martes, 10 de septiembre de 2013

#4PLAYLIST TRIDIMENSUAL *SIN CALOR PERO CON COLOR




Feliz entre la nada más absoluta, o por lo menos situado en un punto de inflexión donde chocan irremediablemente las campañas de turismo global y la desconexión de la realidad cotidiana; de tu realidad cotidiana. En un lado las visitas obligadas a Firenze, Venezia, Bologna, donde todo el mundo se apresura a capturar el instante en un pedazo de memoria artificial: A codazos ganan la mejor posición de disparo, si la instantánea parece demasiado concurrida se compra una lámina perfecta, y se imagina el paisaje idílico. En otro extremo la guarida del guerrero, en mitad de la nada circunstancial rodeado de Abedules, Álamos, Tilos, Nogales, y la Emilia Romagna en toda su extensión..
Los niños corriendo montados a lomos de las bicicletas, el canto de cortejo del Urugallo, los Faisanes revoloteando, y los acordes de Kyle Eastwood en su “Songs from Chateau”. Mientras, uno intenta ordenar palabras y letras faltas de cariño. El Sol se pone, la Tarde se echa, los mosquitos se apelotonan en busca de su instante de luz fugaz para que la Araña despliegue el mantel a la luz de la candela.


Una semana para desconectar y sentirnos engullidos por el silencio de las noches a merced de la naturaleza, lo suficiente para recobrar la perspectiva de nuestra insignificancia; en un mundo donde aunque perseveremos en ello, no somos para nada dueños de nuestros designios. Por eso seguramente he sido incapaz de tejer un medio boceto de esta Playlist que pretende como una sentencia, el final del Verano.
Y aunque nos aferremos como unos vehementes a nuestro ideal de felicidad, es ahora y aquí entre la cuatro paredes de nuestro hogar, cuando de verdad tomaremos el mando de nuestra rutina. Odiada hasta saciedad y la vez necesaria como una droga infame que nos destruye pero que reclamamos cual dosis de abstemio poco voluntarioso.
No temáis, ya tendré oportunidad de echar mano de los paisajes imaginados cuando sean los vinos en forma de recuerdos, los que ahoguen mi nostalgia.
De momento me conformo con recuperar con un retraso forzado, parte de la música drogodependiente que me ha estimulado este estío del 2013. Seguramente para algunos no la más adecuada para recobrar la conciencia de nuestro día a día; para otros como yo, una herramienta imprescindible para equilibrar la vigilia entre la realidad y el sueño.

Y de entre todo este puñado de canciones que han ido goteando y sudorando este largo Verano; como una esencia que se destila. Son varios los discos que las envasan los que irremediablemente han entrado a formar parte de mi organismo musical de este año; así dejándonos hacer, como quien consiente sabiendo de sobras que obra malamente.


LLOYD COLE Y STEVE KILVEY, DOS ÁNGELES VESTIDOS DE NEGRO.


Con varios meses de escucha estoy en disposición de afirmar sin temor a precipitarme en la valía de sendos álbumes. Y no es tan solo por su clase y estilo hechizante, en el que cualquier cuarentón que se precie caería sin el más absoluto de los forcejeos, ante los cánticos de sonidos “deca-decentes” del pasado. Como algún mal pensado pueda sospechar, en absoluto.
Pues el auténtico primor del regreso por los campos en barbecho que sembraron años atrás, no es otro que el de alargar la sombra de su innata influencia sin machacar, agonizar, o certificar su turno perdido. Al contrario, pues en los vaivenes nuestros de estilos, modas, y caducidades, que nos apresuramos acotar, ya no por décadas sino por años; lo suyo suena tan rejuvenecido como necesario.

El primero más inmediato tanto por su propuesta como por la inminente visita a nuestro país el próximo mes. Nos ha sorprendido gratamente no por su lucidez compositiva de sobras demostrada a lo largo de su carrera y más concretamente en estos últimos años: “Broken Record/2010”, “Music in a Foreign Lenguage/2003” o aquellos pretéritos trabajos que nos descubrieron a los viejos amantes del Pop romántico de las Islas, otra manera de construir melodías Pop sin renunciar al Folk que tanto nos amedrentaba por entonces.
En esa división en la que jugaban en inferioridad de posibilidades Aztec Camera, Robyn Hitchcock, Go Betweens, Jazz Butcher, Prefrab Sprout y otra serie de bandas que no acabaron de encajar en el ideario de los principales sellos alternativos del momento; Lloyd Cole & The Conmotions sembraron su propia semilla con “Rattlesnakes/1984” y su conclusivo “Mainstream/1987”. Un sonido quebradizo que parecía querer separar en dos costales un Art Pop pulido y amable del resto, herederos del Glam y del Punk.
Aunque a mi personalmente siempre me pareció tener el rumbo de su brújula musical fijada en la música Americana, tanto en su ideario como en lo físico.

Lloyd Cole o el eterno niño bueno del Pop Británico regresa con un disco fruto del mecenaje de sus seguidores, financiado su regreso a los estudios con una generosidad correspondida a base de electricidad. No en vano el inicio de la obra nos pone en antecedentes con una versión, la del “California Eathquakes” escrita por John Hartford y llevada al terreno más underground; pura electricidad austera, aunque Lloyd la sazone con su personal forma de interpretar las raíces de las que bebe su Pop luminiscente.
 
A partir de ahí el disco cambia y coge su verdadero ritmo de pedaleo. Son “Women Studie's” o “Oposites Days” las que dan una sensación de estar ante un viejo disco de los Conmotions en vez de un disco de autor. Pero es que si damos un repaso a toda su carrera, la de Lloyd, es una de aquellas para coger con pinzas aquello que verdaderamente separa términos, géneros o formatos; incluso el caduco concepto de banda o el autor. De lo que realmente importa y está por encima de todo lo anterior; la obra como elemento y veredicto.
Sus ases guardados bajo la manga en perfecto estado, son los de la genial maestría a la hora de tejer melodías, que una vez liberadas encuentran su propio camino sin ayuda de nadie. En su sencillez y en su melancolía está su verdadera valía, de la misma manera que Richard Hawley podría estar eternamente acomodado en los 60's:
It's Late”, la Dylaniana “Period Piece”, y las preciosas “Myrtle and Rose” o “Blue like Mars” ganan sin más por su naturalidad, en la que paradójicamente los arreglos de cuerda, los coros o las guitarras que juguetean tímidamente, son tan solo elementos que avanzan al ritmo que marca inmediatez del disco. Armas que han hecho grandes década tras década al Rock o al Pop, y que surgen en este disco como una cualidad innata de calidad.


Steve Kilbey & Martin Kennedy sintetizando la esencia de The Church.

Parecía difícil y casi imposible que tras más de casi quince años vagando en el más absoluto de los anonimatos; tras un larga, inquebrantable y tenaz carrera luchando contra el culto a su propio sonido de atmósferas cada vez más densas. Fuese Steve Kilbey quien con un proyecto casi personal, resucitase de repente la verdadera esencia que hizo únicos a los Australianos The Church.

Así, como suena. “You are Everything” aun siendo una de muchas colaboraciones a lo largo de su inquieta trayectoria, y la tercera concretamente junto a Martin Kennedy (All India Radio); proyecto itinerante enfocado a la electrónica más vaporosa (Boards Of Canada, Dj Shadow etc) con un miembro fijo como Martin K.
Han rescatado de las catacumbas la faceta por lo menos más popular de la banda de las Antíopodas; ni la mejor ni la peor, pero desde luego la que mejor que podría encajar y confraternizar en los tiempos que corren a mayores y pequeños.

Y lo realmente asombroso es que prescindiendo de una banda eléctrica propiamente dicha y sin abusar en absoluto del sonido sintético de su colaborador, han conseguido capturar la esencia de algunos de los mejores momentos de su antigua banda. Sin llegar a ser un refrito de canciones escuchadas hasta la saciedad, suena tranquilo, ambiental, crepuscular y resplandeciente a la vez; todo ello sin dejar de ser un disco conceptual como muchas de sus otras colaboraciones (Jack Frost, All India Radio, o los suyos propios). Pero maravillosamente magnético, y de los que hay que escuchar del tirón para dejarse llevar por su encanto ambiental.
Hay canciones que brillan con luz propia como “Lorelei”, “Can't get free”, o “Wouldn't Know”; esta última que podría perfectamente ser extraída de aquel magnífico “Seance” de 1983.


Y créanme que con el paso de los años se me hace cada vez más difícil encontrar obras que acoger en aquello que uno podría llamar: El cada vez más reducido altar de los escogidos. Discos que envejecen a nuestro mismo ritmo y que soportan el paso del tiempo cambiante, al tiempo que nosotros mismos cambiamos. Quizás por eso o porque somos incapaces de aminorar el paso y dejar que la música envejezca con dignidad, para mostrarnos una y otra vez que ni lo viejo es tan bueno ni lo nuevo tan malo; solo cambiante según le incide la luz o varía nuestro humor.


Por eso por contradictoria que resulte esta reflexión, estas listas infernales de canciones son consecuencia inevitable del hábito tan saludable como pernicioso de dar la misma importancia a la solitaria canción o a la obra conceptual.
Sin pequeños chutes como son los adelantos de TV ON THE RADIO, KELUAR, las remezclas de JOHN FOXX, o esa maravillosa versión de TEARS FOR FEARS. No tendrían sentido la incomodidad de adentrarse en la profundidad de discos tan bizarramente bellos como los de POP.1280, LOWER PLENTY, o GUN OUTFLIT. Espaciales y abrasadores como los de HOOKWORMS, y deliciosamente despreocupados como son los de ELEANOR FRIDBERGER (ex Fiery Furnances) y la dupla de Neil Hannond (Divine Comedy) & Thomas Walsh (Pugwash), en THE DUCKWORTH LEWIS METHOD,
El regreso mayestático a la electrónica aterciopelada de BOARDS OF CANADA y ESSEMBLE PEARL, o incluso una de las joyas mejor guardadas de Texas: David Wingo tiene esa virtud tan infame como innata de saber susurrarte una nana al oído, como de construir canciones a medio hacer con regusto a grandeza.



 

 NO TEMAN A LA OLA PODRIDA

Su primera intentona data del 2007 aunque no fue hasta el 2009 cuando asomo la cabezita con un “Belly of the Lion”, donde progresivamente iba perdiendo esa apariencia de Folk de cantautor para cobrar más consistencia. Las herramientas eran prácticamente las mismas, dos guitarras sin apenas producción pero con la misma dulzura de su debut y muchos más matices.


Su último trabajo poco tiene que ver con esas primeras dos desnudas obras, salvo que los casi cuatro años de espera nos han devuelto a un David Wingo con la inspiración y la lucidez intactas. Puede que halla perdido ligeramente la virginidad orfebre de ese Folk que parecía dispuesto a ser un lobo con piel de cordero, o lo que es lo mismo; Folk dispuesto a ser Rock. Pero a cambio ha crecido de una forma tan inusual en estos días, como coherente; sus registros son cambiantes y caprichosos, pero decididos, adultos, y consecuentes con su trayectoria de paso corto y seguro. Es capaz de mostrarse ligero o profundo sin apenas desvirtuar su personalidad: “Speed of the Light”, “Not ready to Stop”, o “Flumbig of the Light” son lo que se suele decir canciones redondas se las mire por donde se las mire, que invitan de una forma desconocida hasta el momento en su carrera, a adentrarse en la verdadera belleza de este disco: La debilidad esgrimida como principal baluarte, y que se esconde en temas como “Some Sweet Relief”, “The Notes of Remain”, o “Staying in”.

Eleonor Fridberger, en lo personal y en lo creativo


Es algo parecido a lo que ocurre con el último trabajo de Eleonor Fridberger. Donde la otra mitad de Fiery Furnaces salta al vacío con un trabajo, donde se arma de inocencia para convencernos de que para elaborar un disco de múltiples recorridos no es estrictamente necesario recurrir a experimentos; y a veces solo basta con dedicarle el mimo y cariño a los convencionalismos, que en malas manos resultan a veces vacíos e insulsos.
El Pop tiene esa grandeza y dificultad, en su sencillez de argumentos reside el verdadero reto de crear maravillas con cuatro acordes. Sin embargo aunque su disco parezca a primeras luces algo comercial e intrascendente. Atesora una chispa incandescente que va apareciendo tan delicadamente como la inocencia que le dedica a cada una de sus canciones Eleonor: Encajes, pespuntes, y notas vocales que se anudan como el ropaje confortable de sus ecos sixties, que tanto me recuerdan a las musas Sandie Shaw, a Nico, o a Kirstin McColl... como lo podría hacer su Folkie Popero que confraterniza lo clásico con lo eterno.
El malabar de decidir hacer aquello que por normal y brillante hace de ellas; obras perdurables en el tiempo e inmunes a las modas.

Una retahíla de canciones que pese al enganche inmediato a mis preferidas “When I Knew” y “Stare at The Sun”, perfectas en su ejecución Pop. Le van a la zaga por ser menos explosivas pero mucho más rentables a medida que se saborean “My Own my World”, “Tomorrow Tomorrow”, “I'll Never be Happy Again”... toda una declaración de principios donde ya sí, ahora ya podemos afirmar el poder de Eleonor Fridberger como una autora de canciones muy muy grande. Va sí, de las que en la actualidad pocas abundan; su normalidad la erige muy por encima de la modernidad poco argumentada.



Se puede decir que estos cuatro discos son a los que les he dedicado más tiempo durante este Verano y que junto a los que están por venir, como el de JOHN PAUL KEITH que nos descubrió el magnífico blog de nuestro compañero Jesus de AGAINST THE CIERZO; o la buena nueva llegada desde tierras Valencianas en forma de Rock noventero de MAD ROBOT al que nos encomendó Johnny en su ESPACIO WOODYJAGGERIANO que conviven con otros adelantos, o con las extravagancias bailables de THE AMPLIFETES, HOLY GHOST!, marca de la casa de mis Playlist.
Además no me gustaría dejar en el tintero el resto de canciones que en forma de migas de pan en el camino, os guiarán hacia otros trabajos no menos desdeñables como los de la ex-Yazoo ALISON MOYET, el nuevo y fabuloso proyecto de Neil Hamond, el disco de SLOW WARM DEATH, el de LEISURE, los brumosos Israelitas de VAADAT CHARIGIM, o el apocalípico último trabajo de BASS DRUM OF DEATH.

Todas ellas que conforman una extensa lista de canciones, que harán las delicias de todo aquel que quiera investigar en las obras que les dan cobijo. Una lista para empaparse y para certificar la buena forma en variedad de la música, por así decirlo, que convive al margen de lo más popular y mediático.
La Playlist al completo estará a vuestra disposición como viene siendo habitual últimamente por petición vía comentario, y que no serán publicados por privacidad. Donde se os enviarán en forma de enlace directo, o accediendo al Facebook y pidiéndola al Administrador del grupo por mensaje privado.

 00- TEARS FOR FEARS_Ready to Start (Arcade Fire cover)
01- OLA PODRIDA_Speed of Light
02- BASS DRUM OF DEATH_No demons
03- SPLASHH_Washed up
04- KELUAR_Rivers
05- OMD_Dresden (John Foxx & the Maths RMX)
06- TV ON THE RADIO_Mercy
07- ALISON MOYET_Apple Kisses
08- BOARDS OF CANADA_Come to Dust
09- STEVE KILBEY & MARTIN KENNEDY_Can't get Free
10- LLOYD COLE_Blue Like Mars
11- ELEANOR FRIEDBERGER_When i Knew
12- SEAN ROWE_Horses
13- THE OLMS_She said no
14- JOHN PAUL KEITH_Everything's Difference now
15- LEISURE_Its alright (on the suez canal)
16- THE DUCKWORTH LEWIS METHOD_Third Man
17- SLOW WARM DEATH_Blood 2
18- LAND OF TALK_Summer-special
19- MAD ROBOT_Evil From Youth
20- NEKO CASE_ Local girl
21- VAADAT CHARIGIM_Odisea
22- PRINCE INNOCENCE
_Cheere (Suicide cover)
23- HOOKWORMS_Away Towards
24- POP.1280_Lights Out
25- FIDLAR_Paycheck
26- YOUNG FATHERS_Ebony Sky
27- TRUE WINDOW_Fouth Teeth
28- GRAHAM REZNICK_Tomorrow in New York city
29- HOLY GHOST!_Dance a Little Closer
30- THE AMPLIFETES_You WantIt
31- ALLAH-LAS_Every Girl
32- GUN OUTFLIT_Ive Got a Gift
33- LOWER PLENTY_ How Low Can a Punk Get
34- ROSE WINDOWS_The Sun Dogs I spirit modules
35- THE STEVENS_I look back
36- ESSEMBLE PEARL_Ghost Parade

5 comentarios:

  1. Para recibir el sample serán únicamente por petición o vía facebook
    INSTRUCCIONES:
    1_ Enviar un comentario únicamente con una dirección de email
    2_ Los comentarios con la petición no se publicaran y se borraran inmediatamente de la base de datos

    3_ Los comentarios de agradecimientos , saludos o cualquier otra cosa se publicaran como siempre , estos últimos sin ningún tipo de dato personal.(No está de más comentar para confirmar que nos han llegado los envios)

    Perdonad las molestias y si no entendéis algún paso no dudeis en preguntar. SALUDOS!!

    ResponderEliminar
  2. Vi una vez a Lloyd Cole en directo cuando promocionaba su álbum "Bad Vibes", el último lo escuché y en mi opinión es bastante decepcionante, y mi favorito sigue siendo sin lugar a dudas el "Don´t get Weird on me Babe" (1991) una verdadera joya donde las haya...

    SaLu2

    ResponderEliminar
  3. He estado oyendo algo el de Lloyd Cole y no está mal aunque lejano del Rattlesnakes o incluso del Mainstream. Me pongo las pilas con el de Steve Kilbey, y aprovecho que tenía pendiente el que ha publicado en solitario también titulado Idyllist. Por cierto, el de John Paul Keith no ha salido todavía, verdad? Merci por la mención, brother.

    ResponderEliminar
  4. Hola XIM!! Yo la verdad es que siempre he sido más de Lloyd Cole and the Commotions que de su carrera en solitario, me pondré de inmediato en ello (una de las muchas cuentas que me queda por saldar).
    A mi éste último me recuerda ligeramente a su época de Maintream guardando las distancias claramente, quizás más por concepto o por le que me transmite que por lo que me llegue realmente a recordar. Pero es un disco a mi parecer bastante recomendable y digno para acercarse a verlo este mes que viene a Barcelona.

    SALUDOS!!

    ResponderEliminar
  5. Hola JOHNNY, no te voy a engañar; esos discos que comentas de Lloyd Cole tú y yo sabemos por motivos de sobras conocidos que van a ser muy difíciles de superar.
    Pero creo realmente que obviando cruelmente aquello que todavía andamos buscando por debajo de las piedras los "ochenteros". Este disco de Lloyd por lo menos a mi, me ha vuelto a conectar a su carrera; que depaso sea dicho tenía como la de otras de mis glorias de juventud muy abandonadas. Pero es que aunque sean discos menores según se miren, todavía no encuentro artistas actuales que me transmitan ese mismo ambiente; aunque se esfuercen, sea realmente bueno, y me guste de echo.
    El de Steve Kilbey tiene algo de lo mismo, como es evidente depende de la faceta que te guste de The CHURCH no la vas a encontrar exáctamente; pero que duda cabe que sin ser un disco de guitarras como los de la banda Australiana, recupera en buena medida el tono de sus atmósferas.

    El disco de JOHN PAUL KEITH hasta donde yo se se publica de aquí a cinco días. De gracias nada, la mención es de libro.

    SALUTACIONS BROTHER!!

    ResponderEliminar