jueves, 22 de mayo de 2014

ROSA MONTERO_ LA RIDÍCULA IDEA DE NO VOLVER A VERTE




Se que las palabras se las lleva el viento y que la ligereza con la que algunos se empeñan en mostrar sus debilidades, no es más que eso: Fanfarronadas del que eleva el tópico a los altares de la cultura popular. Supone él y pienso yo, que cuando lo jalea su enfervorizado séquito de ignorantes licenciados, le dan la licencia patriarcal de la sabiduría. Pobre Cañete y políticos de labia concupiscente, que en su afán por llamar la atención como niños malcriados, no hacen más que reafirmar su condición de cerriles becerros.
De las farolas, postes y semáforos cuelgan estos días caretos de jokers perniciosos a doquier; son como esa especie de pesadilla de la que uno no sabe nunca si va ha despertar. Se balancean con el aire, se empeñan con tesón e insistencia en reventar presupuestos con cartas, panfletos, y fanfarrias. Y mientras en los colegios y hospitales; de donde deberían salir los sabios vocacionales y los remendados peones, se echan a suerte el susto o muerte a los chinos. Que puta paradoja es ésta la vida que nos ha tocado en suerte vivir!!
Son ese tipo de casualidades que relata la escritora Rosa Montero en su libro, y que parece uno encontrarse cuando hace la ronda nocturna nuestra anarquista mente. Esa clase de actos inconscientes que acometemos con la arbitrariedad del día a día, y que nos abocan al infierno o al paraíso según las circunstancias. Y sobretodo esa duda constante en la veracidad de nuestras creencias o descreencias: ¿Será el destino ese al que yo desprecio? ¿O nuestro instinto animal que nos encamina por puro morbo?



 

Este pequeño receso literario que regalé a mi pareja el Sant Jordi de 2013, y que he escogido al azar estos días para amenizar la espera de mis hijos en la piscina. Desenterrando como otros muchos placeres olvidados, estos meses de Ave Fenix; el de la lectura resulta aun más revitalizante que el de la música incluso, y como la semilla que me hizo encontrar el gusto por escribir.
Parece haber sido elegido éste, por el más maquiavélico de los subconscientes; sin pretensión, intención ni el más abominable de los masoquismos. Así de buenas a primeras y con ese maldito y enfermizo poder asociativo que tiene nuestra traidora cabeza. Sin poder evitar el camino que cogen nuestras divagaciones. Y descendiendo al averno para vivir en primera persona la lucha interna de sentimientos y voluntad. He devorado sus 230 páginas entre el olor a hipocloríto, el vapor insoportable, y las conversaciones surrelistas de los infantes.
Tan fácil y adictivo que no llegaré a saber con certeza si la velocidad de la lectura era fruto de esa prosa tan despreocupada y caníbal de la que hace gala esta Madrileña sexagenaria; que por cierto cualquiera lo diría por la viveza de su léxica. O era esa angustia apremiante cuando lees algo tan presente en tu vida, que lo quieres consumar de un plumazo.

Después resulta que este libro tan aleccionador para ministros prepotentes como para pirómanos de la cultura; que tanto me soliviantó. Tiene también una lección propia con la que espantar esa palabra prohibida que te acosa #La muerte. Ese cara a cara con el malditismo que circunda mis propias vivencias y las de quienes te rodean. Y que no se si te hace más fuerte, o por lo menos te proporciona el valor suficiente para digerirlas; pues las circunstancias de la vida/muerte, a veces te doblegan, te tambalean y te hacen dudar.
En La Ridícula idea de no volver a verte/2013; catorceava novela de esta despierta escritora. Rosa utiliza las vida en muerte de Marie Curie (María Salomea Sklodowska-Curie 1867/1934) para ejercer una especie de redención propia sobre la pérdida de su propia pareja. De entrada es inevitable pensar que la novela en cuestión es una historia triste no exenta de cierto masoquismo.
Sin embargo y como ella cuenta en el interior de sus páginas, es un camino a recorrer vital:
Hace muchos años, el periodista Iñaki Gabilondo me dijo en una entrevista que la muerte de su primera mujer, que falleció muy joven y de cáncer, había sido muy dura, sí, pero también lo más trascendental que le había ocurrido. Sus palabras me impresionaron: de echo, las recuerdo aún, aunque tengo una confusa memoria de mosquito. Entonces creí comprender bien lo que quería decir: pero después de experimentarlo lo he entendido mejor. No todo es horrible en la muerte, aunque parezca mentira (me asombro al escucharme decir esto).
Pero éste no es un libro sobre la muerte. En realidad no sé bien qué es, o que será.

No, desde luego. Por mucho que su dolor detone la historia, y sea el accidente de Pierre Curie y su paralelismo junto a la emocionante historia de la científica, los que desencadenen el torbellino de la historia. La novela sobrevive a la desgracia y al desaliento como lo que es: Una apasionante y estimulante historia sobre el amor, la ultrajada CIENCIA, y la lucha fratricida de la figura de la mujer en la sociedad; con todos sus parasitarios prejuicios.
Una novela que en su disección sobre una Marie más íntima, frágil y delicada, pone a prueba muchas de las suposiciones de la escritora y del mismo lector. Un libro repleto de una feminidad tan orgánica, como el llanto que reivindica a la primera y de las pocas mujeres que recibieron por dos veces el premio Nobel de Física. Y más tarde el de su hija mayor Irène en el campo de la Química por sus estudios sobre la creación de energía nuclear. Y donde se reivindica con una naturalidad tan ingeniosa como honesta la figura de una activista nata, de la que se sirve la misma literata para exorcizar sus dudas existenciales. En ese trayecto de giros y apuntes constantes, por los que cabalgan las dualidades de las dos protagonistas # Escritora y Científica. Se descubren una sinnúmero de sinergias entre, (personaje, narrador, y lector).
Y en ese tremendo espíritu de sacrificio de la científica, es donde parece asirse con fuerza Rosa Montero, para escupir su propios demonios; con determinación y rabia, pero también con una enorme ternura.

Y para acabar con esta recomendación literaria, a sabiendas de que no todo gira entorno a las amargas diabluras que nos acechan, a escritora y al que rubrica. Quisiera animaros a esta adictiva lectura, como una oportunidad imperdible para descubrir la excitante y poco divulgada historia de esta luchadora nata. Y la de tantas otras, que fueron silenciadas en una sociedad excesivamente patriarcal; y con la que por desgracia todavía coexistimos. Un viaje excitante repleto de detalles cotidianos de una época olvidada y oscura, que mantiene desgraciadamente muchas semejanzas con demasiados hábitos de la actualidad. Y que Rosa Montero acomete desde la máxima renuncia.
Una excelente novela que deambula entre lo autobiográfico, atiza sentimientos tan dolorosos como bellos, hace cómplice al lector por su ferviente y redentora sinceridad. Nos abre los secretos más íntimos de las relaciones entre hombres y mujeres, nos vacuna contra la ignorancia. Y nos instruye sobre la verdadera libertad de espíritu.
Allí donde la cultura es el auténtico y esencial antídoto contra la intransigencia y la debilidad, la mayor de nuestras virtudes.

4 comentarios:

  1. Lo apunto para no olvidarme que no lo tenia en mente y quiero leerlo. Lei una entrevista de cuando lo sacó y me gusto mucho lo que decía. Tiene otro libro precioso que se titula La loca de la casa aunque lo lei hace mucho y no recuerdo bien la tematica.
    Y sobre la muerte otro libro maravilloso, Paula, de Isabel Allende, muy duro pero es literatura que te revuelve las entrañas, escritora que relei el verano pasado y me gusto tanto como a mis 20 años.... y me asombró porque pensé que con todo lo he leído desde entonces me parecería noña y tipo bestseller y no, ha sido maravilloso releer todos sus libros ......y mira que es denostada y menospreciada por la critica. .. Te la recomiendo y que la leas sin prejuicios (si no la conoces y no la has leído...)

    A mi me atraen mucho los libros que son autobiograficos, que es una literatura que no se da nada en España, como el de Elvira Lindo, Lugares que no quiero compartir con nadie que me regalo atticus - scout. No quiero sonar fundamentalista pero si los hombres leyeran mas literatura femenina nos iriía mejor en las relaciones personales. Se aprende mucho ... Y para mi si es una literatura distinta por mucho que las mismas escritoras digan que no. Me siento mucho más identificada que con la literatura de hombres y eso que leo mas literatura masculina yo creo ..... muchos besos...

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  2. Me alegra que disfrutes y nos lo transmitas, en la piscina o donde sea. Abrazo.

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  3. Oh Viola!! Estoy seguro de que si logras dar con él te encantará, pues tiene tal como dices y te cito: "A mi me atraen mucho los libros que son autobiograficos, que es una literatura que no se da nada en España, como el de Elvira Lindo, Lugares que no quiero compartir con nadie que me regalo atticus - scout. No quiero sonar fundamentalista pero si los hombres leyeran mas literatura femenina nos iriía mejor en las relaciones personales. Se aprende mucho ... "
    Todo eso que dices, y además esa sinergia entre la propia vida de la escritora y la de Marie Curie, y esos giros que se lan ocurriendo mientras cuenta ambas historias, son de lo más excitante e interesantes.
    Yo por desgracia es el primer libro que leo de ella pero seguro que caerá algún otro en cualquier momento, me ha gustado como escribe; y aunque creo que por casa anda alguno de Isbel Allende, me apunto el de Paula.
    La elección es que fue ten puramente casual que hasta a veces me sorprendo a mi mismo, pero es la suerte de tener una pareja tan lectora; que le puedo regalar lo que en realidad yo me leería, y no pone demasiadas pegas.
    Yo es que leía mucho de chavalín pero sin saber porqué dejé de hacerlo a partir de la veintena, así que volver a coger esta sana costumbre está resultando como casi todo lo que ahora hago: Una especie de repaso de Junio, solo que en vez de materias escolares, lo mio son más vivencias y nuevas aventuras jajajaja

    UN ABRAZOTE, Y DISFRUTAD COMO SIEMPRE ESTE PRIMAVERA!!

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  4. Gracias JOHNNY, ahí estamos intentando hacer de eje transmisor. Contra viento y marea como dicen por ahí, e intentando levantar los ánimos como sea; lo demás es sucumbir ante las edversidades y ese no es mi estilo.

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