canela s.
f.
1 Segunda
corteza de las ramas del canelo, de color marrón claro, olorosa y de
sabor agradable, que se emplea como condimento generalmente en platos
dulces.
2 fam.
Persona o cosa de mucha calidad o que gusta mucho: -Este vino
es canela, nene!!
Conmigo
trabajaba hace años un compañero bajito, rechonchete, y de tez
sonrosada, originario de Jaén (jubilado ya). Quien empleaba esta
afección junto a otras, para mostrar la emoción del momento,
jolgorio y placer: - Niño, esto está canela!!
Aquí uno
que comparte procedencia, y ese terruño hacia el lugar que me vio
nacer junto a que toda mi familia; la que llaman la tierra del
ronquío. No puede por más que enaltecer cualquier modo de
exaltación rockanrolera, con ésta o con cualquier otra que se le
precie: niquelao!!, chapó!!, Delicius!!,
yeah!!, Wouw!!... y así hasta hartarse.
Y es que hay
cosas muchachos, a las ni la ciencia ni la teoría han tenido narices
de ponerles nombre; por lo menos un nombre que las definiera con
total fidelidad. Son ese tipo de fenómenos naturales y espontáneos
tan inexplicables como sabios: El acto reflejo de mirar hacia arriba
cuando lo hace otro. El sonreír ante un tropiezo, por más que nos
compadezcamos. O el balanceo automático de la cabeza cuando por
ejemplo suenan cosas como el “Boo-da-lye”, de estos
profanadores de cementerios industriales; que son los Detroinianos
Danny & The Darleans.
Tres
auténticos bicharracos, fémina incluida, criados e instruidos
entre las derruidas factorías de Detroit. Donde todavía se puede
atrapar con las manos el hedor a hierro, humo, y taladrina, para
olisquearlo y embriagarse con él.
Allí donde
entre tugurios todavía se puede apurar una cerveza bañada en
Bourbon; para olvidar las cartas mal dadas, con una buena actuación
en directo de los Dirtbombs, de Detroit Cobras, o añorando a los Von
Bodies.
De allí
partió hace un buen puñado de años Danny Croha. Quien tras
hartarse de recorrer medio mundo con sus Demolition Doll Rods
en veladas con The Cramps e Iggy Pop. Decide sentarse, ¿reflexionar?,
y fundar en el 2008 junto al endiablado baterista Richie Wohlfeil
los actuales Danny & The Darleans; más tarde se les uniría la
bajista Collen Burke.
Una especie
de triángulo de satanás, que conjura con una eficiencia sin igual
el Garaje Rock de los sesenta. Como quien quisiera dotar de una
merecida envergadura, los ritmos más elementales y elevarlos al
cuajo de donde todo nace. Poniendo si se tercia la vida en ello.
Pero lo
verdaderamente memorable de este puñado de composiciones. No es el
simple echo de condensar el espíritu efervescente y primitivo de los
Sonics, The Seeds, The Sparkles, o de Kingsmen, siguiendo al
dedillo los libros de historia; que es de agradecer. Si no su
llamativa forma de insuflar aquello que todo viejo “renegao”
desea: Caña de la buena, mala baba, vigor... pero vigor natural sin
colorantes ni aditivos. Ya sabéis, aquello que uno siente que le
recorre el cuerpo, pero que difícilmente puede explicar poniéndole
un nombre, adjetivo, o explicación científica.
Es mucho más
sencillo darle al play. Y dejarse de monsergas con las que teorizar,
sobre algo que penetra en nuestros pabellones auditivos, y actúa con
la misma eficiencia que el viejo motor de un Mustang Fastback.
O reposar el
brazo ejecutor de nuestro tocadiscos. Y darle así la merecida
liturgia, a algo que suena con la cavernosidad y mugrosidad de un
buen ungüento de aquellos años.
La sacudida
con la que arranca “Don't get in the Car”, viendo planear
a The Hives. El coger velocidad con los ritmos ye-yes de “It's
about my baby” donde los redobles de los tambores invocan a
Small Faces o a los Kinks. Ese deje vocal y esa cadencia tan familiar
de “How many Times” que nos ensarta con el aliento sobre
el cogote de Mick Jagger o de Danny Phay. O el Blues Rock que
destilan en “Why” como unos sucios Wave Pictures.
Aunque hay
que esperar pacientemente hasta el corte ocho, para darnos de bruces
con dos de las mejores rúbricas de este refrescante acierto: “Don't
ask the Question” y “Doo-da-lye” son ese pisotón
final al acelerador, donde tal y como hacían Dr, Explosión: Aúnan
la inmediatez del garaje, y el trote imperecedero del Rock&Roll.
Invitando a degustar este maravilloso artefacto de principio a fin, y
sin dudas posibles. Y cerrando con dos fantabulosas “You Treated
me Bad” y “Can't Kill the Rooster”, para arrastrar
nuestro maltrecho cuerpo hacia las periferias. Y morir en paz
mientras nos bendice el PunkRock, el Blues pendenciero, el Garaje o
lo que la santa madre naturaleza nos evoque.
Danny &
The Darleans se sacaron el pasado año debajo de la manga, el elixir perfecto a mis
plegarias. Un disco que como tantos, se quedó a la deriva de listas y rankings (incluyendo la mía propia).
Y que como un salmo benefactor consigue eso mismo que se
propone: Puntualizar sobre en lo que en parte adolece alguna de la
actual música, y hacerlo sin el más mínimo rubor ni miedo a ser
tachado de refrito insustancial o revival machacón.
La música
señores, es un círculo vicioso donde a veces, lo verdaderamente
importante es encontrar el equilibrio entre el pasado y el presente.
Avanzar hacia adelante, pero sin dejar de perder de vista la esencia
primordial de la música.
Renunciar a
la trascendencia del Rock, en un mundo donde todo se envuelve en
celofán, se le pone un lazo, y se perfuma para convertirlo en algo
nuevo. Es tan inútil como meter la cabeza en un agujero, cerrar los
ojos, y taparse los oídos. Y aunque las fenefas, volantes, y las
brillantes luces de los fastos nos quieran convencer de que los
adornos hacen más por la cosa, que la cosa en si. Yo me quedo con
las enseñanzas instintivas de los animales, las que nos hacen hacer
cosas porque sí. AUUUUUUUU!!!
Yo hacía horrors que no me lo pasaba tan bien con un disco de "nueva hornada" Johnny, es enchufarlos y no parar. Vaya, nada nuevo bajo el sol. El Garaje Rock tocado como ha de ser pocas veces falla; por lo menos en lo que a mi respecta.
ResponderEliminarY sinceramente, se echa de menos que estilos como este se hallan dejado pudrir por las bandas de ahora; como si solo fueran una consecuencia del pasado. Ojo que no estoy encontra de nada de lo que se hace ahora, y cualquiera que me lea lo sabrá. Pero a veces se echa de menos un poquito más mojo, y menos pose.
Recupero este comentario de JOHNNY JJ del que no se porqué narices no se ha publicado y al que doy antes respuesta; desvarajustes del Sr Blogger me imagino:
ResponderEliminar"He oído muy poco de ellos, maese-brother, pero lo que has puesto me gusta mucho. A la noche investigaré. Merci. Auuuuu!!"
Yo no los conozco; es lo que tiene tener 23 años y ser muy joven: que te pierdes muchas cosas. Pero a éstos me los anoto. Por cierto, me gusta su casa. Me quedo ahí en su lista de seguidores, acurrucado. Un saludo y buen fin de semana.
ResponderEliminarHola 21st Century Schizoid Man bienvenido seas, pasa y ponte cómodo. No te preocupes por lo que no conozcas y alégrate por lo que te queda por conocer, en el fondo esa es un poco la salsa de la vida.
ResponderEliminarMe alegra que te halla gustado mi cuchitril, está un poco mangas por hombros y soy de escribir "demasiado", pero con el tiempo se me coge cariño jejeje.
Gracias tu visita, por comentar, y por acomodarte, espero que disfrutes de lo que aquí se publica. UN SALUDO!!