domingo, 3 de enero de 2016

MISS...BESTIARIOS DEL 2015 3 de 4





20:BILL RYDER-JONES_WEST KIRBY COUNTY PRIMARY

Cuando llegan estas fechas, no puedo evitar acordarme de nuestro amigo e inspirador COCO. Aunque su blog se mantenía en silencio desde hace ya bastante, sabíamos que en navidad siempre aparecía para dejar constancia de su existencia, de sus gustos, y siempre nos descubría un pequeño tesoro.
Así fue como di con Bill Ryder-Jones con su “A bad Wind blows in My Heart” del 2013. Me lo acercó él, que aunque ya conocía a The Coral; su ex banda. Cuando yo los escuchaba, ya no estaba Bill.
Así que escuchar sus discos me produce un doble efecto: Esa especie de sentimientos que dibujaba Coco en cada descripción de un disco. Y el imaginar a The Coral, con un miembro tan exponencialmente sensible después de recordarlos de otra manera.

West Kirby County Primary de todas formas, no acusa tanto la melancolía otoñal de sus predecesores. Esto me produce una doble alegría también, porque a veces, cuesta horrores explicarle a la gente lo maravilloso que resulta un disco que requiere tanta paz, serenidad y tiempo; tiempo ilimitado. Aquí no es que se alce la voz más que lo preciso, pero hay una extraña ambivalencia entre la calma y el alboroto.
Es como un pequeño juego donde Bill nos acaricia para luego tirar de nuestro brazo. En ocasiones como de la nada, aparecen esas retiradas de melancolía desarrapada tan a lo Brighten the Corners de Pavement -en Two to Birkenhead y Satellite es un hecho- Se baja la voz y se deja que hablen las guitarras, las escobillas, el bajo tocado con los nudillos. Se llega a rozar el slowcore de Bedhead: voces que se quiebran resecas por el susurro. Cuanto más se baja el volumen, más se cae en el detalle de que estas canciones se podrían cantar a pulmón limpio. Pero son así, contenidas, con la tensión que se afloja y se vuelve a tensar con “Daniel”, “Catharine and Huskinsson”. Los slides que rayan el cielo de ocres anaranjados cuando es “Wild Roses” la que suena. O el swim perezoso de “You can't Hide a Light with the Dark”.
Un disco de una ternura agria descomunal que camina por los márgenes de la carretera; donde se notan las fallas del terreno.


19:THE PHANTOM BAND_FEARS TRENDING

De esta banda escocesa ya conté un montón de cosas hace dos meses. El tiempo que necesité para devorar todo su catálogo de autoayuda musical.
Un viaje en el cual han empleado un sinfín de instrumentos, encuadres y situaciones límite con las que conocerse, hasta que al fin. Con Strange Friend/2014 y Fears Trending/2015, han cerrado por fin el círculo. Dos discos que se complementan y dan dos caras bien distintas de una historia desde distinto ángulo.

Dramatismo, rock gestual donde se exprimen las posibilidades de lo electrónico y lo acústico. Exploradores de climax intensos, y que bien podrían componer la banda sonora de leyendas de la Escocia más profunda. Difíciles de catalogar, pues su música viaja por facetas oscuras, también luminosas, pero sobretodo sugerentes. Y una carrera la suya, que da para no aburrirse si uno disfruta con esa psicodelia que crece en el folklore íntimo de la Europa ancestral.

18:THE WAVE PICTURES_GREAT BIG FLAMINGO BURNING MOON

Hijos míos por fin!! cuando la dicha es buena, nunca es tarde para enmendarse. La fundación de los cofrades de la seis cuerdas, y la hiperactividad compositiva, ya es un hecho. Si no hay año en el que este trío de criaturas ensimismadas, no nos den un motivo para alabarlos. A que esperamos a montar un paso por semana santa.
Sí, lo han vuelto a hacer, y ya no hay excusa para tomarse en serio su verborrea Jonathan Richmaniana. Great Big Flamingo Burning Moon es ese paso definitivo para tirarse de cabeza, el camino es largo, cierto. Quince álbumes en diecisiete años, los avalan y además. Este, uno de los más asquerosamente buenos que han parido.
Mucho garaje callejero, blues pendenciero, rock&roll, Pop de la era verdadera pim pum!! Eso que solo se crea en los reductos del Londres de pubs, sótanos y garitos donde nació la época más creativa y gloriosa del mal acuñado rock alternativo; madre de todas las movidas. Hijos deudores de Chuck Berry y Buddy Hoolly, actualizados y con un tono bastante más socarrón. Pero al fin y al cabo, si se agudiza el oído, todo viene de ahí; y más este trabajo. Igual un poco de manual, es cierto, pero igualmente efectivo.

Cuando todo el mundo se empeña en vestir de seda monas, reinventarse géneros para sentirse modernos y transgresores domesticados. Algunos se han olvidado de que sin flores, no hay perfume. De ornamentales y silvestres, pero más de estas últimas.


17:PRESIDENTE_ILUSTRE VENTANAL DE ESTRATEGIAS

Uno de los discos en habla hispana que más ganas tenía de comentar, de la presente campaña. Que no son muchos, dicho sea de paso. Ni por tiempo y ganas, ni que en general porque este año haya estado explorando por debajo de las piedras, como antes. Ha sido una cuestión, más de prioridades que de pereza.
Sin embargo a este músico multinstrumentista de Maracaibo (Venezuela), ya son varios años los que le sigo la pista. Primero por alusión a Roy Valentin, y segundo por un interés particular en su primer trabajo; y aquí estamos. Ante uno -si la desmesura me lo permite- de los mejores discos de la lengua madre; que he escuchado claro. Entiendo que muchos no estén de acuerdo, pero no comparto esa falta de cambio de registro, cuando se escucha música que nos llega del Sur del continente Americano; salvo si se adapta a las exigencias occidentales claro.

Pero amigos. Si se caracteriza por algo “Ilustre Ventanal de estratégias”.Es por llevar al terreno cultural del artista, algunos de los ritmos más arraigados en nuestra misma cultura. Al fin y al cabo de tránsito, pues todos tenemos un gen común.
Pop acústico que podría pasar por sintetizado; de echo, supongo que se perpetró a solas y entre cuatro paredes. Pero que suena como los ángeles en las manos de los músicos que acompañan a Heberto Añez Novoa en este proyecto.
Textos que juegan de forma poética con la metáfora, el sueño y la melancolía. Que se mueven a ritmo de funk latino, de Pop elegante y cadencioso, y de momentos de surrealismo lúcido.
Suyas pueden ser las referencias a Golpes Bajos, Carlos Berlanga, y si me apuran a Héctor Lavoe en un tono más sensual y aterciopelado de bolero pop. Un Pop queriendo pista de baile, agarrado y soñando del revés.

16:BLACK RIVERS_BLACK RIVERS

Seguramente, y temo no equivocarme ni un ápice, el disco más ignorado de este año. Sin ser por ello excusa el echo de que se publicase las primeras semanas de ese año que se nos fue, 2015.
Un proyecto nacido de la disolución de DOVES: Una de las bandas más interesantes junto a Elbow y I Am Kloot, de aquella hornada musgosa de principios del 2000. Un contrapunto a toda una música orientada a la pista de baile, que vino a darnos ese tono grisáceo, taciturno y amargo de décadas anteriores.
Tras un disco en solitario de su líder Jimi Godwin; bastante flojo e irregular por cierto. Nadie pensaba que los hermanos Williams (guitarra y batería), seguirían por su cuenta. No solo continuando a la estela de Doves, sino ampliándola y enriqueciéndola .

Así pues, el disco de debut junto con el que fuera su teclista en las giras y la ayuda de Geoff Barrow. Con la producción de su primer single de adelanto, “The Ship”, a mediados del 2014.
Nos dio una perspectiva poco clara de por donde iban a ir los tiros ¿sonidos electrónicos como los orígenes de Doves? ¿cambio radical de sonido? Todo un enigma hasta el 2015.
Un disco que bebe una barbaridad de Doves. No en vano, Jez Williams ya llevó la batuta y voz en algunos de los mayores hits de la banda. Y para entendernos, sería la línea más o menos lógica si Doves hubieran decidido continuar con su carrera.

No voy a entrar en si sería mejor o peor que su último trabajo “Kingdon of Rust”, porque me pareció una genialidad. Pero escuchando temas como “The Forest”, “Voyager 1” o la instrumental “Harbour Loghts”, lo que me extraña es que desgraciadamente haya pasado de puntillas. Pues podrían estar entre algunas de las mejores composiciones de Doves. Aunque pensándolo bien, Doves solo fueron reconocidos en círculos muy artísticos. Es cierto que “The Ship” y “Age of Innocence” amplían ligeramente territorios. Pero bien lo valen, si tenemos en cuenta la grandeza de esta última. Un disco más que digno, un disco que merece estar por trabajo y buenas composiciones, entre los destacados.


15:RYLEY WALKER_PRIMROSE GREEN

Un trabajo el de este orfebre de la guitarra y las atmósferas sugestivas, llegado sigiloso y a traición. Una gran catedral abovedada que hace a veces de soporte donde grabar, esculpir con las cuerdas arácnidas de la guitarra de Ryley. Otras, que se cierne sobre sonoridades que nos llevan entre lo jazz y folk, en parajes altamente psicodélicos.
No de los coloridos y paradisíacos, donde el sonido californiano bebe del influjo del sol. Sino ese otro que exploró tanto The Doors, como Ian Anderson desde una perspectiva más folklórica y oriental. Ryley Walker quiebra con este Primrose Green hacia un lado más ambiental y barroco, aparcando momentáneamente su faceta más característica: la más blusera, folk y americana que remitía sin disimulo alguno a Nick Drake o Eddie Vedder. Sin embargo ofrece por otro lado un camino con diferentes vías: la que nos lleva del folk al jazz y el de esa forma de tocar: Buscando que prime la ambientación, el viaje sensorial sin dejar de perder ese punto de folk místico de su pasado en “All Kinds of You”. Un disco menos íntimo que aquel, que nos lleva con buen paso hacia composiciones más ambiciosas y no por ello menos controvertidas.
Primrose Green se escucha a media luz, sin las estridencias de la velocidad y como un conjunto. Precisa varias, pero deslumbra cuando alcanza los mejores éxtasis espirales en “Love Can Be Cruel” o “Sweet satisfaction”. Y nos baja a la tierra tras alucinantes malabares alucinógenos, cuando son “The High Road”, “Same Minds” y la que da título al álbum. Las que nos devuelven ese FolkBluesman más terrenal que lleva dentro y las mejores.
26 años, y dos discos que son verdaderos diamantes por tallar de reflejos imposibles.

14:ALABAMA SHAKES_SOUND & COLOUR

Alabama Shakes tenían la difícil tarea, de reconciliarse con sus raíces sin caer en la condescendiente tentación de volver a repetir una fórmula fácil, radiable y atractiva para escena más comercial del revivalismo Soul. Era arriesgada, básicamente por que esa era una de sus mejores virtudes: hacer que esa especie de Rhythm & blues sonara rockero , actualizado y fiel a sus orígenes. Sound & Colour no solo lo ha conseguido, sino que los ha hecho crecer como banda. Como reza en su título: Sonido y color.
Metales, vientos y coros que no por ello, dejan que se maquille la robustez vocal de Brittany Howard a un Soul más blandito y accesible. Y que se han concentrado en llenar todo el disco de detalles, pasadizos, y rincones con los que descubrir y disfrutar con cada escucha.
Sin pecar esta vez de hits inmediatos ha conseguido que le dediquemos más atención a joyas como “This Feeling”, “Shoegaze” o “ Miss You”. La campaña publicitaria de Apple ha ayudado a su manera, a entender la verdadera valía de su tema de arranque: “Sound and Colour”. Canción que hace de traductor de algunas de las claves y virtudes de esta nueva entrega.
Un trabajo claramente con muchísimo más recorrido, más perdurable en tiempo y más difrutable; si se tiene la paciencia que se merece, claro. No han perdido desde luego, su golpe más efectivo y directo: “Don't Wanna Fight”, “Guess Who” o “Gimme all your Love”, son temas que entran como un guante dentro de su repertorio más inmediato y sensual, dando eso que dicen: Sonido y color.


13:EZRA FURMAN_PERPETUAL MOTION PEOPLE

Con mi cabeza todavía, dentro de la nebulosa en stand by que intenta detener los momentos más felices de este pasado año 2015 y su desenlace. Perpetual Motion People podría trazar las líneas maestras de esta sensación placentera de felicidad perpetua.
Un disco que destila por cada uno de sus poros y acordes, optimismo. Sintetizado claro está, en la música y la canción como bandera a ondear. Ezra Furman es el artífice sin discusión de uno de los actos en directos presenciado por un servidor, más felices del pasado año. Además con el mérito doble de recuperarme al mejor Ezra: desvergonzado, irreverente, amante de mandar al carajo los guiones, espontáneo,. como la química secreta de la mano ganadora.

Glan de factura folkie, rockera y cabaretera, que exprime con acierto la conexión con el público por la vía de la melodía perfecta. Se erige como ese alumno adelantado de Beck, porque sabe como nadie explotar su talento: Transformista, camaleónico, irónico, cazador felino de la ispiración en forma de canción.
Su disco se administra como el elixir/antídoto contra el aburrimiento, la desesperación, y el mal de complicaciones inútiles. Funcionan tan bien sus temas más frívolos #en apariencia: “Restless year”, “Lousy Connection”, “Wobbly” o “Body was Made”. Como los momentos en los que baja el pistón y se desnuda como un compositor/intérprete con más recursos que una navaja suiza. “Hour of Deepest Need”, “Can I Sleep in your Brain” o “Watch you go By” son pequeñas obras maestras. Así de claro y rotundo, no lo dudo un momento.
Y si han tenido la suerte de presenciarlas en directo, seguro que secundan la noción.


12:MIKAL CRONIN_MC III

Mikal Cronin ha hecho esta vez de lo accesible una virtud. Sí amigos, si lo han visto acompañando a su descerebrado amigo Ty Segall en su gira. Sabrán valorar todavía más el talento impresionante en diversidad, perspectiva musical y arreglos deliciosos de este maestrillo en la retaguardia. Un valor seguro, que hace gala de una discreción puesta al servicio de la música, sin importarle un comino el contexto o género. Siempre y cuando prevalezca eso que tanto añoramos ahora: discos con sentido global, con alma de principio a fin y sustanciosos.
Con el powerpop directo y luminoso de sus anteriores trabajos, aparcado momentáneamente. MC II es un disco rico en matices. En esa épica de jolgorio, melancolía optimista que parece por momentos pecar de demasiados clichés, pero que salvado este escollo se alza con una hermosura tan necesaria y agradecida...
Los violines llevan en volandas casi todo el temario, “Turn Around” te levanta el espíritu. “Made my Mind Up” recupera fórmulas infalibles de los 80, como “Control” hace lo propio con clásicos de más atrás. Juega al pilla pilla con ese ímpetu más rockero, y sus medios tiempos que rememoran a Jeff Lynne, George Harrison o incluso a los Teenage Fan Club. Revivalismo con mucho gusto, que da fe de que detrás de esas pistas de baile sintéticas, hay mucha tela todavía que cortar con las guitarras como salvoconducto.


11:SONGHOY BLUES_MUSIC IN EXILE

Tras esas oleadas redescubridoras del afrobeat más explotable. Notables influencias que han hecho de esto de la música, un mapa infinito por explorar y entender de donde y a donde va la música. Si eres de esos que te cansaste de pagar tributo al rock anglosajon, dominador y denominador común de la era moderna musical. No habrás pasado por alto el revuelo formado por este joven cuarteto del norte de Mali.
Cierto es, que ellos han tenido la suerte de cruzarse en el camino de Marc Antoine-Moreau y Nick Zimmer (yeah yeah yeahs). Que su primer disco ha corrido como la pólvora por alguno de los medios más reputados, con el consecuente peligro de creer que es un producto hype; es cierto.

Pero remangados y manos a la obra, si le dedicamos una escucha a “Music in Exile”: Todo una declaración de principios sobre lo que para ellos -músicos desplazados de su país por guerras y prohibiciones- es la música, sus orígenes y la disyuntiva entre lo tradicional, y lo moderno de su discurso. Veremos que sobre cualquier tipo de sospecha, lo que más pesa, es el mensaje directo de las 11 canciones de su debut.
Una espiral de afrobeat nervioso, que gira arrastrando a su paso: El origen del Blues de Malí y su reinterpretación en América, la psicodelia, la música más tradicional, y el rock de los 70. Para servirlo en bandeja como un adictivo disco, que rememora a por ejemplo, OFEGE. Que hacían lo propio en los 70 mucho más occidentalizados y hippies.
La sabiduría ancestral de las familias más influyentes del arte de tocar y extraer sonidos imposibles a la kora y el ngoni. Pero puesto al servicio de la guitarra eléctrica y la sección rítmica (bajo batería). Lo que sería una lectura actual de sus diferentes influencias; a sabiendas de que son muy jóvenes.

El resultado es el de un disco puramente afrobeat, con rasgos bastante más contemporáneos. Y que se podría poner al nivel (salvando diferencias culturales), de Black Keys, Tv on the Radio o cualquier otra banda occidental. Con la diferencia de que son de Mali, no tienen nada que perder y como africanos que son, nos sacan tres cuerpos en pasión y emoción musical.

2 comentarios:

  1. Una lista interesantísima. Apunto descubrimientos, como Bill Ryder-Jones o Black Rivers.
    Esperando la última entrega,
    Gracias

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    1. Gracias a ti por pasarte a comentar Alberto. Normalmente se puede encontrar un poco de casi todo según el año y por lo que me halla dado (lo que me suele gustar). Bill Ryder-Jones y Black Rivers son dos muy buenos discos que apenas han trascendido este año (doble valor). Y los demás como con todo, cuestión de dedicarles un rato y que este sea el idóbeo.

      Un saludo y gran abrazo Alberto

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