viernes, 6 de marzo de 2020

Mrs & Miss TOP TEN 2019: THE LEISURE SOCIETY & GRAMONA III LUSTROS 2011




01: THE LEISURE SOCIETY_ARRIVALS & DEPARTURES marida con… GRAMONA III LUSTROS 2011 GRAN RESERVA (Corpinnat)



El dilema existencial de elegir tu disco preferido en una parábola de… ¿quieres más a papá o a mamá? La carne o el pescado, así o asá… Como si en la vida se tratarse de decidirse y etiquetarse como un jersey de lana que se encoge con el agua caliente y le encanta empaparse de agua.

La miserable humanidad ya es lo suficiente agobiante, como para acabar el año empaquetando tus vivencias.

Pero reconozco el morbo que me da hacer una lista para luego (consultarla) y lo cachondo que esto me pone. Pues sabido es por to quisqui, que al paso del tiempo nuestros gustos y vicios se devalúan y cotizan según nos levantamos.






En 2010 caí prendado con el debut de esta banda de Brighton liderada por su frontman Nick Hamming; quien años antes se dedicó a escribir la música de estupendas películas como por ejemplo: Dead Man Shoe’s/2004 de Shane Meadows. Y quien forma sociedad con el también miembro del Willcommen Collective, Christian Hardy.

Así pues, podréis imaginar que Leisure Society no es una banda al uso, y se acerca más a la idea colectiva en la que se mueve el tal Willcommen Collective de Brighton.

The Sleeper; su primer disco. Me enganchó del mismo modo que Gorky’s Zygotic Minci o Divine Comedy, por ese folk tan británico de aires ligeramente barrocos y bucólicos. Pero los aparqué y les perdí la pista en sus posteriores tres discos pese a que como podéis comprobar, no se han prodigado en exceso. Y sin atreverme a profundizar en sus derroteros. A otra cosa mariposa.



El caso es que cuatro años más tarde (o diez desde que los dejara); según se mire. Su regreso sin perder un ápice de calidad, texturas y sensibilidad compositiva. Se enmarca en un carácter realmente distinto al folk más acústico e intimista de entonces. Y nos encontramos a The Leisure Society girando con Benedict Benjamin, en un ejercicio realmente ambicioso con un doble Lp de tintes diría… Que hasta rockeros o ligeramente sinfónicos. Vete tu a saber si por la colaboración de Brian Eno.

Y no les ha sentado ni mucho menos mal, al contrario. Arrivals & Departures es rupturista cierto, pero como yo no me debo a su discografía, a mi me parece un disco exfoliante y fabuloso teniendo en cuenta lo poco que ya se llevan este tipo de discos en la actualidad.

Quiero decir: Trabajos de esos que hay que escuchar de pe a pa, sin reparar en el resultado soluble de los que te llevas un par de temas para el reproductor, y a correr. No. En Arrivals & Departures se apoyan las unas y a las otras. Y no tendrían el más mínimo sentido esas canciones finales de carácter más dramático, sin el preámbulo más enternecedor y meloso del principio.

Al final, se ama a ambos por igual. Y desde luego, no rindo cuentas a aquel disco de hace diez años. Pues lo que me ha hecho que me decida por este disco, es sencillamente que no sabría encontrar ningún defecto, ni el más mínimo de los recesos de relleno; esas canciones que pasas vamos, o en las que aprovechas para miccionar.



No es fácil para mi encontrar a día de hoy discos con 14 canciones. Y darlas por buenas absolutamente todas para ser un single ideal; y no es amor de madre, lo juro.

Desde “Let Me Bring You Dong” y “Aroundel Tomb” que irremediablemente me remiten al Barafudle. Y el repentino cambio de registro de las corales: “Don’t Wan´t to do It Again” o “Leave Me to Sleep”; que bien podrían ser de otra historia o banda. Pero que para mi gusto siguen conteniendo la misma entidad, incluso y pese a la Paulsimoniana “Beat of a Drum”. Que si algún descarriado la oyera sin prescripción global, dudaría de la misma autoría.

Así que estoy convencido de su hechizo reside precisamente en eso: En que no se ciñe ni al guion, ni a la temática que ahora se premia. Y tan solo os invitaría a bailar con “I’ll Pay For it Now” aprovechando el día soleado, la pizca de felicidad y la excusa de una sonrisa. - Una copa de Espumoso cariño? Asintió…

Saben que entre el maquillaje que mejora la presente belleza, y el sonrosado de unas mejillas azoradas o silverados cabellos, me quedo con lo segundo?



Pues al III LUSTROS del 2009, 2007 o 2012 (da igual cual sea), le pasa lo mismo.

La totalidad o amplia mayoría de Espumosos de larga crianza llevan licor de expedición (ya sea de soleras de vi ranci curtidos como vinos de Jerez, o del mismo vino base) para preservar la complejidad y el músculo para envejecer. III LUSTROS no.

Él es el único gran reserva de Gramona que se puede consumir según se degüella en la misma cava; y doy fe, a temperatura bodega sin enfriar.



Si eres de los que todavía piensan que un espumoso hay que beberlo a temperatura gélida para aplacar su acidez, anuncio: Ni lo intentes con este, sigue bebiendo Anna Codorniu, Freixenet Carta Dorada o Jaume Serra; tú, tan feliz.

Pero si al contrario, te gusta que te masajeen los sentidos; no sea que estemos muertos y no nos hallamos enterado… Anda, haz la prueba, que vida no hay más que una.

TRES LUSTROS es un espumoso (ya no Cava sino Corpinnat, pues Gramona junto a otros marchó de la D.O); aunque esto es otra historia que daría para una entrada entera. De esos que marcaron un punto de inflexión allá por el 1951: Justo cuando vio la luz su primera añada.

Aunque en mi caso, no fuera hasta el noventa y pico cuando supe de su existencia y cuando se dio a conocer al público en general; cuando mi suegro me trajo una botella, en una visita a la Cava.

No me gustó, lo admito. Y supongo que tampoco hay que estar preparado para desentrañar un larga crianza a los veitialgo, igual que tampoco entendía a los MC5 con esa misma edad.

Dicen que es un espumoso complejo y tan vínico que amedranta a los amantes de frutitas y florales. Que su personalidad te hace audaz como un espeleólogo en las entrañas de la tierra. Y que para abrazarlo, hay que asomarse con las puntitas al precipicio sin temor a reconocerte en el escalofrío turbador de la fascinación.



De burbuja juguetona en su gruesa precipitación, y apenas de braille inapreciable en el tacto paladar cuando se repanchiga en la copa. Tiene ese color de dorado querubín que atenta directamente a la seducción y su consiguiente remoloneo: Caes postrado sí o sí.

Deliciosas notas de hogaza tostada, hierbas de monte de purpúreo rocío mañanero y reminiscencias oxidativas ligerísimas. Lo hacen disfrutable en nariz casi eterno según evoluciona en la copa; anchita a poder ser. No en vano, es uno de los espumosos más contorsionistas y evolutivos que conozco.

Tiene esa paso por boca largo, complejo a la vez que refrescante y crocante. Muy posiblemente, por ese empeño lento y tenaz que el iaio Gramona puso en manos de sus sucesores. Para respetar los procesos artesanales y ancestrales que la naturaleza impone preservando así la esencia que dan: los parajes, sus viñas habitantes, y el que debería ser el único propósito de elaboradores:

Invertir en tecnología y valor humano para cubrir demanda de Guessamí e Imperial. Respaldando la tradición y las elaboraciones lentas y tranquilas a base de elaborar sin prisas.



Algo que pude comprobar en mi vista a las cavas de hace un mes, con esas magníficas prensas Coquard de lenta extracción. Y la espectacular pasión que Siscu le ponía a sus 20 años de experiencia como degollador, y la inversión para agilizar y preservar la calidad en el proceso de fermentaciones, temperaturas y mimo a la uva. En una convivencia curiosa entre la nueva bodega, y la histórica en plenas entrañas de Sant Sadurní.

Debe ser así, que sus vinos no solo son infalibles sino que mejoran año a año. Y convergen en un mismo destino junto a Recaredo; pese a tener distintas idiosincrasias.

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