20:BILL
RYDER-JONES_WEST KIRBY COUNTY PRIMARY
Cuando
llegan estas fechas, no puedo evitar acordarme de nuestro amigo e
inspirador COCO. Aunque su blog se mantenía en silencio desde hace
ya bastante, sabíamos que en navidad siempre aparecía para dejar
constancia de su existencia, de sus gustos, y siempre nos descubría
un pequeño tesoro.
Así fue
como di con Bill Ryder-Jones con su “A bad Wind blows in My
Heart” del 2013. Me lo acercó él, que aunque ya conocía a
The Coral; su ex banda. Cuando yo los escuchaba, ya no estaba Bill.
Así que
escuchar sus discos me produce un doble efecto: Esa especie de
sentimientos que dibujaba Coco en cada descripción de un disco. Y el
imaginar a The Coral, con un miembro tan exponencialmente sensible
después de recordarlos de otra manera.
West
Kirby County Primary de todas formas, no acusa tanto la
melancolía otoñal de sus predecesores. Esto me produce una doble
alegría también, porque a veces, cuesta horrores explicarle a la
gente lo maravilloso que resulta un disco que requiere tanta paz,
serenidad y tiempo; tiempo ilimitado. Aquí no es que se alce la voz
más que lo preciso, pero hay una extraña ambivalencia entre la
calma y el alboroto.
Es como un
pequeño juego donde Bill nos acaricia para luego tirar de nuestro
brazo. En ocasiones como de la nada, aparecen esas retiradas de
melancolía desarrapada tan a lo Brighten the Corners de Pavement -en
Two to Birkenhead y Satellite es un hecho- Se baja la
voz y se deja que hablen las guitarras, las escobillas, el bajo
tocado con los nudillos. Se llega a rozar el slowcore de Bedhead:
voces que se quiebran resecas por el susurro. Cuanto más se baja el
volumen, más se cae en el detalle de que estas canciones se podrían
cantar a pulmón limpio. Pero son así, contenidas, con la tensión
que se afloja y se vuelve a tensar con “Daniel”,
“Catharine and Huskinsson”. Los slides que rayan el cielo
de ocres anaranjados cuando es “Wild Roses” la que suena.
O el swim perezoso de “You can't Hide a Light with the Dark”.
Un disco de
una ternura agria descomunal que camina por los márgenes de la
carretera; donde se notan las fallas del terreno.
19:THE
PHANTOM BAND_FEARS TRENDING
De esta
banda escocesa ya conté un montón de cosas hace dos meses. El
tiempo que necesité para devorar todo su catálogo de autoayuda
musical.
Un viaje en
el cual han empleado un sinfín de instrumentos, encuadres y
situaciones límite con las que conocerse, hasta que al fin. Con
Strange Friend/2014 y Fears Trending/2015, han cerrado por fin el
círculo. Dos discos que se complementan y dan dos caras bien
distintas de una historia desde distinto ángulo.
Dramatismo,
rock gestual donde se exprimen las posibilidades de lo electrónico y
lo acústico. Exploradores de climax intensos, y que bien podrían
componer la banda sonora de leyendas de la Escocia más profunda.
Difíciles de catalogar, pues su música viaja por facetas oscuras,
también luminosas, pero sobretodo sugerentes. Y una carrera la suya,
que da para no aburrirse si uno disfruta con esa psicodelia que crece
en el folklore íntimo de la Europa ancestral.
18:THE
WAVE PICTURES_GREAT BIG FLAMINGO BURNING MOON
Hijos míos
por fin!! cuando la dicha es buena, nunca es tarde para enmendarse.
La fundación de los cofrades de la seis cuerdas, y la hiperactividad
compositiva, ya es un hecho. Si no hay año en el que este trío de
criaturas ensimismadas, no nos den un motivo para alabarlos. A que
esperamos a montar un paso por semana santa.
Sí, lo han
vuelto a hacer, y ya no hay excusa para tomarse en serio su verborrea
Jonathan Richmaniana. Great Big Flamingo Burning Moon es ese paso
definitivo para tirarse de cabeza, el camino es largo, cierto. Quince
álbumes en diecisiete años, los avalan y además. Este, uno de los
más asquerosamente buenos que han parido.
Mucho garaje
callejero, blues pendenciero, rock&roll, Pop de la era verdadera
pim pum!! Eso que solo se crea en los reductos del Londres de pubs,
sótanos y garitos donde nació la época más creativa y gloriosa
del mal acuñado rock alternativo; madre de todas las movidas. Hijos
deudores de Chuck Berry y Buddy Hoolly, actualizados y con un tono
bastante más socarrón. Pero al fin y al cabo, si se agudiza el
oído, todo viene de ahí; y más este trabajo. Igual un poco de
manual, es cierto, pero igualmente efectivo.
Cuando todo
el mundo se empeña en vestir de seda monas, reinventarse géneros
para sentirse modernos y transgresores domesticados. Algunos se han
olvidado de que sin flores, no hay perfume. De ornamentales y
silvestres, pero más de estas últimas.
17:PRESIDENTE_ILUSTRE
VENTANAL DE ESTRATEGIAS
Uno de los
discos en habla hispana que más ganas tenía de comentar, de la
presente campaña. Que no son muchos, dicho sea de paso. Ni por
tiempo y ganas, ni que en general porque este año haya estado
explorando por debajo de las piedras, como antes. Ha sido una
cuestión, más de prioridades que de pereza.
Sin embargo
a este músico multinstrumentista de Maracaibo (Venezuela), ya son
varios años los que le sigo la pista. Primero por alusión a Roy
Valentin, y segundo por un interés particular en su primer trabajo;
y aquí estamos. Ante uno -si la desmesura me lo permite- de los
mejores discos de la lengua madre; que he escuchado claro. Entiendo
que muchos no estén de acuerdo, pero no comparto esa falta de cambio
de registro, cuando se escucha música que nos llega del Sur del
continente Americano; salvo si se adapta a las exigencias
occidentales claro.
Pero amigos.
Si se caracteriza por algo “Ilustre Ventanal de estratégias”.Es
por llevar al terreno cultural del artista, algunos de los ritmos más
arraigados en nuestra misma cultura. Al fin y al cabo de tránsito,
pues todos tenemos un gen común.
Pop acústico
que podría pasar por sintetizado; de echo, supongo que se perpetró
a solas y entre cuatro paredes. Pero que suena como los ángeles en
las manos de los músicos que acompañan a Heberto Añez Novoa en
este proyecto.
Textos que
juegan de forma poética con la metáfora, el sueño y la melancolía.
Que se mueven a ritmo de funk latino, de Pop elegante y cadencioso, y
de momentos de surrealismo lúcido.
Suyas pueden
ser las referencias a Golpes Bajos, Carlos Berlanga, y si me apuran
a Héctor Lavoe en un tono más sensual y aterciopelado de bolero
pop. Un Pop queriendo pista de baile, agarrado y soñando del revés.
16:BLACK
RIVERS_BLACK RIVERS
Seguramente,
y temo no equivocarme ni un ápice, el disco más ignorado de este
año. Sin ser por ello excusa el echo de que se publicase las
primeras semanas de ese año que se nos fue, 2015.
Un proyecto
nacido de la disolución de DOVES: Una de las bandas más
interesantes junto a Elbow y I Am Kloot, de aquella hornada musgosa
de principios del 2000. Un contrapunto a toda una música orientada a
la pista de baile, que vino a darnos ese tono grisáceo, taciturno y
amargo de décadas anteriores.
Tras un
disco en solitario de su líder Jimi Godwin; bastante flojo e
irregular por cierto. Nadie pensaba que los hermanos Williams
(guitarra y batería), seguirían por su cuenta. No solo continuando
a la estela de Doves, sino ampliándola y enriqueciéndola .
Así pues,
el disco de debut junto con el que fuera su teclista en las giras y
la ayuda de Geoff Barrow. Con la producción de su primer single de
adelanto, “The Ship”,
a mediados del 2014.
Nos dio una
perspectiva poco clara de por donde iban a ir los tiros ¿sonidos
electrónicos como los orígenes de Doves? ¿cambio radical de
sonido? Todo un enigma hasta el 2015.
Un disco que
bebe una barbaridad de Doves. No en vano, Jez Williams ya llevó la
batuta y voz en algunos de los mayores hits de la banda. Y para
entendernos, sería la línea más o menos lógica si Doves hubieran
decidido continuar con su carrera.
No voy a
entrar en si sería mejor o peor que su último trabajo “Kingdon of
Rust”, porque me pareció una genialidad. Pero escuchando temas
como “The Forest”, “Voyager 1” o la
instrumental “Harbour Loghts”, lo que me extraña es que
desgraciadamente haya pasado de puntillas. Pues podrían estar entre
algunas de las mejores composiciones de Doves. Aunque pensándolo
bien, Doves solo fueron reconocidos en círculos muy artísticos. Es
cierto que “The Ship” y “Age of Innocence”
amplían ligeramente territorios. Pero bien lo valen, si tenemos en
cuenta la grandeza de esta última. Un disco más que digno, un disco
que merece estar por trabajo y buenas composiciones, entre los
destacados.
15:RYLEY
WALKER_PRIMROSE GREEN
Un trabajo
el de este orfebre de la guitarra y las atmósferas sugestivas,
llegado sigiloso y a traición. Una gran catedral abovedada que hace
a veces de soporte donde grabar, esculpir con las cuerdas arácnidas
de la guitarra de Ryley. Otras, que se cierne sobre sonoridades que
nos llevan entre lo jazz y folk, en parajes altamente psicodélicos.
No de los
coloridos y paradisíacos, donde el sonido californiano bebe del
influjo del sol. Sino ese otro que exploró tanto The Doors, como Ian
Anderson desde una perspectiva más folklórica y oriental. Ryley
Walker quiebra con este Primrose Green hacia un lado más ambiental y
barroco, aparcando momentáneamente su faceta más característica:
la más blusera, folk y americana que remitía sin disimulo alguno a
Nick Drake o Eddie Vedder. Sin embargo ofrece por otro lado un camino
con diferentes vías: la que nos lleva del folk al jazz y el de esa
forma de tocar: Buscando que prime la ambientación, el viaje
sensorial sin dejar de perder ese punto de folk místico de su pasado
en “All Kinds of You”. Un disco menos íntimo que aquel,
que nos lleva con buen paso hacia composiciones más ambiciosas y no
por ello menos controvertidas.
Primrose
Green se escucha a media luz, sin las estridencias de la velocidad y
como un conjunto. Precisa varias, pero deslumbra cuando alcanza los
mejores éxtasis espirales en “Love Can Be Cruel” o “Sweet
satisfaction”. Y nos baja a la tierra tras alucinantes
malabares alucinógenos, cuando son “The High Road”, “Same
Minds” y la que da título al álbum. Las que nos devuelven ese
FolkBluesman más terrenal que lleva dentro y las mejores.
26 años, y
dos discos que son verdaderos diamantes por tallar de reflejos
imposibles.
14:ALABAMA
SHAKES_SOUND & COLOUR
Alabama
Shakes tenían la difícil tarea, de reconciliarse con sus raíces
sin caer en la condescendiente tentación de volver a repetir una
fórmula fácil, radiable y atractiva para escena más comercial del
revivalismo Soul. Era arriesgada, básicamente por que esa era una de
sus mejores virtudes: hacer que esa especie de Rhythm & blues
sonara rockero , actualizado y fiel a sus orígenes. Sound &
Colour no solo lo ha conseguido, sino que los ha hecho crecer como
banda. Como reza en su título: Sonido y color.
Metales,
vientos y coros que no por ello, dejan que se maquille la robustez
vocal de Brittany Howard a un Soul más blandito y accesible. Y que
se han concentrado en llenar todo el disco de detalles, pasadizos, y
rincones con los que descubrir y disfrutar con cada escucha.
Sin pecar
esta vez de hits inmediatos ha conseguido que le dediquemos más
atención a joyas como “This Feeling”, “Shoegaze”
o “ Miss You”. La campaña publicitaria de Apple ha
ayudado a su manera, a entender la verdadera valía de su tema de
arranque: “Sound and Colour”. Canción que hace de
traductor de algunas de las claves y virtudes de esta nueva entrega.
Un trabajo
claramente con muchísimo más recorrido, más perdurable en tiempo y
más difrutable; si se tiene la paciencia que se merece, claro. No
han perdido desde luego, su golpe más efectivo y directo: “Don't
Wanna Fight”, “Guess Who” o “Gimme all your
Love”, son temas que entran como un guante dentro de su
repertorio más inmediato y sensual, dando eso que dicen: Sonido y
color.
13:EZRA
FURMAN_PERPETUAL MOTION PEOPLE
Con mi
cabeza todavía, dentro de la nebulosa en stand by que intenta
detener los momentos más felices de este pasado año 2015 y su
desenlace. Perpetual Motion People podría trazar las líneas
maestras de esta sensación placentera de felicidad perpetua.
Un disco que
destila por cada uno de sus poros y acordes, optimismo. Sintetizado
claro está, en la música y la canción como bandera a ondear. Ezra
Furman es el artífice sin discusión de uno de los actos en directos
presenciado por un servidor, más felices del pasado año. Además
con el mérito doble de recuperarme al mejor Ezra: desvergonzado,
irreverente, amante de mandar al carajo los guiones, espontáneo,.
como la química secreta de la mano ganadora.
Glan de
factura folkie, rockera y cabaretera, que exprime con acierto la
conexión con el público por la vía de la melodía perfecta. Se
erige como ese alumno adelantado de Beck, porque sabe como nadie
explotar su talento: Transformista, camaleónico, irónico, cazador
felino de la ispiración en forma de canción.
Su disco se
administra como el elixir/antídoto contra el aburrimiento, la
desesperación, y el mal de complicaciones inútiles. Funcionan tan
bien sus temas más frívolos #en apariencia: “Restless year”,
“Lousy Connection”, “Wobbly” o “Body was
Made”. Como los momentos en los que baja el pistón y se
desnuda como un compositor/intérprete con más recursos que una
navaja suiza. “Hour of Deepest Need”, “Can I Sleep in
your Brain” o “Watch you go By” son pequeñas obras
maestras. Así de claro y rotundo, no lo dudo un momento.
Y si han
tenido la suerte de presenciarlas en directo, seguro que secundan la
noción.
12:MIKAL
CRONIN_MC III
Mikal Cronin
ha hecho esta vez de lo accesible una virtud. Sí amigos, si lo han
visto acompañando a su descerebrado amigo Ty Segall en su gira.
Sabrán valorar todavía más el talento impresionante en diversidad,
perspectiva musical y arreglos deliciosos de este maestrillo en la
retaguardia. Un valor seguro, que hace gala de una discreción puesta
al servicio de la música, sin importarle un comino el contexto o
género. Siempre y cuando prevalezca eso que tanto añoramos ahora:
discos con sentido global, con alma de principio a fin y
sustanciosos.
Con el
powerpop directo y luminoso de sus anteriores trabajos, aparcado
momentáneamente. MC II es un disco rico en matices. En esa épica de
jolgorio, melancolía optimista que parece por momentos pecar de
demasiados clichés, pero que salvado este escollo se alza con una
hermosura tan necesaria y agradecida...
Los violines
llevan en volandas casi todo el temario, “Turn Around” te
levanta el espíritu. “Made my Mind Up” recupera fórmulas
infalibles de los 80, como “Control” hace lo propio con
clásicos de más atrás. Juega al pilla pilla con ese ímpetu más
rockero, y sus medios tiempos que rememoran a Jeff Lynne, George
Harrison o incluso a los Teenage Fan Club. Revivalismo con mucho
gusto, que da fe de que detrás de esas pistas de baile sintéticas,
hay mucha tela todavía que cortar con las guitarras como
salvoconducto.
11:SONGHOY
BLUES_MUSIC IN EXILE
Tras esas
oleadas redescubridoras del afrobeat más explotable. Notables
influencias que han hecho de esto de la música, un mapa infinito por
explorar y entender de donde y a donde va la música. Si eres de esos
que te cansaste de pagar tributo al rock anglosajon, dominador y
denominador común de la era moderna musical. No habrás pasado por
alto el revuelo formado por este joven cuarteto del norte de Mali.
Cierto es,
que ellos han tenido la suerte de cruzarse en el camino de Marc
Antoine-Moreau y Nick Zimmer (yeah yeah yeahs). Que su primer disco
ha corrido como la pólvora por alguno de los medios más reputados,
con el consecuente peligro de creer que es un producto hype; es
cierto.
Pero
remangados y manos a la obra, si le dedicamos una escucha a “Music
in Exile”: Todo una declaración de principios sobre lo que para
ellos -músicos desplazados de su país por guerras y prohibiciones-
es la música, sus orígenes y la disyuntiva entre lo tradicional, y
lo moderno de su discurso. Veremos que sobre cualquier tipo de
sospecha, lo que más pesa, es el mensaje directo de las 11 canciones
de su debut.
Una espiral
de afrobeat nervioso, que gira arrastrando a su paso: El origen del
Blues de Malí y su reinterpretación en América, la psicodelia, la
música más tradicional, y el rock de los 70. Para servirlo en
bandeja como un adictivo disco, que rememora a por ejemplo, OFEGE.
Que hacían lo propio en los 70 mucho más occidentalizados y
hippies.
La sabiduría
ancestral de las familias más influyentes del arte de tocar y
extraer sonidos imposibles a la kora y el ngoni. Pero puesto al
servicio de la guitarra eléctrica y la sección rítmica (bajo
batería). Lo que sería una lectura actual de sus diferentes
influencias; a sabiendas de que son muy jóvenes.
El resultado
es el de un disco puramente afrobeat, con rasgos bastante más
contemporáneos. Y que se podría poner al nivel (salvando
diferencias culturales), de Black Keys, Tv on the Radio o cualquier
otra banda occidental. Con la diferencia de que son de Mali, no
tienen nada que perder y como africanos que son, nos sacan tres
cuerpos en pasión y emoción musical.
Una lista interesantísima. Apunto descubrimientos, como Bill Ryder-Jones o Black Rivers.
ResponderEliminarEsperando la última entrega,
Gracias
Gracias a ti por pasarte a comentar Alberto. Normalmente se puede encontrar un poco de casi todo según el año y por lo que me halla dado (lo que me suele gustar). Bill Ryder-Jones y Black Rivers son dos muy buenos discos que apenas han trascendido este año (doble valor). Y los demás como con todo, cuestión de dedicarles un rato y que este sea el idóbeo.
EliminarUn saludo y gran abrazo Alberto