domingo, 11 de mayo de 2014

LA GRAN BELLEZA de Paolo Sorrentino/2013




Me apresuro a escribir perseguido por los mil demonios del olvido. Como si esa gran masa que protege la fortaleza craneal dejara escapar el recuerdo, para hacer sitio en una azotea repleta de tantos trastos que pide a gritos una limpieza a fondo.
Son ya largos los meses que han pasado desde que visionara esta excelente cinta Transalpina. Y aunque muy a mi pesar, la vorágine mediática de las intraredes, redes sociales, y bloguers mil hayan dado habida cuenta de las virtudes de esta película; y seguramente no quede ya rara avis sobre la faz de la tierra sin haber visto o leído sobre la misma. Yo que intento trascribir cualquier asunto #o casi, que me interese; como aquel marino que anota en su bitácora los pormenores de su travesía a modo de autobiografía. No voy a perder la oportunidad de escribir sobre, posiblemente la única película, que me a hecho rebrotar aquellos años de juventud cinéfila suicida.
Y digo suicida porque aunque años atrás era más fácil encontrar pequeñas salas donde ver cine... vamos a llamarlo de autor, europeo, o como a mi me gusta llamarlo: “cine poco comercial”. Tampoco es que fuese antaño un hábito masivo; pero posiblemente si que era más aceptado #sin efectos digitalizados y animados, las historias atípicas tenían una cierta relevancia.


Sin embargo y aunque esta cinta nos proponga una narrativa abstracta, cargada de simbolismo, y desconcertante por momentos. No es poca la importancia que tiene en ella su impactante carga visual; fotografía si se le quiere llamar, exenta de paisajes naturales extenuantes.
Aquí no encontraremos trucos prosaicos con los que embaucar al espectador con la excusa de ampliar su ratio comercial. Entre otras cosas porque a LA GRAN BELLEZA se la quiere o se la odia, según sea nuestra disposición a aceptar el juego de Paolo.
Algo que añoro terriblemente en el cine que se factura en la actualidad, o por lo menos en el que acaba trascendiendo: La ejecución de una obra en la que cada uno de los aspectos de una película, confiere ese nimbo único al conjunto.
Empezando por la armonía con la que se maneja la cámara, y lo que transmite sin necesidad de diálogos. Y acabando con el personaje principal, donde gravitan como satélites todas y cada una de las míseras existencias que acaban por darle cuerpo.


En ese ensayo sobre el declive del arte y de la sociedad que lo rodea. Nuestro personaje Jepp Gambardella ejerce de cronista, tomando su misma existencia como ejemplo; con intenciones o sin ellas. Recorre su vida desde aquel único amor de adolescencia, con su único libro como testigo, y con una indolencia propia de quien desprecia cualquier trascendencia desmesurada. En ese camino abrupto donde la estructura narrativa deja de lado cualquier patrón clásico. Nuestro personaje recurre a su instinto traidor del subconsciente, para mostrarnos la verdadera “gran belleza” de las imágenes. Que bien podrían ser los fotogramas de un cerebro confuso, donde los contrastes entre el desenfreno festivo, las escenas más mundanas, y la paz que transmite la belleza subliminal de la ciudad, se amontonan logrando un impacto visual subyacente.
Quizás por eso, aunque alabada con unanimidad por la crítica. Pocos galardones han tenido el valor de premiar esa arriesgada forma de narrar algo tan sencillo como volátil: La complejidad de la existencia en secuencias y planos.

Dicho esto y como podéis imaginar, no hay sinopsis lo suficientemente concisa para aglutinar en cuatro párrafos todo lo que desencadena su original puesta en escena. Un cine apuntalado por los Fellini & Co. Y que nos da su particular forma de ver el derrumbe de nuestra sociedad en general; por mucho que se centre en Roma.
Jepp Gambardella es ya un viejo y aposentando escritor que vive de los réditos de un único (y exitoso libro), publicado hace veinte años. En su retiro sexagenario se ocupa de escribir sobre arte (y cultura) en una revista, bajo la condescendencia de una amiga editora. En ese complaciente trabajo descarga toda su desidia por todo lo que le rodea: Empezando por un absoluto desinterés en todo lo que concierne a su influyente figura, pasando por el elitista mundo del arte conceptual donde convive. Y acabando por mostrar ese profundo asco y apatía, con una actitud destructiva hacia su persona y todo lo que le rodea.
En esa existencia vana y carente de anhelos en la cual solo se dedica a devorar las noches de fiesta en fiesta, excesos alcohólicos, y relaciones deshumanizadas, sucede algo inevitable. Que no es más que la contemplación de un mundo vacío, artificial y decadente que acontece en Roma; como si se tratara del reflejo mismo de su ser.


Tras el decorado de este impreciso argumento, la película transita a golpes de timón e impactos visuales. En una puesta en escena repleta de abstracciones y simbolismos que dan para extraer infinidad de reflexiones: El de la misma vida del protagonista que se arrastra recapitulando sus desdichas, fracasos, y su levedad. La ciudad de Roma como telón de fondo, donde la cúpula de la acomodada clase alta se regodea en su propia mierda. Y un mundo que se desmorona falto de valores y plagado vacuidades, que se ve reflejado totalmente en esa concreta historia.

Lo verdaderamente memorable de la cinta en concreto, es que ante un escenario tan dantesco, frívolo y deprimente, surge la verdadera belleza como un filtro imperceptible. Simple y llanamente con el movimiento elegante e incisivo de la cámara #el arte de filmar y silenciar el caos con la genialidad de la imagen. Apoyada por una narración en segunda persona lapidaria, poética, y concluyente.
LA GRAN BELLEZA tiene todo esto y más, de echo es una de esas películas noqueadoras que se desdobla en si misma cada vez que se vuelve a ver. La primera por el desconcierto, la segunda con un paladeo más parsimonioso y panorámico. Y así sucesivamente hasta extraer infinidad de lecturas; como un juego de muñecas rusas, o el Cubo de Vicenzo Natali.



Puede que para algunos sea una película excesivamente larga. De una construcción enrevesada e insoportable, tremendamente aburrida para otros. Pretenciosa para quien no entienda su mensaje crítico, con la propia medicina del ensalzamiento desmesurado, bizarro y visceral con el que se nos muestra. Puesto que aunque se crea que habla de otros, en realidad habla de nosotros mismos.
Quizás solo por eso no se quiera entender; probablemente por nuestra falta de autocrítica.

lunes, 5 de mayo de 2014

EL ATAQUE DEL XITXAREL.LO (#Vinos Divertidos)




Tipo: Blanco joven
Bodega: Martí Serdà (La Granada)
D.O: Penedés
Uva: Xarel.lo 100%
Viñas de 60 años
Maceración en frío, 20 días de fermentación, y Baonnage de 5 semanas.
Precio aprox: 8 Euros



Hay una corriente antaño subterránea que fluía bajo nuestros pies sin la más mínima relevancia. Con los años y la erosión de nuestro fatigoso caminar, hubo quienes la descubrieron como los infatigables buscadores de materiales preciosos de Coloma. Hablo de la estética y las modas como un fenómeno tan cotidiano y aceptado que difícilmente podríamos entender nuestros preferencias actuales, sin querer aceptar lo que nos llegan a influir #lo queramos o no.
Otra cosa bien distinta es la forma con la que cada uno se sienta identificado: Los que llenan sus vacíos con un disfraz de originalidad, con el que paliar su falta de personalidad. O los que intentan buscar el equilibrio entre creatividad y la esencia identitaria. Pero lo que está claro y es del todo evidente, es que convivimos a diario con ella y aunque uno intente escapar, siempre está el subconsciente por el cual se rigen nuestros hábitos.
En cualquier caso siempre es mejor aceptarlo sin por ello sacrificar los principios de cada uno; pues no hay nada más dañino que ser esclavo de las modas, sin que éstas produzcan un debate interno.


Hay quien despectivamente lo achaca a modas pasajeras que van y vienen sin explicación posible. Pero yo creo que en el fondo, lo que hace que algo se establezca como moda, es fruto del trabajo de otros que trabajan desde abajo: Desde las mismas personas inconformistas que buscan el placer propio, hasta los pequeños propios creativos que nacen bajo el subsuelo.
Luego evidentemente siempre están los que se limitan a copiar y a banalizar las ideas, en forma de marcas y corrientes de consumo. Pero no hay que confundir ambas consecuencias: Ni el echo de que de repente a todo el mundo le de por algo, como la maravillosa brillantez del zigoto que dio a luz la idea.


Yo soy de los que cree profundamente en la estética #no en el mal uso que la desvirtúa. Pero sí en la importancia y en el atractivo de la imagen, como algo que expresa un concepto o que simplemente lo lanza al aire para que otros lo desarrollen. Esa forma de transmitir algo con una simple línea, con un gesto, o con una evocación intangible e imaginaria que eclosiona, y que todos quieren imitar.
Es cierto que los verdaderos artífices de las primeras y más descabelladas ideas, son casi siempre denostados e ignorados. Pero luego está nuestra propia responsabilidad como seres, con una capacidad innata para reflexionar y aplicar criterios. Y desde luego, para escarbar y buscar en el pasado el punto de inflexión entre el origen y el desarrollo. No se trata en cualquier caso de sentenciar lo bueno y lo malo, lo auténtico y lo falso. Si no de calibrar y de hacer trabajar el instinto, sí el instinto: Eso tan primitivo que nos otorgó la naturaleza.
Y el mundillo del vino amigos es desde luego y mirando con perspectiva, uno de los máximos exponentes de este cambio. Si antes se ponía un especial acento en la casta y la estirpe familiar plagada de: Ducados, Marquesados, Dones, Doñas y Santos por doquier; quizás para dotar de solemnidad y elitismo al asunto. Ahora son las nuevas generaciones las que han democratizado el vino. Ya no solo como un alimento necesario para la plebe, y a otros niveles un privilegio para unos pocos afortunados. Si no como un elemento con el que se puede conjugar todo o casi todo: una especie de navaja suiza y 6 en 1, donde igual cabe el ritual del respeto hacia el terruño, como su consumo coloquial. El respeto por el pasado de las viñas viejas y la recuperación de cepas extinguidas, como la búsqueda incansable de cupatges inverosímiles. O como un elemento perfecto (la vidriosa botella). Donde diseño e imagen, sean de verdad, el vehículo perfecto para plasmar y transmitir las sensaciones que uno espera encontrar en su interior. 
Y como no, sobretodo el culto al elemento vínico como un transmisor popular de sensaciones, dispuesto a derribar mitos.



Lo mismo da que sean las nuevas zonas y algunos inconformistas los que hayan iniciado la revolución. Porque también los hay que han surgido de las catacumbas de las zonas más aposentadas y herméticas: Rioja, Ribera de Duero, o la mismísima Penedés; como es en este caso. Donde es tan fuerte la identidad que se labraron desde décadas, que se antoja una tarea imposible revolucionar, sin perder de vista por ello la identidad.
XITXAREL.LO es un claro ejemplo de este nuevo concepto de vinos y de su fidelidad hacia su legado. Un blanco joven con aires de gamberro, que no se basta tan solo de su irreverente imagen. Si no que lo hace echando mano de la jerga más profunda y arraigada: El taco primordial, y el palabro que nace en entornos tan hostiles como los pueblos; sí sí, allí donde el cosmopolita se siente más perdido que Adan en el día de la madre.


Xitxarel.lo podría ser como uno de tantos monovarietales que delega cualquier tipo de expresión al propio de la uva. Sin embargo, esta insignificante bodega ha sabido como nadie exprimir las virtudes del Xarel.lo: Una uva que parece haber emprendido un viaje en solitario, sin el continuo vasallaje de Parelladas y Macabeus, ni el servilismo hacia la tiranía de los extenuados Chardonnays.
En esa dura travesía a la búsqueda de nuevos y personales blancos, se han quedado por el camino numerosos intentos fallidos con infinidad de blancos clónicos: En su mayoría frutales, frescos, muy florales, de fácil beber pero sin apenas carisma. Sin embargo esta modesta bodega, ha sabido articular en una especie de mandamiento primigenio, lo mejor del pasado, el presente y el futuro: La osadía de hacer del diseño de una botella, todo aquello nos une con nuestros ancestros #el adjetivo que se crea a fuerza de conjugar nuestros actos, y que no entiende de gramáticas dogmáticas ( Cafre, Tronat, Penco, Escalfabraguetes, Pixapins...). Y que ilustra la botella en un compendio inimaginable de imaginación e investigación seglar. Para elaborar un Xarel.lo de precio popular, con una complejidad arrebatadora y audaz:
Mantiene intactas todas las virtudes de la modesta uva blanca: Personalidad, buena estructura, una acidez refrescante, y un verdor evocador que la hace contagiosa . Pero además consigue que todas ellas se ordenen y sean fácilmente reconocibles.
De entrada por su tímido aroma que según la época del año hace estallar su jovial fermentación en la botella, con ligeros carbónicos y vegetales. O se amanse según pasen los meses, con una tenue fragancia floral a jazmín y a hinojo. En boca evoluciona ligeramente conforme toma una bocanada de aire, convirtiendo la acidez inicial en una ligera untuosidad sin perder el frescor de su acidez, su mineralidad, y su verdor (tomillo, hierba húmeda, flores …). Todo esto hace que sea un vino blanco desenfadado y muy versátil para maridar o tomar como aperitivo. Pero además lo dota con la suficiente personalidad para hacer de él un joven blanco con dosis de complejidad, sin dejar de ser dócil.
Un blanco con cierto volumen que equilibra con maestría: Diversión, elegancia, y sofisticación. Muy juguetón a la par que ilustrador en su impagable diseño.


Si el paladar fuera al oido lo que las sensaciones al alma, sonaría así:

lunes, 28 de abril de 2014

PATINADORES A SUS PUESTOS!!: 2ª SUCESIÓN DE CANCIONES Y DIÁSPORAS MUSICALES.

PAUL HILL 1941



#PRÓLOGO:
Miguelín no quería volver al cole no,no, y no!! Solo patinar y patinar, acompañado o en soledad, pero siempre patinar.
Su madre; una enorme rolliza y arrugada mujer de tez grisácea. Le daba órdenes, consignas, e instrucciones; mientras lo agarraba con fuerza del brazo, pendiente arriba hacia las escuelas. Pero en su interior una enorme fuerza parecida a los contrapesos de una gran puerta con baldas, le impedía obedecer las órdenes propias de un adulto.
Era la única neurona existente que le patinaba cual ratón en su esférica atracción. Pero aun así, solo deseaba seguir contemplando el rumor de las olas al deshacerse en la arena. Allí observaba ensimismado la sinfonía Mediterránea, mientras se deleitaba mirando a su “mini yo” juguetear con la arena húmeda: Una miniatura de su “doctor maligno” interior; consentida, mimada y malcriada. Que ensalzaba la perenne infancia que preservaba, pese a su casi metro noventa y cien kilos de torpe cuerpo. Apuntalado de abajo hacia arriba como si de un Capgròs de tratara.


Su pánico por los fondos marinos era directamente proporcional a la fascinación que le producía hundir sus dedos en la arena húmeda: Notar los granos de arena apelmazados en sus manos, amasarlos, compactarlos y construir frágiles puentes y depresiones para que el agua se empachara de ella... y vuelta a empezar. Una sedante sensación que blanqueaba con cal perfumada su mente. La misma que oír el giro continuado de los cojinetes de su patín, rodar pendiente abajo: Hipnótica y mántrica a la vez que contemplativa, la sensación de observar sin un punto exacto donde concentrar la mirada.
Esa misteriosa sensación que creía ya olvidada, en la que un secreto mecanismo del cerebro nos hace pasar de la euforia al desencanto y viceversa; cuando los problemas revolotean en nuestra cabeza. Y que solo el efecto curativo de la música, modula con incierta dirección.



#CAP_1: FUTURE ISLANDS_ SINGLES


Por eso, y ahora más que nunca, me puedo imaginar ante el espejo asiendo cualquier elemento de la decoración, y exteriorizando aquello que nos hace sentir la música. Esa especie de catarsis mántrica que redunda en una expresión corporal, hasta cierto punto cómica y grotesca; seguramente para aquellos que no sientan ni frío ni calor con la música. O quizás para los que le da pudor mostrar su lado más visceral.
Samuel T. Herring es evidente que no es de los que siente esos prejuicios. Empezando porque no es ni el prototipo de hipster ilustrado. Ni parece importarle demasiado lo que pensará el resto de mortales sobre su forma de llevar al límite su interpretación; como si no hubiera un mañana.

Y en éste su tercer trabajo. FUTURE ISLANDS parecen haber encontrado el equilibrio casi imposible entre la frialdad del Pop sintético, y la interpretación vocal llevada al extremo de su líder. Sus dos anteriores discos no cosecharon grandes elogios, y fueron pocos los que se vieron reflejados en esos cantos a los corazones rotos. A los adolescentes heroicos ignorados, o a los románticos pasados de moda.
Singles/2014 es el mejor ejemplo de la capacidad que puede tener la música para congeniar dos polos opuestos: Lo electrónico y lo espiritual, y conseguir que la banda de Baltimore vivan su minuto de gloria con “Seasons (Waiting on You)”. Una de esas canciones que surgen cada cierto tiempo, para consensuar la belleza innata de aquellas melodías, que aciertan con la romanticomelancolía épica. Imposibles ellas de no canturrear, o de escuchar en modo repeat.


Aunque más allá del éxito inmediato de la canción que adelantemos en la última play. Es en canciones como “A Dream of you and me”, o “Doves” donde mejor se puede otear esa comunión natural entre el Pop electrónico romántico del Upstairs at Eric's de Yazoo. Y el erotismo espiritual del Funk/Soul atormentado de Marvin Gaye. Explotando aun más esos medios tiempos tan lucidos que ofrecían con cuentagotas en “Vireo's Eye”, “Walking through that Door”, o “Balance”; de sus primeros discos.
Un trabajo al que se le va cogiendo cariño al compás de esa maravillosa mezcolanza de electropop retro, que tanto bebe del pasado: La mayestática melancolía de “A song for our Grandfathers”. Esa turbadora forma de modular y contener la escasa y gutural voz de Samuel T. Harring en cortes como “Light House”.
O ese funambulismo donde las escasas armas para defender el argumento de esta banda de perdedores (un bajo, unos sintes, y una batería). Ceden la primera línea de fuego a un carismático líder. Quien maneja como un apasionado niño las escuálidas miniaturas de SynthPop ascendente, tales como: “Back in the tall Grass” o “Spirit”. O la tremenda “Doves” donde parecen conjugarse la ciencia tecnológica, y el alma del Soul negro. Creando algo que eleva, y que gana una barbaridad con las incisivas escuchas.

Lo cierto es que el secreto de su repentino éxito es uno de esos fenómenos, a los que poca explicación lógica se le puede dar. Ni su último álbum se tanto mejor que los anteriores, ni han variado demasiado su patrón de trabajo. Eso sí, es totalmente merecido, y elaborado en la sombra y con total independencia del mercadeo.
Además, uno no puede evitar alegrarse de la popularidad de una de sus bandas fetiche, independientemente del precio que deban pagar por su éxito.
Habrá quien se desengañen con su propuesta y quien los descubra. Pero lo que es indudable es que Samuel T. Herring se muestra tal y como es sobre el escenario: Ni intenta disimular sus carencias vocales, ni surtir su espectáculo con una musicalidad excelsa. Posiblemente una de las bandas más honestas y felizmente sinceras sobre un escenario.


#ANGEL OLSEN_BURN YOUR FIRE FOR NO WITNESS


Ahí fuera hay otros mundos que se alejan desbocados, en busca de algo que nos demuestre que los caminos por trochas y senderos son más emocionantes.
Esta joven de Missouri no ha necesitado experimentos gaseosos y fugaces. Y sus colaboraciones con Emmet Kelly y Bonnie Prince Billy la han dotado del suficiente terroir, para ofrecernos uno de los discos con más chicha del presente año: Una conjura donde ternura y aspereza parecen dar a luz a un híbrido entre Kirstin Hersh y Hope Sandoval. Un robusto árbol que da los frutos del Folk chirriante, de las texturas rugosas, y del sabor de esos caquis verdes que dejan ese paladar áspero, proyectado de taninos y dulzura. Aunque el suyo es uno de esos membretes evocadores, que lo hace más por la familiaridad de su timbre vocal, que por un parecido real.
 

Sería una crueldad comparable a poner en una rueda de reconocimiento a todas las jóvenes y viejas folkies; (Marissa Nadler incluida). Y descartar la afección por considerar que todo suena más o menos igual.
Pero Angel Olsen tiene algo importante que juega a su favor. Y es que no se limita a musicar sus emocionales textos con la candidez y desolación de un Cauntry Folk previsible. Si no que prefiere extralimitar la jurisprudencia del Folk de raíz, con lo que sería un camino abrupto y rocoso. En primeras instancias con los restos esqueléticos de “Unfrucktheworld”: Los restos abandonados de una relación, que nos pone un punto de partida con trampa; tantas como estemos dispuestos a afrontar. Como si quisiera sacudirse el peso del desamor, y arrancar con el vigor de las guitarras las capas rugosas como la piel de una serpiente dolida... Y suenan “Forgiven/Forgotten”, “Hi-five”: Dos bofetones de dos minutos escasos que bien podrían durar una eternidad. Flirteando con los sudarios de Liz Phair, las Breeders de Pod, Belly, o esa quinta esencia de Sparklehorse, donde Mark Linkois deambulaba entre lo tierno, lo salvaje, y lo redentor de “It's a Wonderful life/2001
Y es que “BURN YOUR FIRE FOR NO WITNESS” tiene mucho de eso. De un viaje donde las depresiones montañosas, las llanuras, los grandes cañones y las escaladas de rodilla en tierra. Nos dan un espectro variado y multicolor con el que malear el Folk como concepto. Solo así se entiende el desenlace final de “Windows”: Grande, serpenteante y maravillosa. O esas paradas quebradizas en “Lights Out” o “Dance Slow Decades”. Para luego dejarse arrastrar y arañar por “Stars” y “High & Wild”, donde fluyen perezosas las guitarras dispuestas como finas capas de Lino.


#UN ¿PERDÓN?

Podría abreviar pero no me da la gana. Se que podría gestionar las reseñas de los discos que salvaguardan mi penitencia, y multiplicar las entradas del blog. Incluso ahorrarme el esfuerzo de no perder el hilo tras semejante parrafada. Pero siento que si no dejo un testimonio de aquello que me atrapa, sería como dejar a la deriva una sensación por pasajera que sea; como un diario de abordo que da sentido a la existencia.
Así que más vale que lo miren por el lado bueno ¿imaginen que hablo de cada uno de los artistas que completan la lista? Y den fe que lo haría de buen gusto; pues cada una de ellas son algo más que meras canciones. (#no consideren esto como una amenaza#)




#THE MOVEMENTS_ LIKE ELEPHANT-2


Y sin duda, si hay algo que me motiva especialmente para seguir al acecho de lo que se cuece. Es no dejar de sorprenderme por la fuente inagotable de canciones, de artistas, o de inspiraciones que afloran contra todo pronóstico. Porque tal y como está el tema, el simple echo de que alguien dedique parte de su vida ha componer y a compartir su arte, ya me parece todo un lujo.

Es el caso de este quinteto de Göteborg de los que tengo la bendición de hablaros. Una banda que publica su séptimo trabajo, y que remarca su amor por los elefantes; o quizás por la memoria que éstos poseen. En una perseverancia total por honrar al pasado, con el que estamos todos un poco en deuda.
Supongo que a estas alturas nadie dudará de la legitimidad de las nuevas bandas, a la hora de aprovecharse de los mil y uno estilos de los 60's y 70's. Aunque siempre habrá formas y maneras de hacerlo: Convirtiéndolo en algo nuevo, o respetando a toda costa su esencia. Estos Suecos son de los segundos, y en su forma de bajar a las catacumbas tienen una cierta concordancia con sus colegas Soundtrack of our Lives. Para los incautos que piensen, que lo nórdicos son excepcionales e higiénicos imitadores.

Este vendría a ser un continuista segundo capítulo de una especie de inventario histórico. Donde no solo es la Psicodelia de la Costa Oeste es la que hace girar las manijas de su particular homenaje a la música. También lo es el del Pop/Folk y el del Rock universal con claras influencias del viejo Neil Young.
Tan solo basta con detenerse un instante, cerrar los ojos y dejarse elevar con piezas como su “Six Feet Under”, “Redemption”, o “Winters Calling”. O suficiente para aprovechar este balsámico disco y reptar hasta caer en el del pasado año “Like Elephants 1”; aun mejor que éste último, y donde joyas como “David's Song” o “Two Tongues” brillan con luz propia.



# SEGUNDO CAPÍTULO: (TRAGO, RESPIRO, Y ADELANTE)

Para este último bloque con el que concluir estas concurridas listas musicales. Me voy a reservar el derecho de prescindir del zoom, con el que remarco la importancia relativa de un disco/banda. Y vamos a pasearnos de forma más panorámica, por algo tan sencillo como darle su sentido inicial a estas Plays (Mensuales, dúomensuales, trimestrales y lo que te rondaré morena): Que no es otra que compartir con cualquiera que le interese perder un precioso tiempo de su vida, en paisajear con aquello que considero merecedor de atención.
Ya se que hay infinidad de cosas que se escapan por las rendijas del tiempo y la atención; y benditas y bien aventuradas sean, porque ellas serán las que nos seguirán sorprendiendo a lo largo de los años (ya sin la etiqueta de novedad). Es el caso flagrante de bandas como Danny & the Darleans y Clubfeet; ambos del 2013 e igual de novedosos para quien como yo, los pasó por alto.



Uno de los buenos motivos, por ejemplo, por los que perder un instante en descargar la PLAY de este segundo trimestre. Y repasar las virtudes y defectos de lo que ella incluye: Bandas con recién estrenados discos, adelantos en forma de Ep, o simples canciones que despierten el mínimo interés por propuestas curiosas, poco conocidas... Excusas en definitiva para descubrir.
Es por ejemplo, el hervidero de creatividad que llevamos en el ámbito nacional estos últimos años. Discos y ejercicios estilísticos a los que ha moldeado nuestro maltratado país, con prosas que van desde la acidez visceral de PABLO UND DESTRUKTION: Quien ahora ya con banda, desgaja el folklore Asturiano y lo machuca con la crisis industrioexistencial de la región minera.
Dando una pócima donde los versos en forma de salmos ofrecen una realidad tan cruel, que a veces parecen cuentos de H.P Lovecraft. 
 


Hasta la cotidianidad de los Barceloneses SAMITIER, quienes prefieren la poética proletaria. Para reflejar que en el día a día cotidiano se encuentran las peores miserias; las aceptadas como una penitencia de por vida. Aunque en definitiva el colorido de su Pop caleidoscópico, acabe por transmitirnos esperanza y ánimo por seguir adelante. Dando así un doble sentido al nombre del mítico delantero del Barça, Josep Samitier.




Pero también hay otras maneras de soportar la pesada carga de mierda que nos echan los de arriba. Y no siempre hay que fustigarnos con el lamento, también debe haber momentos para ironía, la frivolidad, y el esbarjo; aunque solo sea por pura higiene.
De eso saben un rato los Gallegos NOVEDADES CARMINHA, de quienes todos conocemos su desatendida forma de tomarse la vida. Con su nuevo trabajo “Juventud Infinita”, tenemos a un trío más comedido y profesionalizado, menos sucio y garajero, y sobretodo bastante más Pop y Nuevaolero.
Eso sí, sus discos siguen siendo igual de disfrutables y vitaminados. Ese tipo de cosas como las que hacen Juanita y los Feos, o Las Ruinas. Que hacen que la vida sea más llevadera, bajando la guardia lo justo para coger más carrerilla.



Más cosas que quiero contaros antes de que censuren mi verborrea incontenible e insoportable. Discos grandes grandes que se merecerían una entrada entera para ellos solos: WAR OF DRUGS, TIMBER TIMBRE, o... HAUSCHKA.
Tres discos impresionantes e imprescindibles, ellos tres diferentes y con destinos diferentes. Pero que confluyen en una sola idea irrebatible: La del disco como símbolo magnánimo de la creatividad sin fisuras. Donde la mera canción o single, se queda tan paupérrima y poco fiel ante el alcance de la obra, que solo se puede apreciar su magnitud, con un paladeo tranquilo y sosegado. Masticarlo, paladearlo y digerirlo con la lentitud del tiempo.

#WAR ON DRUGS_LOST IN THE DREAM

Del disco de WAR ON DRUGS; banda que parece haber amortizado la huida de Kurt Vile mejor de lo que nadie hubiese imaginado, creo que ya está todo dicho. O por lo menos son ríos de tinta los que se han vertido en elogios; nada gratuitos por cierto. Un disco de aquellos que se publican cada bastante tiempo. Y que reconcilian a grandes y pequeños, con tan solo tirar de aquello que ha estado ahí toda la vida. Para ponerlo al servicio de la canción y de la obra en si misma.
Es curioso porque siendo un disco que suena tan y tan clásico, ha conseguido poner a sus pies a la crítica más moderneta del lugar. Y es que pese a que estén a la búsqueda y captura constante del Santo Grial, a veces todo es más sencillo de lo que parece. Porque vamos, que no hay más secreto en la música que la inspiración y la melodía. Al margen de lo que quiera hacer creer el establishment; en lo referente a la caducidad de ciertos géneros musicales.

En Lost in the Dream; el tercer disco de la banda de Philadelphia. Se pueden entrever si uno cierra los ojos, a los Dylan, Waterboys, Knoffler, incluso a Pink Floyd y Alan Parsons si me apuran. Y es que la cosa anda entre lo familiar y arrulladora que es la voz de Adam Granduciel, y esa especie de ascensión a los cielos en la que se acaban convirtiendo sus frondosos temas. Una especie de masaje sensorial que nos reverbera a pasajes del pasado, y hacen que al escucharlo uno piense que la obra ha estado ahí toda la vida. Vamos un disco atemporal, candidato a ser de lo mejor de este año.


#TIMBER TIMBRE_HOT DREAMS
#HAUSCHKA_ABANDONED CITY

Y hablando de sueños y texturas, no podría finiquitar esta kilométrica entrada. Pasando por alto dos de los discos con los que más, y mejor he buceado estos últimos meses de contemplación.
Son dos discos radicalmente distintos a lo anteriormente reseñado, y que nos llegan de dos mundos opuestos: El del pianista Alemán Volker Beltermann aka. HAUSCHKA (como el del científico Rudolf Hauschka). Y el de los Canadienses TIMBER TIMBRE; quienes han permanecido a la sombra de Arcade Fire todos estos años (aun no teniendo nada que ver con la famosa banda)

El caso de TIMBER TIMBRE es curioso desde el mismo momento en el que fueron nominados como mejor banda Canadiense en 2011. Y se dieron con un canto en los dientes al ser elegido el Suburbs de Arcade Fire. Quizás éste no sea un dato lo suficientemente relevante para medir la popularidad de una banda ¿Acaso alguien se deja guiar por el criterio de una gente tan rara, como esa que vive tan y tan al norte? Y que además tiene la cabeza partida. Pero para aquellos bichos raros como yo, que no les quitan el ojo de encima desde que tropezaran con The New Pornographers y The Dears. Olisquear todo lo que allí se produce, se ha convertido en un ritual apareomigratorio consuetudinario.
De todos modos a ellos tampoco pareció afectarles demasiado; por otra parte normal. Pues su trayectoria como quinteto paleotológico-musical, les pierde más por su experimentación vocacional, que por un empeño comercial.
Su quinto disco de sueños húmedos y calientes, tiene tanto de liturgia ceremoniosa. Como la innegable presencia de Leonard Cohen en toda su remembranza. No solo por el tono suntuoso que imprime Taylor Kirk a sus versos masticados. También porque la música de estos cirujanos del arreglo delicado, no sigue un camino estilístico encorsetado: La música fluye delicada y tan solo se deja llevar de manera natural, como la marea y la Luna.
Entre sus surcos florecen las sensaciones de Trip Hop oscuro de “Beat the drum Slowly” o “Resurrection Drive part2”. Las cadencias Pop de papel couche de su primer single “Hot Dreams”, o la matemática krautrockera sensual de “Curtains!?”. Pero lo que acaba resaltando de forma majestuosa sobre muchas de sus composiciones y de su estética sonora. Es esa carga melancólica de Jazz maldito, de Blues desarmado. Y esa elegancia perturbadora que nos remite a Johnny Cash, a Roy Orbison, Richard Hawley, y a la desolación fantasmagórica que imprimía Ennio Morricone a sus bandas sonoras: “Rum from Me”,Grand Canyon”, o “The Three Sisters”.
Hot Dreams sí, tiene mucho de cinematográfico, y mantiene un equilibrio desconcertante entre lo decadente, lo solemne, y lo elegante. Puede transmitir de la misma forma sensaciones de desazón, y de hermosura en blanco y negro.


VOLKER BELTERMANN también es un maestro en tensar el hilo. De hilvanar la aguja de su instrumento, el piano. Y de tejer telas de araña polifónicas, donde cada pespunte anárquico acaba confeccionando impresionantes tapices con brocados y bordados imposibles.
El suyo es un disco en el que se han intentado construir las atmósferas, y la estructura de la canción. A base de solapar capas con tecleos a veces incoherentes, otros surrealistas. En muchos casos parece una sinfonía inconexa, que no cobra sentido hasta que se entra en su mecánica de composición. Entonces aparece la verdadera belleza de este disco que se desenvuelve en un terreno, que va desde la estructura electrónica propiamente dicha, pero en una clara dirección hacia lo clásico y lo sensorial.
Otra manera de concebir la música a la que posiblemente no estemos acostumbrados. Y en la que se usa exclusivamente el piano para extraerle sonoridades imposibles. Para edificar de una manera totalmente libre ambientes que van desde la tensión de “Elizabeth Bay” o “Bakerville”. Pasando por lo étnico en “Thames Town” y “Bakerville”. Y consiguiendo la máxima expresión en composiciones tan fotogénicas como: “Pripyat”, de un suspense abrumador, la enternecedora “Who Lived Here?”. O la delicada “Adgan”, que junto a “Craco” y “Stromness” nos pueden evocar a Michael Nyman, Patrick Watson, o a Owen Pallet; como a perfectas bandas sonoras.
Es cierto que es un disco que exige cierta predisposición y momentos muy determinados. Pero también es un disco capaz de generar atmósferas increíbles. Sobretodo si se tiene en cuenta la metodología y las herramientas usadas para llevarlo a cabo. Para mi desde luego, uno de los discos más originales y paradisíacos en lo que va de año.


Y aquí termino no sin antes recomendarles, no solo la escucha atenta a bandas como: Los Neozelandeses ROKU MUSIC, al precioso y escuálido disco de CHAD VANGAALEN o WVWHITE, o al sugerente nuevo disco de SPAIN. También me atrevería animarlos a que indagasen en propuestas más divertidas y eclécticas, como los son el nuevo y energético disco de ETERNAL SUMMERS. El de las Japonesas CIBO MATTO, o los bailables y sugerentes de CLUBFEET y EAST INDIA YOUTH.
Todos ellos están ahí por la proyección de los discos que les dan cobijo, y que me han maravillado estos meses. Y que no son más que otra fantástica oportunidad de dejarse llevar y... porqué no, confiar en mi poco acreditado gusto.

SEAN FELICES Y... no me hagan el feo, descarguen el regalo.

00_HAUSCHKA - Craco
01_KUMM - Each part of you
02_ROKU MUSIC - Collider
03_CLUBFEET - Cold rain
04_SPAIN - Sunday Morning
05_CRAFT SPELLS - Breaking the angle against the tide
06_EAST INDIA YOUTH - Dripping down
07_THE WAR ON DRUGS - An ocean in between the waves
08_WEEPING WILLOWS - It takes a Strong heart to love
09_ETERNAL SUMMERS - Deep end
10_TRUST - Joyland
11_CIBO MATTO - 10th floor ghost girl
12_TIMBER TIMBRE - Curtains!?
13_WARPAINT - Hi
14_FUTURE ISLANDS - A song for our grandfathers
15_CHAD VANGAALEN - Monster
16_ANGEL OLSEN - Hi-five
17_THE MOVEMENTS - Redemption
18_WVWHITE - Mastercraft
19_SAMITIER - L'hora que esperàven
20_HALLELUJAH THE HILLS - Pick up an old phone
21_PABLO UND DESTRUKTION - Limonov, desde Asturias al infierno
22_NOVEDADES CARMINHA - Antigua pero moderna
23_DANNY & THE DARLEANS - Don't ask the question
24_TRAJANO! - El último hombre del mundo
25_WEAK NEVES - Cheap skates
THE AFGHAN WHIGS - Algiers