domingo, 24 de mayo de 2020

ASAMBLEA de Álex Montoya: Y TRES HURRAS A LA PARTICIPACIÓN!!



Este pasado Domingo disfruté como un chuiquillo del último sainete de Álex Montoya; no desde el sentido peyorativo ni mucho menos, sino desde la concentración y levedad de los alumbres teatrales.
Una hora y cuarto, donde el modus operandi asambleario -tan arraigado a nuestra cultura colectiva- nos da para el muestreo de nuestras glorias y miserias, con forma de fauna humana. Y también de rebote, para hallar el qué de nuestra deriva más contemporánea.


Este director de guerrilla Valenciano bregado en par y mil de miles de cortos, a estirado la zancada hasta lo que se conoce como película, ensayo u ópera prima. Para llevar a la pantalla la obra teatral LA GENT; de Juli Disla y Jaume Pérez. Y hacer del inconveniente, imprevisto o desastre, una oportunidad para lidiar el cierre de salas y la pobreza del microcine, convirtiéndola en una oportunidad; magnifique!!
Basta ver su gran acogida de público en la plataforma FILMIN, además de sus premios en los festivales de Málaga, Rizoma y Alicante.


Pero digamos que la realidad de esta pequeña joya; premios, crítica y arribismos varios al margen. Es su ingenio para trasladar a la pantalla semejante y utópica idea, haciendo equilibrismo entre la comedia, lo abstracto y nuestro autoretrato social. Y a la vez, dejando tanto margen para que el espectador se genere su propio psique; tanto si es de manera autocrítica, como si en realidad somos de los que pensamos que: “Eso solo les pasa a los demás”.
En cualquier caso, ASAMBLEA, gravita magistralmente sobre unos actores en estado de gracia, disfrute y naturalidad del excelente guion de esta maravillosa obra. Y ese es su mayor logro sin duda, además de su vehículo mixto linguístico en catalán/castellano/valenciano, como verdadero hito de la pluralidad real.

Francesc Garrido, Cristina Plazas, Nacho Fresneda y Greta Fernández llevan el peso de la trama, y un objetivo que no halla jamás destino alguno. Con la magistral colaboración de Jordi Aguilar, Irene Anula, Lorena López, Marta Belenguer, Sergio Caballero, María Juan, Abdelatif Hwidar, Juan Mandli y Jorge Silvestre; por orden de protagonismo. Aunque sinceramente, la melé dialéctica del reparto roza por unanimidad la magia instantánea. O dicho de otra forma: La esencia más pura de la interpretación como eje del séptimo arte.
Tanto es así. Que poco importa el quiz de la cuestión o el misterio latente que consiguen, pese a que todo gira sobre un acuerdo colectivo inexistente. Que no hace más que sacudir el polvo del laberíntico ecosistema que representa el ser humano y… ¿su incapacidad de ponerse de acuerdo?

Ya digo. Al final, poco importa para que se reune esa gente, si se pondrán de acuerdo, si hay algo más que una pura relación interesada de los participantes, o si hay una subtrama apunto de estallar.
Porque la auténtica virtud de esta instalación, es la infinidad de vías para construir nuestro propio microcosmos que se desperdigan en una sola hora de cinta: Ágil, cambiante, absurda, y a la vez, de lógica académica. Y de improvisación maquiavélica, cuando se buscan los tres pies al gato sino es que los tiene, y todos vivimos en un engaño. Cuando la participación como paradigma, nos da vía libre.

Esas pequeñeces que todavía me hacen creer en el cine, como estímulo para la creatividad, el ingenio, y el divertimento.
Si tiene P.D y reflexión, mucho mejor.

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