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THE LEISURE SOCIETY_ARRIVALS & DEPARTURES marida con…
GRAMONA III LUSTROS 2011 GRAN RESERVA (Corpinnat)
El
dilema existencial de elegir tu disco preferido en una parábola de…
¿quieres más a papá o a mamá? La carne o el pescado, así o asá…
Como si en la vida se tratarse de decidirse y etiquetarse como un
jersey de lana que se encoge con el agua caliente y le encanta
empaparse de agua.
La
miserable humanidad ya es lo suficiente agobiante, como para acabar
el año empaquetando tus vivencias.
Pero
reconozco el morbo que me da hacer una lista para luego (consultarla)
y lo cachondo que esto me pone. Pues sabido es por to quisqui,
que al paso del tiempo nuestros gustos y vicios se devalúan y
cotizan según nos levantamos.
En
2010 caí prendado con el debut de esta banda de Brighton liderada
por su frontman Nick Hamming; quien años antes se dedicó a escribir
la música de estupendas películas como por ejemplo: Dead Man
Shoe’s/2004 de Shane Meadows. Y quien forma sociedad con el también
miembro del Willcommen Collective, Christian Hardy.
Así
pues, podréis imaginar que Leisure Society no es una banda al uso, y
se acerca más a la idea colectiva en la que se mueve el tal
Willcommen Collective de Brighton.
The
Sleeper; su primer disco. Me enganchó del mismo modo que Gorky’s
Zygotic Minci o Divine Comedy, por ese folk tan británico de aires
ligeramente barrocos y bucólicos. Pero los aparqué y les perdí la
pista en sus posteriores tres discos pese a que como podéis
comprobar, no se han prodigado en exceso. Y sin atreverme a
profundizar en sus derroteros. A otra cosa mariposa.
El
caso es que cuatro años más tarde (o diez desde que los dejara);
según se mire. Su regreso sin perder un ápice de calidad, texturas
y sensibilidad compositiva. Se enmarca en un carácter realmente
distinto al folk más acústico e intimista de entonces. Y nos
encontramos a The Leisure Society girando con Benedict Benjamin, en
un ejercicio realmente ambicioso con un doble Lp de tintes diría…
Que hasta rockeros o ligeramente sinfónicos. Vete tu a saber si por
la colaboración de Brian Eno.
Y
no les ha sentado ni mucho menos mal, al contrario. Arrivals &
Departures es rupturista cierto, pero como yo no me debo a su
discografía, a mi me parece un disco exfoliante y fabuloso teniendo
en cuenta lo poco que ya se llevan este tipo de discos en la
actualidad.
Quiero
decir: Trabajos de esos que hay que escuchar de pe a pa, sin reparar
en el resultado soluble de los que te llevas un par de temas para el
reproductor, y a correr. No. En Arrivals & Departures se apoyan
las unas y a las otras. Y no tendrían el más mínimo sentido esas
canciones finales de carácter más dramático, sin el preámbulo más
enternecedor y meloso del principio.
Al
final, se ama a ambos por igual. Y desde luego, no rindo cuentas a
aquel disco de hace diez años. Pues lo que me ha hecho que me decida
por este disco, es sencillamente que no sabría encontrar ningún
defecto, ni el más mínimo de los recesos de relleno; esas canciones
que pasas vamos, o en las que aprovechas para miccionar.
No
es fácil para mi encontrar a día de hoy discos con 14 canciones. Y
darlas por buenas absolutamente todas para ser un single ideal; y no
es amor de madre, lo juro.
Desde
“Let Me Bring You Dong” y “Aroundel Tomb”
que irremediablemente me remiten al Barafudle. Y el repentino cambio
de registro de las corales: “Don’t Wan´t to do It Again”
o “Leave Me to Sleep”; que bien podrían ser de
otra historia o banda. Pero que para mi gusto siguen conteniendo la
misma entidad, incluso y pese a la Paulsimoniana “Beat of a
Drum”. Que si algún descarriado la oyera sin prescripción
global, dudaría de la misma autoría.
Así
que estoy convencido de su hechizo reside precisamente en eso: En que
no se ciñe ni al guion, ni a la temática que ahora se premia. Y tan
solo os invitaría a bailar con “I’ll Pay For it Now”
aprovechando el día soleado, la pizca de felicidad y la excusa de
una sonrisa. - Una copa de Espumoso cariño?
Asintió…
Saben
que entre el maquillaje que mejora la presente belleza, y el
sonrosado de unas mejillas azoradas o silverados cabellos, me quedo
con lo segundo?
Pues
al III LUSTROS del 2009, 2007 o 2012 (da igual cual sea), le pasa lo
mismo.
La
totalidad o amplia mayoría de Espumosos de larga crianza llevan
licor de expedición (ya sea de soleras de vi ranci curtidos como
vinos de Jerez, o del mismo vino base) para preservar la complejidad
y el músculo para envejecer. III LUSTROS no.
Él
es el único gran reserva de Gramona que se puede consumir según se
degüella en la misma cava; y doy fe, a temperatura bodega sin
enfriar.
Si
eres de los que todavía piensan que un espumoso hay que beberlo a
temperatura gélida para aplacar su acidez, anuncio: Ni lo intentes
con este, sigue bebiendo Anna Codorniu, Freixenet Carta Dorada o
Jaume Serra; tú, tan feliz.
Pero
si al contrario, te gusta que te masajeen los sentidos; no sea que
estemos muertos y no nos hallamos enterado… Anda, haz la prueba,
que vida no hay más que una.
TRES
LUSTROS es un espumoso (ya no Cava sino Corpinnat, pues Gramona junto
a otros marchó de la D.O); aunque esto es otra historia que daría
para una entrada entera. De esos que marcaron un punto de inflexión
allá por el 1951: Justo cuando vio la luz su primera añada.
Aunque
en mi caso, no fuera hasta el noventa y pico cuando supe de su
existencia y cuando se dio a conocer al público en general; cuando
mi suegro me trajo una botella, en una visita a la Cava.
No
me gustó, lo admito. Y supongo que tampoco hay que estar preparado
para desentrañar un larga crianza a los veitialgo, igual que
tampoco entendía a los MC5 con esa misma edad.
Dicen
que es un espumoso complejo y tan vínico que amedranta a los amantes
de frutitas y florales. Que su personalidad te hace audaz como un
espeleólogo en las entrañas de la tierra. Y que para abrazarlo, hay
que asomarse con las puntitas al precipicio sin temor a reconocerte
en el escalofrío turbador de la fascinación.
De
burbuja juguetona en su gruesa precipitación, y apenas de braille
inapreciable en el tacto paladar cuando se repanchiga en la copa.
Tiene ese color de dorado querubín que atenta directamente a la seducción
y su consiguiente remoloneo: Caes postrado sí o sí.
Deliciosas
notas de hogaza tostada, hierbas de monte de purpúreo rocío
mañanero y reminiscencias oxidativas ligerísimas. Lo hacen
disfrutable en nariz casi eterno según evoluciona en la copa;
anchita a poder ser. No en vano, es uno de los espumosos más
contorsionistas y evolutivos que conozco.
Tiene
esa paso por boca largo, complejo a la vez que refrescante y
crocante. Muy posiblemente, por ese empeño lento y tenaz que el iaio
Gramona puso en manos de sus sucesores. Para respetar los procesos
artesanales y ancestrales que la naturaleza impone preservando así
la esencia que dan: los parajes, sus viñas habitantes, y el que
debería ser el único propósito de elaboradores:
Invertir
en tecnología y valor humano para cubrir demanda de Guessamí e
Imperial. Respaldando la tradición y las elaboraciones lentas y
tranquilas a base de elaborar sin prisas.
Algo
que pude comprobar en mi vista a las cavas de hace un mes, con esas
magníficas prensas Coquard de lenta extracción. Y la espectacular
pasión que Siscu le ponía a sus 20 años de experiencia como
degollador, y la inversión para agilizar y preservar la calidad en
el proceso de fermentaciones, temperaturas y mimo a la uva. En una
convivencia curiosa entre la nueva bodega, y la histórica en plenas
entrañas de Sant Sadurní.
Debe
ser así, que sus vinos no solo son infalibles sino que mejoran año
a año. Y convergen en un mismo destino junto a Recaredo; pese a
tener distintas idiosincrasias.
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