvaje y espontaneo. Y el escalofrío que transmiten el eucalipto o el anís estrellado cuando es el Folk Soulero de cuerda floja, de voz rota e instinto de trovador, el que entra en escena.
Desaparece esa intención amable de entrar zalamero como Curtis Harding, y Benjamin al contrario, da esa sensación de honestidad al sentirse siempre al borde del precipicio: Rock acelerado, Soul que podría ser punk, y folk transformista que explota como el yogur de fresas o el caramelo en medio de un mullido bosque de musgo. Ahí, sentado sobre una piedra con la guitarra a cuestas, y llenando el estómago del frescor matinal y el abrigo de sus simas.

A COROA LADEIRA VELLA 2009 tiene ese primer envite fiero, pero después en boca dulcifica con su tanino pulido y sus virutas de cacao y café. Igual que los trazos nerviosos sin filtrar y clarificar de Benjamin cuando aporrea su guitarra. Te pueden aturdir con los arañazos, terrosidad que deja en boca el hollejo de “Violent Shiver” puro rock&roll, “Have you seen my Son?” trotando de alegría promontorio abajo por entre las lindes de las viñas. O mecerte al atardecer con ese Soul seductor de suave elixir acunado, que por la garganta deslizan aquellas evocaciones de nariz en forma de lácteos, balsámicos y ligero amargor a palo dul. De manera suave y larga: “Slow Coming” o “Happy Homes” dan esa otra visión más compleja de este nervioso chico criado musicalmente en Nueva Orleans. Ese choque de trenes entre lo explosivo y fresco, que abrillanta sus ecos ancestrales.
Este esperanzador debut de músico y vino, son de aquellas cosas que se muestran tal y como son; con sus imperfecciones francas y clarividentes. Rock oscuro y luminoso a la vez, lleno de aristas y complejidad adolescente, lo que parece fácil y previsible tiene mucho de secretos detonantes y explosivos. La magia del momento quizás, fuegos artificiales en la boca y en el alma que mantienen una cierta familiaridad con el frenético debut de Ezra Furman & The Harpoons del 2008.





09#HATCHAM SOCIAL / CUTTING UP THE PRESENT LEAKS OUT THE FUTURE Vs. SASSÓ PARERA 2012 Blanco (Penedés) 100% Xarel.lo


Hay una serie de cosas que no necesitan una escala de medir, un patrón, casi casi ni siquiera un criterio. Dicen que es el impulso, el presentimiento incluso que el amor es ciego y sordo. Pero es que desde que hicieran su aparición hace 8 años. HATCHAM SOCIAL tiene esa virtud de hacer sonar sus discos a algo conocido y ya escuchado, pero único. Será esa la autenticidad perdida como el santo grial?? Ellos hace ya unos 2 años que decidieron usar los caminos en desuso; las autopistas para los demás.
En su curiosa manera de labrarse un camino alejados de aquel incipiente postrock de estética arty, en la que podían haber escogido el camino fácil cuando fueron apadrinados por el líder de Charlatans. Estos dos hermanos de New Cross siempre han girado hacia lo imprevisible. Más afines al New Wave o al ArtPop de Monochrome Set, The Feelies, de los Teardrop Explodes o incluso de los primeros Blue Aeroplanes con toques velvetianos. Su último disco vuelve a retrotraerse hacia sus inicios, se enclaustran tras un decidido About Girls/2012 de Glam macarra muy roquero. Y nos entregan un disco grabado a pelo sin adornos, disfraces ni artificios.
Ahí se pueden encontrar doce canciones íntimas y crepusculares que suenan desnudas y tan crudas como esas primeras tomas catalogadas de demos. No por eso y aunque desechan cualquier gancho de hitazo, dejan de aportar otro tremendo disco complejo y exigente para el oyente. Despuntan como genialidades de inmediata impronta la excelsa “Lion from a Lazer Gun”; para mi la mejor canción del año. “Confessions of an English Opiun Smoker”, “Spirit of 45” o “Stay True to your Family” que se columpian entre el sonido Beat de Lou Reed y un Pop quebradizo más cercano al simbolismo artístico, que al de un objetivo musical claro.

En esa apariencia de disco grabado a pelo y sin arreglos intrusivos, tiene un perfecto símil en el Sassó de Parera. Un Xarel.lo monovarietal autodefinido como “radicalmente ecológico”. Un vino blanco que nace del cultivo biodinámico sin intervenciones, sin apenas clarificaciones, con un aspecto turbio de las lías en suspensión; un blanco en definitiva 100% natural. Perfecto reflejo de una zona que relega el protagonismo del antaño Chardonnay, para dar un justo protagonismo a la uva por antonomasia del Penedés.
Con una evolución asombrosa y muy susceptible a las frías temperaturas con las que solemos maltratar a los vinos Blancos. Si se le da el mismo trato que su elaboración: Tiempo para que oxigene en copa, temperatura fresca que no fría 12/14 grados y disfrute sin prisas. Tendremos ante nosotros a unos de los mejores Xarel.lo del país, con aromas a Manzanas al horno, cáscara de mandarina, frutos secos y un fondo herbáceo a hinojo. En boca es amplio y glicérico, pero solo hasta cierto punto pues su acidez y ese toque de la Acacia le da una acidez exquisita y adictiva. Pierde ese toque oxidativo y ajerezado de su anterior añada, pero gana en franqueza a la hora de demostrar que con la uva más exigente del cava. Se pueden elaborar vinos complejos y golosos a la vez. Inmediatos y con largo recorrido para envejecer. Y todo eso sin artificios que nos despisten a la hora de valorar un sonido, una esencia y un paisaje.
Igual que el último trabajo de Hatcham Social.


08#ANDY STOTT / FAITH IN STRANGERS Vs. DOSTERRAS 2011 Tinto (Montsant) Garnacha 100%

Me he de remontar a principios de Marzo en una de mis primeras catas, tras recobrar las papilas gustativas después de superar una primera anemia de nivel 8 de hierro. Por entonces paladeaba mis primeros vinos y por fin desaparecía esa impresión astringente, notaba las frutas rojas y las podía separar de los taninos, la acidez, disfrutar de ellos en definitiva. Como una sensación nueva de texturas, capas que se suceden se mezclan, se catalogan y se archivan como evocadores recuerdos.
Era una cata de esplendorosas Garnachas como hilo conductor (la uva más utilizada en nuestro país). Un Escondite del Ardacho de la Rioja 2012, un Fagus de Coto de Hayas 10º aniversario 2009 de Campo de Borja, y este Dosterras singular de Montsant. Todo un juego para apreciar lo diferente que se comporta en cada lugar esta delicada y oxidativa uva, que antaño se arrancaba en la Rioja por su debilidad en las reservas. Ahora sin embargo es el tótem por el que giran los frutales, profundos y maravillosos vinos del amurallado Monsant.

Con esas mismas texturas y elaboraciones que nos llevan a alucinar con los asequibles Monsants. Andy Stott factura un disco de electrónica sensorial y hasta podíamos decir que tántrico. Aquí no se emplean las vías habituales para ejercer la sugestión sonora, sino que ante una primera imagen experimental, se construyen verdaderos cuadros impresionistas sonoros.
Beats duros en apariencia, que se amoldan a la melodía de forma armoniosa y aterciopelada. Esos perfumes hondos que despliega DOSTERRAS a cassis, a compotas de frutas del bosque, a piedra humedecida por la mañana, al frescor de la menta aftereight, y a pimientas de Malabar con las que podríamos asociar las melodías de “Violence”; sinuosa e hipnótica. La oscura y susurrante “On Oath” que se sube a lomos de “Science and Industry” para cabalgar por los parajes inhóspitos e invernales de Montsant. Y que explota con la longitud rotunda que este vino tiene en boca, y los taninos crocantes que crujen al compás de los beats de “Damage” o “Faith in Strangers”. Disco y vino comparten una mezcla de suntuosidad ensoñadora y tacto aterciopelado. Con una tipicidad única y mineral, que se debate entre lo futurista y ancestral: Boca licorosa, longeva de especies dulces, fruta madura que crecen como la música de este Mancuniano, a caballo del tanino nervioso e incisivo para descubrirnos un disco/vino con mucha vida por delante. Un tratamiento que requiere de sugestión paisajística, de imágenes en forma de líquido y de sonidos. Pero que una vez dentro de ese torbellino de detalles, se transforma en todo un conjunto armonioso, imaginativo y sugerente.
El mejor disco de electrónica de este año, el mejor Monsant auténtico de esta vida.



07#THE WOODENTOPS / GRANULAR TALES Vs. HIRIART 2012 Rosado (Cigalés) Tempranillo, Garnacha y Verdejo.


El regreso de esta veterana banda de Londres tiene tanto de frescor matinal, como de caramelo de fresa. Su sonido así lo era a mediados de los 80, y así se ha mantenido a lo largo de los años. Escucharlos casi 30 años más tarde y comprobar que su exótico sonido se muestra intacto e incluso más vigente que aquellos inconclusa década. Es lo más parecido a un sorbo de un delicioso rosado de Cigalés; zona casi olvidada del norte de Valladolid. Como estos vinos a la sombra de diluidos Ruedas y estancados Ribera de Duero, dan otra visión distinta de lo establecido y con personalidad propia.
Así sonaban en la década de los 80 Woodentops, extrañamente psicodélicos y tropicalistas pero con un fondo Pop frenético. Debieron ser más apreciados por su inestimable influencia en posteriores tendencias scalidélicas. Sin embargo acabaron pereciendo en el cajón de sastre de las bandas por descubrir y diseccionar.
Herederos de otros marcianos como Devo o Teardrop Explodes. The Woodentops crearon su universo personal donde cabía el Pop, el Rockabilly, el New Wave más heterodoxo y el sonido directo encaminado a la pista de baile con el pogo más desjuiciado.

Este nuevo Granular Tales acoge aquella época más Popera, realza un cariño sin igual por el exotísmo de melodías deliciosas, latinismos e incluso por ese puntito de Dub Jamaicano menos tangible en sus primeros discos. Recuperan una tremenda “Stay out of the Light” rescatada del pasado, con un toque de funk/soul psicodélico que dejaría a Happy Mondays a la altura del betún. Y además nos regala uno de los discos más variados, complejos y balsámicos de este finiquitado año.
Foto de V&V Blog
Mantienen ese mismo frescor acaramelado de este rosado que te llena la boca de fresones maduros, yogur griego, fruta, y hierbas escarchadas por el rocío con además, un punto final cítrico chispeante que aplaca el empalague. El mismo que embriaga al hundir las nariz en la copa o embelesarse con su brillante y sugerente color de grosellas confitadas. “A little more Time”, “Smokin'”, “I'm Delighted” o “What was taken I don't want black” otorgan ese mismo equilibrio plácido al disco. El dulzor y el bálsamo de su versión más serena y comedida que da a la obra la perspectiva más madura de su carrera. Y que tan solo se solivianta con el frescor herbáceo y exótico de “A pact”; digna representante de aquel maravilloso Giant del 86. O con el dub de “Conversations” o “Every Step of the way” que tanto los emparentara con Monochrome Set.
Granural Tales es uno de aquellos discos que recogen la esencia de la banda, la redondean y marca la diferencia entre lo que parece, y lo que verdaderamente es. Igual que este económico rosado, habrá quien los meta en el saco de los subestimados, pero indudablemente no lo son; son algo más complejo y orgánico.



06#ROKU MUSIC / COLLIDER Vs. BORSAO TRES PICOS 2012 (CAMPO DE BORJA) Garnacha

He acabado hastiado con la infinidad de bandas deudoras del shoegazing de finales de los 80. Pese a haber sido un movimiento menor en la explosión indie de los 90. Fueron tantas las bandas que como setas se acogieron a una forma de trabajar machacando sobre unos patrones efectivistas. Y tan pocas las que nos ofrecieron buenas canciones que estuvieran por encima de un estilo. Que volver a escuchar una banda novel con tantas cosas que decir al respecto, me emociona y me esperanza.
Estos Autralianos de Brisbane han tenido el honor este año, de hacerme volver a creer en aquella música que tan buenos ratos me hicieron pasar en infinidad de horas de encierro veinteañero. Con las atmósferas y el paisaje brumoso que otorgaba el Shoegaze de guante blanco. Pero al fin y al cabo, con un puñado de canciones que recurren a la Velvet o a Mazzy Star para liberar andanadas de Pop luminiscente; “Primitive”, “Collider”, o “You”. Desencadenando conforme avanza el disco en un torbellino de placer oscuro “Gold” o “Come on True”. O con otras que pese a recordar descaradamente a My Bloody Valentine; “Ended” o “No one Else”. Ya hubiesen querido para si mismos los Irlandeses, en aquel pretencioso regreso del pasado 2013.

Si me tuviesen que dar a elegir un líquido sinuoso y licoroso para igualar en sensaciones a este gran disco. Sería sin duda con este tinto de tierras Aragonesas, Borsao Tres Picos. Un vino joven de corte económico que se asoma como el poderoso Cierzo en Borja bajo la tutela de Borsao; una bodega de origen cooperativista impulsora de algunos de los mejores vinos de la zona.

Tres Picos tiene ese carácter joven de corta crianza, y sin embargo la esencia ancestral de las tierras que le otorgan ese carácter propio. Arcillo-calizos en gran medida y pedregosos, con lluvias escasas, ventiladas por ese viento de nordeste y un contraste térmico ideal. Al igual que las armoniosas odas de pop rugoso y ambiental de Roku Music. Tres Picos tiene también ese contraste entre lo goloso de esas frutas rojas maduras que apunta su nariz. Las ciruelas pasas, con unos efluvios lejanos a tinta china, violetas o geranios, y el toque licoroso y pedregoso que invita a beber. En boca equilibra con maestría y golosería, un paso de trazo denso a sirope, en el que acidez, taninos y frugalidad se unen en perfecta armonía. Sí, diría que así suenan Roku Music, con la franqueza de su juventud y la exquisitez, mezcla de numerosas influencias pero perfectamente ensambladas para hacer de su escucha un viaje fiero, dulce y ensoñador. De ahí la no casualidad de sus 92 y 93 puntos otorgados por Peñín y Parker respectivamente, pese a sus 14 euros de coste.
 

sábado, 29 de noviembre de 2014

THE BEAUJOLAUS DAY: CELEBRATION GOOD TIMES, COME ON!!




No, no pongan en duda ni por un momento mi capacidad de dosificar la euforia. Celebrar el alzamiento de telón y la salida al escenario, de en este caso los vinos jóvenes, es tan lícita como buscar en la mochila de nuestro viaje anual, los restos aprovechables de nuestros naufragios personales: Sacarles brillo con nuestro antebrazo, exhalar vapor de nuestra boca, y volver a frotar para que resplandezcan pese a lo morboso de rememorar caídas y levantamientos.
Si hacemos efectiva esa misma misiva o proposición de enmienda, lo importante al fin y al cabo no es el motivo de la celebración; bueno o malo, ya sea motivo de felicidad o de simple nostalgia autolesiva. O si en verdad, hay que buscar un motivo para reunirse en fraternal comuna para conocer aspectos de nuestras naturalezas humanas más allá del - “que majo es”.

Vuelvo a reincidir sin ser capaz de evitar acordarme donde estaba hace un año por estos días: Postrado en una cama de la UCI atravesado por mil tubos y cables, y a punto de salir de un coma en el que plegaba y desplegaba universos paralelos. ¿Porqué será que nos pone tanto imaginar un viaje al más allá o la simple posibilidad de fenecer? Será porque no sucedió lo fatal. Y si estamos aquí narrando estos detalles del pasado y la coincidencia del aniversario, es sin duda porque estamos para contarlo. Pormenores y mejor aun, celebraciones.
Eso sí, entre la posibilidad de ejercer de mártir o disfrutar de la compañía de los que compartimos cariño y herramientas para convertirlo en felicidad, me quedo con lo segundo.

A la llamada grito en boca y pie de guerra de nuestro principal ángel custodio el pasado 21 de Noviembre, Xavi. Pocas son las causas de fuerza mayor que me impididan acudir a la cita. Y es que aunque nuestros encuentros de catas formales y “rigurosas” de cada Jueves sean asiduas e instructivas, no hay mejor manera de estrechar lazos que una cena de hermandad.
Para semejante evento no es cierto que se necesite gran liturgia o un restaurante emperifollado, que va. El vino, ese líquido reflejo de la magia de la naturaleza, el fruto, y el hombre, ejercen un vínculo tan esotérico que es la chispa suficiente, para imaginar un ágape y echarlo a andar. Lo único que se precisa es hambre de aventura, una pizca de inconsciencia y la idea. Cierto es claro está, que los anfitriones tienen en gran medida esa facultad casi mágica del conjuro y los cuatro pases para llevarla a cabo. Pero al final, todo depende de ese mecanismo que se activa y te empuja fruto de la improvisación, el que nos hace la vida un poquitín más excitante y hasta sexual. Un aquí te pillo aquí te mato, como se suele decir.


Tampoco vamos a quitarle méritos al mecanismo que activa la chispa que nos echa a andar el corazón. Que no es otro que el arranque de la temporada de vinos jóvenes, o como se dice en mi tierra, del Vi novell: "Per Sant Martí mata el porc i enceta el vi".
Unos meses de aquí a Navidad, ideales para perderse por la geografía vitivinícola y disfrutar de la esencia juvenil y desenfadada del vino joven. Más aun si somos de los que apreciamos esa explosión de fruta, fermentación todavía palpitante y el echo de que estos pequeños tesoros duren lo que el salmón tarda en desovar; para la primavera empiezan a perder cualidades y vigor.
Pero para ser totalmente sincero, alentados por la promesa de profanar uno de aquellos Riojas que Carlos guarda como oro en paño. Y con el perfume todavía revoloteando de aquel Viña Tondonia del 67 al que dimos debida cuenta un día cualquiera. Pese a que por desgracia no acudiera por indisposiciones arbitrarias. Los que sí pudimos, lo hicimos con la presión y el reto de acompañar ese veterano de guerra, con vinos dignos merecedores de tan magno evento.


Con Xavi & su mujer Montse como inigualables anfitriones, quien en su arte imaginativo del maridaje nos prepararon una cenita arreglá pero informal; como cantaba Martirio. La cosa transcurrió en formato tapa con los siguientes presentes: Una miniensalada de salmón con sus retoños y todo, una crema de acelgas y mascarpone de Parmesano, unos raviolis de morcilla con cebolla caramelizada y textura de tomate fresco (que me inventé en casa). Y para rematar Presa ibérica con crema de ceps, Ternera con crema de escalivada y una tabla de quesos con todas las denominaciones en formación (Idiazabal de pueblo que nos trajo Edu de sus numerosos viajes al País Vasco incluido). Claro, y un Panettone de pasas con un Cava Mestres Visol para rematar.
 

Se imaginarán porqué digo así que uno no necesita reservar mesa en un buen restaurante, para gozar del MOMENTO. Basta con dar los tres pases maestros de la cocinera Montse “Sweet Solanet” en un alarde de Mary Poppins y Abracadabra chas!! No era el supercalifrasqui el que sonaba de trasfondo, sino u “White Horses” Stoniano.


El Beaujolais Noveau de Joseph Drouhin/2014 correteaba por el salón salpicándonos de yogur de fresa a los comensales, frutillas rojas y juventud chispeante. Allí en su casa se sincronizan relojes por esas fechas, y las calles del Beaujolais desperdigan vinos frescos por doquier.
 Un adolescente Titán del Bendito del 2009 intentó en su precoz madurez poner cordura al momento: Un vino de Toro de altos vuelos que elabora un tocayo francés, Anthony Terryn; viajante de tierras francesas, Chilenas, Americanas y Portuguesas establecido ahora en el viejo pago del Jara. Viñas de 50 años que dan un elixir con cerrajón que solo los dedos hábiles de un decantador saben descifrar la contraseña de sus perfumes a baya, a marrasquino, efluvios enfrascados que hacen pensar en un típico Toro tánico y austero. Titán del Bendito sin embargo y pese a sus escasos años de botella tiene botines y no va descalzo: Tiene una entrada deliciosa en boca, amable, de insaciable acidez y con fondo mineral de los cantos rodados donde crece, que se amancilla con cacaos, bálsamo, huya y hoja de tabaco fresco.
Todo un alarde de inmediatez y de prometedor envejecimiento por un precio bastante razonable.

 
Al tanto que correteaban alrededor de los platos en vertiginosa persecución. Tuvo que ser la serenidad de un adulto Jean Leon del 2003 el que hiciera entrar en razón a los cabritillos desbocados.
Jean Leon sigue siendo el rey, y pese a la adquisición de la bodega por Torres hace años, sigue ahí. Siendo el Penedés por antonomasia que conjuga clasicismo, elegancia y puro equilibrismo en la cuerda floja de una D.O que ha sufrido un sinfín de avatares. Una opción que nunca falla y que de manera estoica nos sigue dando uno de mis Penedés preferidos por un precio tentador. Los 11 años de botella le han dado una longitud refinada en boca, un toque afrancesado casi inigualable en tiempo y saber estar: Los toques de pimiento asado del Cabernet Sauvignon brillantes y pulidos, ese color a madera de rosetón maduro y una boca donde casi se puede notar el granulado del mineral, las fresas, el cassis...

Para la bien entrada noche con la seducción de sonidos, suspiros y felicidad conjunta. Tuvimos que acunar a los niños, reverenciar al cuarteado Jean, para que en plena ceremonia fuesen el Priorat Pasanau del 2004 Vell del Coster y un imponente Sot Lefriec del 2003 los que nos enseñaran con la perspectiva de los años, lo que significa el silencio.

Dos vinos de altos vuelos tan distintos a la vez que entrañables, en esa forma de detener el tiempo comprimido en un recipiente de oscuro brillo; como uno de esos trajes de vieja franela. De los que la impresión por austeridad y pocas palabras, nos recuerda a ese abuelo intimidatorio y sin embargo de bondadosa hechura.
Pasanau es uno de esos Priorats auténticos, extremos en el reflejo de la esencia de un paisaje: Sus pendientes extremas, el silencio de sus calles, el trazado de sus carreteras acordes con el capricho de su accidentada orografía, y su belleza exenta de rimel y colorete.

Explosión de volátiles en plena concentración de resinas, epoxy y pegamentos... Inhalas y se abren los alvéolos como las compuertas de una presa saturada de esencias. Los Priorats son así, impactantes, no entienden de prisas y plazos de entrega. Sigues charlando, comentas lo que suena en el reproductor, las bondades de menú nocturno, risas y más risas... Y cuando menos te lo esperas lo tienes ahí. Un vino ya abierto como los geranios al borde del precipicio invernal, y con los escasos rayos de sol necesarios para que se aferren a su floración recia y combativa. Es entonces cuando aparece la golosería de estos vinos; de sopetón y sin previo aviso. Una vez aireada esa intensidad que los ayuda a envejecer en la botella, aparecen las confituras, los frutas rojas maduras, los higos en almibar, las compotas y ese final largo y persistente que va desde el dulzor y el bálsamo, hasta el mineral y las maderas finas.
Todo un goce de sensaciones extremas y radicalmente distintas al resto de vinos que probamos.

SOT LEFRIEC es otra cosa, es como esa vertiente oculta y misteriosa del Penedés. Rompe con todos los estereotipos de esa zona, sin embargo mantiene en un hilo de tensión su tipicidad. Quizás porque sin pretenderlo estamos todavía pensando en determinadas zonas vinícolas de una manera un tanto clásica y predecible. Lo cierto es que igual que pasa con otros tantos vinos de bodegas relativamente jóvenes. Hay otro escenario realmente distinto al de hace algunas décadas: Vinos que se aferraban a una identidad clásica y conservadora, y que se cerraban en banda a las infinitas posibilidades que puede llegar a dar un territorio, sin por ello perder su esencia.

Sot Lefriec es una de esas puntas de lanza con el Cabernet Sauvignon y el Merlot como claves de su identidad, pero con la entrada de las viejas Cariñenas (Samsó o Mazuelo) ha otorgado a las nuevas generaciones otro rango de personalidad. Evidentemente no es solo por ese detalle intrascendente, sino por la verdadera trascendencia de su trabajo en la viña y en sus suelos: Baja producción para aumentar potencial, el análisis y la selección de los suelos y un tratamiento totalmente natural y meticuloso. Por eso y por otros tantos detalles que nos llevan a tiempos muy pasados en los que no había posibilidad de intervencionismo. Laurent Corrió y su mujer Irene Alemany elaboran uno de los Penedés más inigualables de la actualidad.
Un vino longitudinal y fondista que requiere tiempo, paciencia y mucha concentración para descifrarlo por completo. Aun y así resulta hipnótico y tremendamente seductor en la primera cita. Con aromas a moras confitadas, hierbas balsámicas, maderas tostadas y un sinfín más que aparecen mientras se le da tiempo. Boca elegante y muy refinada, estructura perfecta en la que son muchas las notas y evocaciones sin que ninguna sobresalga como para afirmar con rotundidad. Nadie diría que es un Penedés, y estos dos jóvenes avezados han conseguido una extracción tan redonda y generosa en sensaciones, que nadie apostaría con total certeza las posibilidades de evolución que tiene con el paso de los años.
De momento estos 11 que lleva a sus espaldas todavía le otorgan una acidez y tanicidad viva y refrescante, sin despreciar su excelente profundidad.


Mientras los niños ya dormían acurrucados en la panza de los bueyes; donde no nieva ni llueve. Y los más viejos nos enseñaban misterios tan profundos como el Abismo de Challenger. Sonaban los ecos de nuestras voces entre temitas de Nina Simone, Estopa, Serrat, Bregovic, Albert Pla... La música celestial que promueve el vino, la buena compañía y las amistades en una armonía multidisciplinar que te forma. No de una forma académica y estricta, no, más bien relajada a pie de barra de aquellas que uno quiere prolongar y eternizar. Aunque solo sea con un puñado de canciones, una anécdota o una lección testimonial.
FELICIDAD!!
Y es que el vino tiene esa virtud. Agudiza los sentidos que nos otorgó la madre naturaleza: La vista para contemplar, el olfato para evocar, y el paladar para ampliar rangos inescrutables antes. Pero lo más importante es que estrecha lazos y hace de su consumo, un alimento para compartir y disfrutar en compañía.

SALUT Y MUCHOS VINOS PARA CONOCERNOS
 

miércoles, 1 de octubre de 2014

PASEANDO ENTRE LAS LANGUE CON JUANCHO ASENJO (Barolos, Barbarescos y demás criaturas)

Jordi Fontanet photo.



De MOMENTOS trascendentes en nuestra vida hay tantos, tan diversos e inolvidables, como los aros que circunscriben el tronco de un viejo Roble. De buenos y de malos, de traumáticos o de eufóricos, de aleccionadores y también de revanchistas... Con 44 años ya a mis espaldas tiendo a creer, quizás por recientes sucesos, que la vida hay que devorarla desde la perspectiva que a uno le da el disfrute del instante, por si no hubiese un mañana. Que hay que saborearla al segundo, poderla absorber de todo aquel que se cruza en nuestro camino; en el consenso y en los desacuerdos. Pero sobretodo y si se tiene ocasión, compartirla y contagiarla como si de una pandemía de generosidad se tratase.
Y puede que esto suene un tanto épico y desatado. Tampoco voy yo ahora a teñir de filosofía barata de tres al cuarto, ni a disimular la euforia.

Pues bien, lo acontecido el pasado Viernes por la noche en VAdeBACUS Restaurant tuvo mucho de eso. Lo más parecido a un buen concierto de Rock donde el maestro Juancho Asenjo ejerció de solista inspirador, en la que los instrumentos perfectamente afinados de la orquesta de acompañamiento se transmutaron en quince hermosas botellas de Barolo, Barbarescos, Barberas + un blanco Timorasso. Y donde los suertudos asistentes tuvimos el privilegio de no solo oírlas con los cinco sentidos, sino de poderlas hacer sonar en celestial armonía como una auténtica banda. Conscientes de que ante todo, somos un pequeño grupo de amigos que se reúnen dos veces por mes, para en autodidacta pasión disfrutar del vino en cualquiera de sus formas posibles. Y que no cejamos en la idea de impulsar nuestra amistad/afición con nuevas metas.
Eran muchas las ganas y el tiempo invertido por el grupo y en particular por Carlos, en fructificar este encuentro con Juancho Asenjo. Teniendo en cuenta la dificultad de la distancia que nos separa, y su ajetreada agenda.



Para los desconocedores de los entresijos del vino y sus laberínticas galerías subterráneas. E imaginando una posible duda de... ¿Quien es Juancho Asenjo?, sin el menor interés en extenderme en muchos de los elogios que otros con mayor acierto ya se han encargado de sembrar por la red.
Simplemente escribiendo el nombre en google nos saldrán infinidad de datos: Conocedor infatigable e insobornable del mundo del vino ( desde el terruño del campesinado, hasta las más altas esferas del mundo de la gastronomía y la restauración). Divulgador heroico de la cultura vinícola Italiana; teniendo en cuenta del hermetismo y poca permeabilidad del país Transalpino a la entrada de foráneos en su universo vinícola, y con el plus que le otorga ser el único no Italiano nombrado Cavaliere. Un guerrillero de trinchera y cuerpo a cuerpo cuando se trata de acercar con un lenguaje directo y didáctico, su pasión al público más general todo lo que confiere la historia, el terruño, y la identidad del vino. Un Punk por principios y convicciones además gran conocedor por propia experiencia del mejor PunkRock y PowerRockero de finales de los 70's/80's y... Bueno... en efecto, hay algo que está muy por encima de su trayectoria y su sabiduría.

En las distancias cortas, una PERSONA de una honestidad y generosidad incalculable, y un conversador pasional y entrañable con el que se podría estar charlando de cualquier tema hasta el despuntar del alba. Desde Vinos, historia, teatro, música, deporte, política, cultura en general... hasta esa perspectiva tan lúcida y equitativa que contagia y comunica como nadie.
Con él se aprende algo mucho más importante que todo lo citado: La virtud de ver las cosas desde un ángulo tan amplio e interesante, que le hace a uno replantearse muchas de sus creencias. No es que te las rebate, sino que las refunda con el análisis imparcial y amplio que le han dado sus años de viajes, vivencias y conocedor de personas; distintas y variadas

Ahora, mejor sería entrar en faena y relatar a grandes trazos lo que dio de si las casi seis horas que nos ofreció Juancho. Puesto que podría extenderme con desmesura en elogios, y seguro que algo querréis saber sobre los vinos del Piamonte; todo de memoria y empujado por su hipnótica charla, y hala!! sin tomar un puñetero apunte (con lo dado que soy al divagueo; toma palabra inventada!!).
Una Master Class sobre los Vinos del Piamonte, su historia, particularidades geológicas, y la tremenda identidad de sus vinos. Que tuvimos el honor de disfrutar bajo los cuidados del equipo de VAdeBACUS, quienes proporcionaron la acondicionada sala de catas para 13 personas y su esmerado servicio. Y una posterior cena con una charla sin paragón, mientras disfrutábamos de la excelencia de sus elaborados platos: 
 Sushis: Maki de bogavante y mango. Gunkan de pulpo. Seguimos : Carabinero a baja temperatura con polvo de carquiñoli y chocolate con curry y aceite de trufa. Vieira con jamón ibérico y salsa de pimentón rojo asado. Risotto de ceps, espárragos verdes y trufa negra. Bonito vuelta y vuelta con fresones al modena y cebollitas glaseadas. Chuletón de ternera Asturiana con patatas ratte y su mojo verde. Para acabar postres. Nuestro mojito en texturas. Chocolate. Cuatro tipos de chocolates mousse de chocolate negro y blanco, brounnie de chocolate y bombon de chocolate negro relleno de chocolate blanco y naranja.. Ya veis, a la altura del regimiento de vinos.

Se mascaba el nerviosismo, el pequeño reto que suponía organizar el acto de inicio dubitativo y solemne. Y que Juancho se encargó de destensar conforme avanzaba su interesante lección de historia, territorio, y elaboración. Partiendo en primera instancia del origen vinícola dentro del balcón Mediterráneo que conformaban la antigua Roma y Grecia, su disposición de los cultivos como alimento, y la búsqueda de ese origen primordial en muchas de las actuales bodegas: El echo de los viñedos de altura para aprovechar los contrastes térmicos, el tamaño de las tinas, el podado para clarear las viñas de fuera hacia adentro para que alcancen el vigor necesario, la orientación de las vides Sur, Sudeste u Oeste, y hasta el tipo de Roble (nuevo, Francés, Eslovaco, de segunda crianza..) para que las crianzas expresen su verdadero terroir.

Pudimos viajar con la imaginación a la idiosincrasia del territorio de Barolo, sus influencias con Francia y Suiza, y el trascendente legado de la Casa de Saboya en todo el Piamonte. Y el resurgir de de un origen que fue devastado por la filoxera, hasta que la replantación de Barberas y Nebiolos volvieran a hacer suyos los paisajes.
Donde antaño, el ser agricultor en las Cascinas que se descuelgan ladera abajo en los numerosos municipios que conforman el valle, representaba un verdadero milagro de la subsistencia: Clima extremo, vendimias tardías y un valor paupérrimo, que por entonces se le daba a los cultivos de su orografía montañosa. Hizo que no hubiese una Piamontesa dispuesta a casarse con un agricultor del Valle, por la vida austera y miserable que estos llevaban; de echo esa naturaleza humana, es la que le da el mayor signo de identidad a sus vinos.

Las seis botellas que se escogieron para la cata pretendían sobretodo, ilustrar la importancia de la composición geológica en el carácter de los vinos. Teniendo en cuenta que Barolo en las pocas hectáreas de territorio que atesora, tiene uno de los mayores contrastes en composición mineral imaginable. También la importancia de remarcar la peculiaridad de los vinos del Piamonte: Vinos de alta graduación y con mucha volatilidad, con un componente alto de tanicidad y densidad, y que además tradicionalmente se elaboran con largísimas maceraciones que incluso se potencian mediante procedimientos mecánicos. Y que como todo buen vino Italiano tienen una lenta evolución en la copa (necesitan oxígeno a raudales). Lo que los hace vinos especialmente diseñados para largas guardas, y en los que se pretende preservar tanicidad, frugosidad y acidez por largo tiempo hasta cruzarse en el camino.
Claro, como podéis imaginar, el verdadero valor de estos vinos se aprecia mejor con añadas del 2000 para abajo. Y catar vinos del 2008, 2009 o incluso 2006, vinos relativamente jóvenes, es una verdadera experiencia para la destreza del paladar. Y a sabiendas de que en España no estamos demasiado acostumbrados a este tipo de vinos; cuestión de gustos claro.

Empezando de menor peso mineral a mayor y por consiguiente, de mayor suavidad, amabilidad y menor contundencia tánica (de izquierda a derecha), por los tres primeros. Hasta hacer cima en un Barolo de Serralunga, el Boscareto Principiano del 2008: Todo un impácto de tanicidad, intensidad de capa y lágrima, mineralidad y austeridad, que fueron evolucionando desde una primera impresión de tierra húmeda, hasta una complejidad mucho más oscura y fresca.
Los tres primeros si embargo, facilitaron la introducción con composiciones más arenosas y arcillosas, capas de color más degradadas y oxidativas, mayor maduración y maceraciones más cortas (más modernos, para entendernos), y haciendo mención especial al Barolo de La Morra, Torriglione Gagliasso del 2006. Que cautivó de inmediato al personal con ese toque a ahumados tan personal, y en especial a las parejas que nos acompañaron: Mucho más frugales, grosellas, cálidos, menos terrosos y con una evolución hacia el tofee, el regaliz o lo vegetal, mucho más claro y asequible.
En cualquier caso y lo más espectacular fue apreciar la evolución de ellos seis. Empezar desde el primero hasta los últimos, en los que se te agarraba el tanino a las encías. Y volver hacia atrás, para ver que los vinos del Piamonte van mutando, y acomodando el paladar a su impresionante tipicidad. Conforme van cogiendo aire y desaparece la fuerte volatilidad de su graduación, aparecen otros vinos muy distintos.
A mi personalmente me encanta esa primera bofetada de alcohol que dan, y toda esa carga frugal, balsámica y licorosa que llevan consigo. Después desaparece ligeramente y cambian radicalmente, se puede oler la piedra y brotar el tanino, pero el primer golpe te da una muy buena lectura de su estructura, equilibrio y de lo que serán en un futuro.



Tras el didáctico ejercicio de aprendizaje pleno en detalles, anécdotas y rememorando ese pasada visita fugaz que me llevó el pasado año a La Morra en boca de Juancho. Un conocedor de las intimidades más arraigadas de aquellas heroicas familias, que contra viento y marea han construido lo que se llama la capilla sixtina del Piamonte. Territorio de paisaje espectacular, que ha hecho que la disposición de viñas en perfecta simetría luzca ante los Alpes, como ese todo que uno espera encontrar al asomarse por la mañana al balcón Transalpino.

Proseguimos con la fenomenal cena que nos tenían preparada Toni, Vicente y el chef Alex Clavijo: Pequeñas miniaturas de mil sabores y texturas, para que la hora de los Barbarescos llegara con otro acertijo más. El de los tres Pelisseros con tres vinos de la misma bodega, pero diametralmente distintos los unos con los otros por disposición, orientación hacia el sol, pago y caracteres. Como tres trillizos de la misma madre (Nebiolo), parto y momento, pero con miradas y brillo distintos:
TULIN, NUBIOLA y VANOLU, los tres del 2011; en arrogante acto infanticida. Nos pusieron en perspectiva a la hora de entender los vinos por el trabajo que dejan tras de si. Y poder masticar y paladear los pequeños detalles de elaboración que hacen de una misma uva y zona, vinos totalmente distintos... La magia en definitiva, de la tierra y la piedra, la climatología, la evolución de las plantas conforme cambia, la búsqueda infatigable por el cual el hombre interactúa con la naturaleza a la hora de ilustrar en un vino, el estilo concreto de una zona.




Así la noche acabó transcurriendo entre charlas, por las cuales Juancho Asenjo da siempre ese contrapunto preciso con el que aprender aun más de la verdadera magia de beber vino. No solo beberlos sino entenderlos, algo que va más allá de meros tecnicismos y sensaciones perceptivas. Y que te hace entrar en comunión, con toda la liturgia de la creación del vino y de su significado cultural en el tiempo que nos toca vivir.
 
Degustamos el oro precioso de William Deutz en un Millesimé con el que generosamente homenajeó Carlos el encuentro: Del 99, con un equilibrio y delicadeza con la que se caracterizan los grandes Champagnes. Y la untuosidad y el carácter varietal de un blanco Timorasso, con el que se escoltó al carabinero en el inicio de ágape, antes de que los grandes Barbarescos entrasen en escena: Otra de las razas históricas que se extienden por el Piamonte, y que junto a Barolos y Barberas han postulado al Piamonte como una de las pocas D.O Italianas impenetrables a cualquier uva foranea.
Sensibles a la oxidación y a la botritis, los Barbarescos son uno de esos milagros de la naturaleza y claro está; auténticos retos donde la sincronía entre la pericia humana y la tierra, alcanzan su máximo esplendor. Así que con semejante desfile de intrínsecos a la par que diferentes ángulos con los que empaparse de Piamonte, solo nos faltaba rematar con una de las vilipendiadas uvas de la zona, la Barbera como antesala a los Barbarescos: 
 
Una Barbera Superiore D'Asti de Franco M. Martinetti; el Montruc del 2009. Que tuvo que bailar con los imponentes Barbaresco de Neive Serraboella del 2006, el de Treiso Vallegrande Ca' Del Baio 2011, y que pese a todo ello ni se amilanó. Demostrando una vez más que aunque se crea que Barberas y Dolcettos, solo eran uvas menores con las que relanzar la zona. 
 
A día de hoy gracias a Giacomo Bologna, M. Marinelli, Sandrone, los Hnos. Conterno, o Giuseppe Rinaldi entre otros muchos avezados, desde los 80 la Barbera de Asti, Monferrato o Alba son vinos de alto nivel a precios más asequibles.







El broche final lo pusieron un Barbaresco Vallegrande del 2011; un vino cálido y vegetal con bastante recorrido todavía por delante y tanino para domar. Otro Barbaresco más, Costello di Verduno de la familia Burlotto en una de las añadas, la 2010, de las más curiosas por climatología de las últimas décadas: Más accesible y maduro que su compañero y un tanino más liviano, mucha fruta y muy floral; un vino de aquellos de coger afición si no la hay.

Al terminar otro 2010 de Michele Marinetti, hijo del mítico Franco Marinetti y una de las familias más reputadas y aventureras a la hora de trabajar el viñedo en constante investigación; el Barolo Marasco. Un temperamental vino que coronó la noche por su misteriosa complejidad y amabilidad en boca. De cuando pituitaria, papilas y vista andan ya medio sumisas a la ambrosía desplegada aquella inolvidable noche de Septiembre. Y las lenguas aun sueltas espadachinas en charlas sinfín no adolecen de cansancio, ni las carrozas se convierten en malas calabazas que nos aguaran la velada. Se habló, se escuchó, se aprendió, se arregló un poco el mundo, y fue de tantas y diferentes cosas que el global de sensaciones tan solo se puede expresar en intangible gratitud.

Quizás la música y el disco de gustos compartidos, que sonó en mi coche mientras tenía el honor de acompañar a Juancho, Carlos & Family camino a casa, y el abrazo de despedida final, puedan dar un apunte/idea final de la emoción del MOMENTO.


 
FAMILIA FELIZ!! Menos ROSA y CARLOS (EL FOTÓGRAFO)

sábado, 21 de junio de 2014

FINCA RESALSO 2012 _ ¡NANO NINO, COMO ME GUSTA EL TANINO!





Bodegas Emilio Moro
Tipo: Vino tinto joven con crianza
D.O Ribera de Duero
Uva: Tinto Fino
Viñas jóvenes de 5 a 15 años, ligera crianza en Roble Francés
Graduación: 13'5%
Servicio 14 grados, precio aprox. 6 a 8 Euros.

En el año 2010 de la presente, encontraron a un comprador tenaz en una grieta espacio/tiempo descubierta entre el pasillo de licores y snacks del Alcampo de Sant Quirze del V.; o como se le conoce popularmente San Quirico. Lo hallaron exhausto agarrado a una botella de Paternina, como quien se agarra a la vida por un manojo de cabellera; atenazado, desencajado y sudoroso. Desde aquel estremecedor suceso que tuvo en jaque a reponedores, guardias jurados, y empleado/as de la limpieza durante más de 24 horas. Las autoridades competentes decidieron poner freno a semejante avalancha de aguerridos consumidores, y diseñar un hábitat mucho más plácido y agradable.
Fue tan terrorífico ver a ese sujeto parafrasear etiquetas de vino al revés, que decidieron crear un vínculo que consensuara a paladines de llamativos colores, aposentados condeduques, curiosones, y socorridos amantes de caldos: Sembraron estantes, vitrinas, y expositores de semillas jóvenes y llamativas, y acabaron florecieron pequeños tesoros que se confundían entre tanto abalorio y botella de dudosa calidad.

Allí donde todos reniegan y esconden su as bajo la manga, donde se confunde la elegancia, se mimetiza la burguesía más sofisticada del común de los comunes. Allí donde todos negamos haber ido, y si lo hemos hecho a sido arrastrados por alguna puntual oferta o por culpa de nuestra consuegra. Jurando y perjurando que siempre compramos nuestro amados y queridísimos líquidos espirituosos en nuestro selecto y pequeño comercio de confianza: Aquel en el que depositamos toda nuestra fe en su tino para seleccionar aquello que nos va a soliviantar el alma, hacer redoblar los tambores de nuestro corazón, y espolear o domesticar nuestro paladar según el caso. Sí ¿no?... ya.



El caso es que como sabemos que esas grietas de espacio/tiempo se abren y se cierran a la vuelta de cada esquina y donde menos te lo esperas; no vaya a ser que nos cogiera una en un renuncio, nos abdujese y fíjate tu que papelón. Mejor que nos encuentren agarrados a las nalgas de alguna señora mayor que a una botella de vino de dudosa procedencia. Así que pongámonos en situación: Imaginémonos en una gran superficie (y ya se que será un esfuerzo titánico para alguno); va, sin perder de vista nuestro pequeño comercio de confianza al que acudiremos siempre; aunque sea por una mera cuestión de principios. Nos conjuramos, nos santiguamos; mas líbranos del mal amén y pa'lante!!
Es cierto y evidente que aunque hagamos la compra mensual en una gran superficie, y la tentación sea grande. Yo siempre recomiendo comprar el vino en tiendas especializadas, donde encontraremos buenos consejos y una selección por lo menos más amplia y emocionante. Apoyamos el riesgo que conlleva montar un negocio de esta índole, encontraremos pequeños productores con bastante más identidad y terruño que los grandes latifundistas del vino, y sobre todo respeto por la materia prima y los pequeños distribuidores (esto ya lo digo muy en serio).

Lo cierto es que por suerte o desgracia; según se mire. Hay pequeños brotes que a veces pasan desapercibidos entre tanta botella clónica, con precios muy asequibles y con una muy buena calidad: Castell del Remei, Cap de Ruc, Condado de Haza, los blancos de Laus, Remelluri, Muga blanco, y alguno más que se me pasa por alto. Vinos de una RCP aceptable que se pueden encontrar en algunas grandes superficies (algunas, todas eh?), y que nos pueden sacar de un apuro en alguna ocasión.
FINCA RESALSO es uno de ellos, por lo menos en mi caso uno de los pocos en los que suelo confiar, y que destaca por una personalidad casi única dentro del segmento de vinos jóvenes con carácter. Finca Resalso es el por así llamarlo el “vino básico” de Emilio Moro; quien ya va por la tercera generación familiar, y que hizo de sus grandes reservas un buque insignia de los 90 en Ribera de Duero. Su vino elaborado con las viñas más jóvenes destaca sin embargo muy por encima de los vinos de su rango, y lo hace sobretodo porque tiene un nexo inconfundible entre la tradición más familiar y las nuevas generaciones que lo han creado.

De color intenso y fondo escuro, Resalso es un vino con una estupenda nariz confitada donde asoman discretamente los lácticos y la fruta crocante que le confiere la porosa barrica Francesa. Con una volatilidad alcohólica muy comedida donde se facilita la eclosión de las frutos silvestres (arándanos, moras, picotas), el regaliz, la piedra (basalto, grafito), un puntito de tinta china, y una voluptuosidad tan agradable como tentadora.
En boca tiene un ataque muy franco y acaramelado, la acidez realmente muy controlada y unos taninos bien integrados. Cálido y fresco al final, donde se dan la mano los mentolados con un toque final secante a regaliz. Es un vino muy agradable y fácil de beber, que lo hace mostrarse versátil para acompañar arroces, embutidos, un plato de pasta e incluso unas gambitas de Palamós a la plancha.

Uno de los pocos vinos en los que deposito mi confianza cuando pateo una mastodóntica superficie, y que desmitifica leyendas urbanas sobre los vinos y la siempre cierta creencia de que un elevado precio equivale a vino disfrutable.
Además aprovechando que estamos a las puertas de las Verbenas Sanjuaneras, no hay mejor ocasión para formar una buena triada, que con unas botellas de Craballas (Rueda), un Resalso, y un Cava de Mestres para rematar.