02:THE
NEW PORNOGRAPHERS_IN THE MORSE CODE OF BRAKE LIGHTS marida con…
CHATÓ PAQUITA 2017 de Apolonia Viticultors (Sin D.O, Illes Balears)
17 Euros
Sin
ánimo de ser un crítico despiadado, siento admitir que la evolución
del colectivo con base en Vancouver junto a la marcha de mi
queridísimo Kurt Dahle. Me ha colocado en una postura
condescendiente pese a reconocer que hay pocas bandas en la
actualidad con casi 20 años de trayectoria. Capaces de firmar temas
de infalible pop, como lo han hecho Carl Newman y compañía.
Lo
cual no quita, que desde aquel lejano Toquether del 2010; con el que
nos visitaron. Las producciones pulidas sin piedad, las guitarras
inexistentes y ese aire de producto estándar, no ha hecho más que
confirmar mi añoranza por ese sonido rasposo de sus primeros discos.
Dicho
esto. Y sin dejar de admitir que necesito un plus de concentración
para admirar sus últimos discos. He caído irremediablemente
abducido por su último trabajo. Y me explico.
Porque
al margen de las producciones o mezclas de los discos de ahora.
Parece que solo sea una cuestión de sonido. Cuando en verdad,
también hay una falta de sustancia en las canciones; que no es una
cuestión de que las canciones sean malas o buenas.
Ahora
bien:
In
The Morse Code of Brake Lights podría ser un claro ejemplo de a lo
que me refiero.
Un
disco, que sobretodo, ha sabido reinventarse prescindiendo del sonido
de antaño de la banda. Pero recuperando el acierto compositivo en la
nueva sociedad AC Newman/Kathryn Calder infinitamente más Pop que
cualquier otro disco del grupo y con Neko Case en un plano menos
protagonista.
A
lo mejor algunos verán en esto un defecto. Pero si se presta
atención en la riqueza de arreglos, la parte rítmica, arpegios
vocales y quiebros melódicos. Su nuevo disco es el mejor compendio
de sus inicios y el momento que ahora les toca vivir.
Esta
vez no hay canciones que parecen descartes y dan la sensación de
caminar sin rumbo. Porque el álbum es una maravillosa colección de
inspiradoras composiciones. Sin dudarlo, están entre la mejor
colección de su extensa discografía.
“the
surprise Knock”, “Higher Beams”, “Dreamlike & on the
rush”, “One king of Salomon” o la preciosa “You won’t need
those where you’re going” no solo son buenas canciones, sino que
definen toda una carrera y un estilo al que pocas bandas pueden ya
llegar.
Esos
reencuentros que nos conectan primero en las distancias largas y
después en la proximidad. Como pasó con Nico Calçot y esa familia
que hace cada día más grande al MAITEA de Carrer Casanovas.
Una
fonda y posada como las que daban de beber y comer a peregrinos.
Y
a donde vamos de tanto en tanto y cuando necesitamos alimentar el
alma los enofílicos, para abrazar a un CHATÓ PAQUITA como quien ve
a una madre tras años de ausencia.
Este
tinto de baja extracción de hecho, es un homenaje de Eloi Cedó a su
madre que elabora al margen de 4KILOS en Felanitx (Mallorca), con las
variedades Cellet, Manto Negro y Monastrell. Y a medio camino entre
la biodinámica y natural; sin sulfuroso y mínima intervención
vamos. Pero que rompe estereotipos para aquellos que se han llevado
algún chasco con este perfil de nudistas vinos.
Un
vino que te abre las entrañas, y te las abona de sensaciones jugando
con la frescura y una complejidad. Que va desde ligeras oxidaciones,
fruta licuada, violetas y especiados. Al beber fácil y agradecido,
con el frescor de bodega (14 grados) por su maceración carbónica.
Tiene
la virtud de adaptarse a cualquier maridaje, o hacerlo servir como
isotónico para aquellos – que como yo – entienden el placer de
beber vino sin condicionantes, exigencias o guiones. Maravilloso por
arrastrarte a un escenario, donde la sorpresa y el descubrimiento es
parte intrínseca de la vida.
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