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domingo, 11 de mayo de 2014

LA GRAN BELLEZA de Paolo Sorrentino/2013




Me apresuro a escribir perseguido por los mil demonios del olvido. Como si esa gran masa que protege la fortaleza craneal dejara escapar el recuerdo, para hacer sitio en una azotea repleta de tantos trastos que pide a gritos una limpieza a fondo.
Son ya largos los meses que han pasado desde que visionara esta excelente cinta Transalpina. Y aunque muy a mi pesar, la vorágine mediática de las intraredes, redes sociales, y bloguers mil hayan dado habida cuenta de las virtudes de esta película; y seguramente no quede ya rara avis sobre la faz de la tierra sin haber visto o leído sobre la misma. Yo que intento trascribir cualquier asunto #o casi, que me interese; como aquel marino que anota en su bitácora los pormenores de su travesía a modo de autobiografía. No voy a perder la oportunidad de escribir sobre, posiblemente la única película, que me a hecho rebrotar aquellos años de juventud cinéfila suicida.
Y digo suicida porque aunque años atrás era más fácil encontrar pequeñas salas donde ver cine... vamos a llamarlo de autor, europeo, o como a mi me gusta llamarlo: “cine poco comercial”. Tampoco es que fuese antaño un hábito masivo; pero posiblemente si que era más aceptado #sin efectos digitalizados y animados, las historias atípicas tenían una cierta relevancia.


Sin embargo y aunque esta cinta nos proponga una narrativa abstracta, cargada de simbolismo, y desconcertante por momentos. No es poca la importancia que tiene en ella su impactante carga visual; fotografía si se le quiere llamar, exenta de paisajes naturales extenuantes.
Aquí no encontraremos trucos prosaicos con los que embaucar al espectador con la excusa de ampliar su ratio comercial. Entre otras cosas porque a LA GRAN BELLEZA se la quiere o se la odia, según sea nuestra disposición a aceptar el juego de Paolo.
Algo que añoro terriblemente en el cine que se factura en la actualidad, o por lo menos en el que acaba trascendiendo: La ejecución de una obra en la que cada uno de los aspectos de una película, confiere ese nimbo único al conjunto.
Empezando por la armonía con la que se maneja la cámara, y lo que transmite sin necesidad de diálogos. Y acabando con el personaje principal, donde gravitan como satélites todas y cada una de las míseras existencias que acaban por darle cuerpo.


En ese ensayo sobre el declive del arte y de la sociedad que lo rodea. Nuestro personaje Jepp Gambardella ejerce de cronista, tomando su misma existencia como ejemplo; con intenciones o sin ellas. Recorre su vida desde aquel único amor de adolescencia, con su único libro como testigo, y con una indolencia propia de quien desprecia cualquier trascendencia desmesurada. En ese camino abrupto donde la estructura narrativa deja de lado cualquier patrón clásico. Nuestro personaje recurre a su instinto traidor del subconsciente, para mostrarnos la verdadera “gran belleza” de las imágenes. Que bien podrían ser los fotogramas de un cerebro confuso, donde los contrastes entre el desenfreno festivo, las escenas más mundanas, y la paz que transmite la belleza subliminal de la ciudad, se amontonan logrando un impacto visual subyacente.
Quizás por eso, aunque alabada con unanimidad por la crítica. Pocos galardones han tenido el valor de premiar esa arriesgada forma de narrar algo tan sencillo como volátil: La complejidad de la existencia en secuencias y planos.

Dicho esto y como podéis imaginar, no hay sinopsis lo suficientemente concisa para aglutinar en cuatro párrafos todo lo que desencadena su original puesta en escena. Un cine apuntalado por los Fellini & Co. Y que nos da su particular forma de ver el derrumbe de nuestra sociedad en general; por mucho que se centre en Roma.
Jepp Gambardella es ya un viejo y aposentando escritor que vive de los réditos de un único (y exitoso libro), publicado hace veinte años. En su retiro sexagenario se ocupa de escribir sobre arte (y cultura) en una revista, bajo la condescendencia de una amiga editora. En ese complaciente trabajo descarga toda su desidia por todo lo que le rodea: Empezando por un absoluto desinterés en todo lo que concierne a su influyente figura, pasando por el elitista mundo del arte conceptual donde convive. Y acabando por mostrar ese profundo asco y apatía, con una actitud destructiva hacia su persona y todo lo que le rodea.
En esa existencia vana y carente de anhelos en la cual solo se dedica a devorar las noches de fiesta en fiesta, excesos alcohólicos, y relaciones deshumanizadas, sucede algo inevitable. Que no es más que la contemplación de un mundo vacío, artificial y decadente que acontece en Roma; como si se tratara del reflejo mismo de su ser.


Tras el decorado de este impreciso argumento, la película transita a golpes de timón e impactos visuales. En una puesta en escena repleta de abstracciones y simbolismos que dan para extraer infinidad de reflexiones: El de la misma vida del protagonista que se arrastra recapitulando sus desdichas, fracasos, y su levedad. La ciudad de Roma como telón de fondo, donde la cúpula de la acomodada clase alta se regodea en su propia mierda. Y un mundo que se desmorona falto de valores y plagado vacuidades, que se ve reflejado totalmente en esa concreta historia.

Lo verdaderamente memorable de la cinta en concreto, es que ante un escenario tan dantesco, frívolo y deprimente, surge la verdadera belleza como un filtro imperceptible. Simple y llanamente con el movimiento elegante e incisivo de la cámara #el arte de filmar y silenciar el caos con la genialidad de la imagen. Apoyada por una narración en segunda persona lapidaria, poética, y concluyente.
LA GRAN BELLEZA tiene todo esto y más, de echo es una de esas películas noqueadoras que se desdobla en si misma cada vez que se vuelve a ver. La primera por el desconcierto, la segunda con un paladeo más parsimonioso y panorámico. Y así sucesivamente hasta extraer infinidad de lecturas; como un juego de muñecas rusas, o el Cubo de Vicenzo Natali.



Puede que para algunos sea una película excesivamente larga. De una construcción enrevesada e insoportable, tremendamente aburrida para otros. Pretenciosa para quien no entienda su mensaje crítico, con la propia medicina del ensalzamiento desmesurado, bizarro y visceral con el que se nos muestra. Puesto que aunque se crea que habla de otros, en realidad habla de nosotros mismos.
Quizás solo por eso no se quiera entender; probablemente por nuestra falta de autocrítica.

viernes, 21 de marzo de 2014

EDUCAZIONE SIBERIANA de GABRIELE SALVATORES_2013






Nacionalidad: Italiana
Director: Gabriele Salvatores
Basada en la novela del mismo nombre de Nicolai Lilin
Reparto: John Malkovich, Andrius Pulavicius, Eleanor Tomlinson, Peter Stormare, Giedrus Nagys, Arnas Fedaravicius.


Caí del ciruelo y me golpeé la cabeza. Me incorporé como si un resorte me catapultara, miré de un lado a otro y pensé: - No se oyen risas... Y de repente me asaltó un resquemor pa tos mis adentros: - Ay va!! Cinco malditos meses y ni una maldita reseña de cine!!
Es evidente que se me pega el arroz y que hay algo que domina mis hábitos. Pero no os creáis que he estado todo este tiempo mirando la película de mi vida, al más viejo estilo autocomplaciente; para nada.


Lidiar el gusto disperso de dos criaturicas con el malsano gusto por el cine “raruno” de un padre de familia, no siempre es fácil. Esto sin contar con la travesía por el desierto que supone encontrar salas donde se programe cine por así decirlo, “minoritario”. Nunca ha sido fácil eso es cierto, ni cuando el 3D, los efectos digitales, y el fasto de las ficciones grandilocuentes brillaban por su ausencia. Pero ahora señores, aunque me resulte una empresa excitante y emocionante a la par. Encontrar pequeñas producciones donde todo: Trama, ritmo, y fotografía, se pone al servicio de una buena historia y a la pericia del director. Resulta poco menos que desolador e infructuoso dar entre la maleza, con la pureza del cine: Esas películas que sin contar con grandes fuegos de artificio, delegan sus encantos a una historia común entre las comunes y sin apenas recursos.


En este caso el director Italiano Gabriele Salvatores amamantado en el teatro y artífice de cintas como: El Secreto, Sueño de una noche de Verano, o Quo vadis Baby?, entre otras. Se centra en otra adaptación de carácter autobiográfica del escritor Ruso nacionalizado Italiano, Nikolai Lilin aka. Nikolai Verjbitkii; de origen Siberiano como es de suponer. Una adaptación libre como digo, porque Gabriele se centra como eje argumental de la película, en la amistad y en el amor. Dejando en un segundo plano la crudeza con la que trata la novela, las vivencias del autor y la idiosincrasia de la comunidad URKA.

EDUCAZIONE SIBERIANA es ante todo, una cinta que pese a pasar de forma deliberada de puntillas por la violencia, y la crueldad: y de un entorno tan hostil como el de Transnistria en la época Postsoviética. Tiene un valor extrañamente romántico, y por momentos épico, de ilustrar los lazos entrelazados de la amistad y la penuria. Por momentos caricaturizado con una inocencia casi cómica de narrar una historia que sucede en dos tiempos; un pasado y un futuro. Y en otros utilizando la localización desoladora en un entorno gélido, donde la supervivencia acentúa el sentimiento depredador del hombre.


Sin embargo Gabriele Salvatore prefiere recrearse en un aspecto que suele ser inherente a los films de carácter violento y mafioso; el amor, la amistad y la misericordia; desde un punto de vista bastante liviano. Éste es un tratamiento un tanto habitual en el cine de origen Italiano, y quizás no sea casual su hincapié o la forma como maneja los recursos para su particular enfoque.
Lo cierto es que hay momentos de la película que el ritmo parece vagar sin rumbo concreto. Y uno esperar por momentos que el lenguaje argumental sea más explícito y comprometido. Ya aclaro de antemano que existen pocos paralelismos con Una Historia de Violencia de David Cronemberg, o En la Niebla de Sergei Loznitsa; dos películas que aun de temática diferente entre ellas, consiguen ser más directas.

De todos modos, todos ellos no son inconvenientes lo suficientemente importantes como para dejar de encontrar a Educazione Siberiana, una película la mar de interesante. Sobretodo en la forma de enfocar la historia, o la particularidad que supone el hacer una película de producción Italiana en plena Rusia, haberla grabado en Inglés, y usar un reparto Lituano prácticamente novel. O la curiosa inclusión de dos actorazos de la talla de J. Malkovich y Peter Stormare, para adrezar el asunto.
Todo ello para narrar la historia de un grupo de amigos, y en concreto de dos. Que crecen bajo la tutela de un dogmático abuelo, quien les inculca desde bien niños los mandamientos inquebrantables de los Urka: Una casta criminal que fue exiliada a Siberia por Stalin, y que vivió durante años en tierra de nadie.
En la película se entremezclan momentos de inocencia infantil, de la amistad de dos niños totalmente antagónicos y el de un amor casi fraternal. Dando dos historias que transitan en paralelo y donde, aunque no se llegue nunca ahondar como lo hace la novela en la que está basada. Se da un repaso lo suficientemente descriptivo como para que une se interese en adquirir el libro en cuestión.

Una historia en definitiva que da otro punto de vista sobre la represión y las consecuencias que ésta produce; cuando no se tiene nada que perder. De ella se pueden extraer debates moralistas y éticos, pero lo más aprovechable es la reflexión que uno puede extraer de una parte de la historia poco conocida. Sin caer en los juicios cinematográficos o de carácter estrictamente artístico.

 

martes, 22 de octubre de 2013

NOCHE DE VINO Y COPAS (Superclásico)_2011





Género: Tragicomedia tontorrona.
Nacionalidad: Danesa/Argentina
Director: Ole Christian Madsen

Las tardes cálidas de este Veranillo Otoñal que parece no querer dejarnos al relente del Otoño, dan para ver este tipo de cine sin demasiadas pretensiones. Una tragicomedia con más de lo segundo que de tragedia, que nos llega de Dinamarca; algo ya de por si estimulante. Sobretodo si contemplamos el cine Nórdico con Lars Von Trier estandarte en mano, y los géneros policíacos negros y sórdidos con los que solemos asociar las cintas que de allí nos llegan últimamente.
Ole Christian Madsen

Esta película que llegó a ser seleccionada por aquel año como candidata a mejor película de habla no Inglesa en los Oscar. Está más emparentada a la comedia romántica Francesa o al cine Italiano de los 60, que al estrictamente Nórdico; donde se suele hurgar en las herméticas y a veces atormentadas personalidades de sus habitantes.
Este joven director Danés en cambio, prefiere trasladar el escenario de la historia a Buenos Aires. Donde el carácter visceral de los derbys futboleros Bonaerenses y el carácter latino de sus habitantes ayuda a desproveer de cualquier de rastro Escandinavo la película, dando esa inmediata sensación de cine latino que la caracteriza; quitando al guión y a sus protagonistas de cualquier tipo de trascendencia profunda. De echo en esta película no hay escena , situación o momento, en el que su director no eche mano de su protagonista; que roza lo infantil. O en algunos casos incluso de quizás demasiadas frivolidades para eludir el tono dramático, doloroso y melancólico en el habitualmente trascienden este tipo de situaciones, y del que precisamos para creernos seria la fórmula: Marido despechado que no asume que lo han dejado por otro más joven y dicharachero, y que viaja a Argentina con esperanzas de recuperar a su mujer. Hijo/víctima adolescente desubicado en medio del dilema, y la típica crisis de los 40 que a todos y a todas nos acecha.
Como es evidente Christian intenta con su viaje recuperar aquel amor perdido entre dos mundos totalmente enfrentados: El de su pareja inmersa en el mundo terrenal de las finanzas futbolísticas y el suyo propio, dedicado al mundo de los vinos (aunque sobre este aspecto se pasa más bien de puntillas). En medio de este argumento manido hasta la saciedad ocurren un sinfín de situaciones que son los que le dan un poco la salsa al desarrollo de la historia: Relaciones cruzadas, la aparición del exitoso novio estrella del fútbol, humillaciones, y una realidad dramática a la que en todo momento se intenta barnizar con una felicidad un tanto idiota.
Sí, es cierto, la historia que se nos cuenta con esa voz en off, modo fábula durante hora y media, está plagada de clichés y tópicos. E incluso acentuado por el echo de ser un director Danés precisamente, el que se sirve de los tópicos más sobados sobre los Argentinos y Buenos Aires; aspectos que pueden resultarnos negativos, o incluso tan simplones como para atestiguar los adjetivos que le ha dedicado mucha de la prensa especializada (en especial la Norteamericana).



Es evidente que se podría haber profundizado en detalles como lo espiritual del mundo del vino y lo visceral del deporte balompédico. Regodearse con el drama de una ruptura o tirar por lo recurrente de esa voz narrativa, que nos predispone a un paisaje esotérico donde el amor renace como algo intangible y sobrenatural. Si se animan a ver el film en cuestión seguramente le encontraran toda esa serie de defectos, carencias, y algún fallo más; pero seguro que por lo menos les hará esbozar ni que sea, alguna mueca de sonrisa.
Yo solo puedo deciros que fue precisamente por esa imagen tontorrona por la que me gustó. Porque en ningún momento intenta alardear de solemnidades, ni trascendencias innecesarias y falsos espiritualismos. Porque no quiere ir más allá y no lo disimula en absoluto. Y porque transmite la sencillez del amor, de las relaciones, y de los tópicos dejando de un lado nuestra pequeña obsesión por retorcer algo tan banal y pasajero como el amor.
Seguramente no será una película que grabará mi memoria en un altar; ni falta que hace. Porque seamos justos, puede que nuestros gustos o nuestro afán por buscar constantemente la sorpresa y la reflexión nos haga dirimir y precipitar nuestra vara de medir lo brillante, lo vulgar, o lo mediocre. Pero en ese camino, jamás deberíamos dar un veredicto rotundo a las cosas que pasan ante nuestros ojos; sin antes contemplar la mínima posibilidad del contexto o del punto de vista.

martes, 1 de octubre de 2013

PORQUÉ SEÑOR, PORQUÉ!!, O EL PIXELADO DE LAS NEURONAS.






Desde que hace cinco años decidiera aventurarme a tiempo perdido en un BLOG, me hice a mi mismo una promesa pública y personal; la de escribir por pasión o devoción de solo aquellas cosas que verdaderamente me gustasen. Pero los años, la vejez, y las viruelas a uno y en numerosos casos, lo ponen a prueba; y ahora viene cuando me pregunto yo: Acaso señor que estas en los cielos omnipresente siempre tú, ¿eran estas acaso las pruebas a las que te referías, cuando nos encomendaste a dos criaturas en la difícil tarea de instruirlas y protegerlas de la tentadora maldad de la vida?
Es evidente que ese tipo de juramentos cabellerescos, ni son tan poéticos como nos los imaginamos, ni tan románticos como pretendemos.

También me juré a mi mismo después de comprobar como tus cinco sobrinos podían profanar mi intimidad adolescente, que jamás iba a caer en la tentación de tener hijos. Pero ya ves, aquí me tenéis con dos a mi cargo y luchando a diario por dotar sus existencias y la mía propia de sentido común. Como algunos ya sabéis de sobra, todo es una puta mentira. Ni todo es suficientemente malo como uno puede llegar a imaginarse, ni tan maravillosamente lindo como se empeñan en hacerte creer.
Al cabo de diez años de paternidad ya he descubierto lo que puedo aprender de mis sobrinos; hasta hablar de música y compartir placeres. Y la férrea defensa con la que deberé proteger a mis hijos.
Porque señores míos, hay tanto malo por este mundo de dios que se me hace difícil creer que esto iba ser un camino de Rosas, gominolas y chascarrillos. Y no me refiero a la maldad estrictamente maligna, si no a la maldad de calidad; esa, esa si que es jodidamente peligrosa.

Ya ves, me gustan las mujeres, me gusta el vino y hasta el cine. Con los años además de aprender los cuatro preceptos churrimangosos de esto de ser adulto y padre en activo. También he aprendido a disfrutar con la misma pasión del cine de autor o independiente (creo que lo llaman así), de humor zafio y tontorrón, del inteligente, del bizarrismo, y del entretenimiento más vehemente e irreflexivo. Pero joder ostia!!, la cosa ya ha llegado a unos límites hasta cierto punto insoportables ¿hacia falta vender el alma de este modo a la concupiscentes nuevas tecnologías de forma tan desmedida? Ay George Lucas mío!! ¿Donde estás cuando tanto te necesitamos?
Como es de cajón tampoco voy a dármelas de maltratador intelectual: Ni arrastro a mis hijos día sí, día también a conciertos de Jazz como el de hace tres posts. Ni dejo a la buena de dios que se infecten la mente con Disney Channels, Bob Esponjas o Discoberys Channels sin medida alguna, no. Pero quien no ha puesto por excusa el nulo criterio de un par de criaturas, para seguir a Vicente como el que la cosa no va con él, y disfrazarse de cómplice ignorante... vamoooss que se os ve el plumero...



Pongamos por caso OBLIVION, así sí con mayúsculas, protagonizada por Antonio Cruasán (Tom Cruise para los amigos). Un caballero que si en algún momento logró un mínimo de reputación con aquella peli con Gene Hackman y alguna otra más, se ha empeñado año tras año desde que no aceptara las bromas cafres del informal y lo dejara Nicole Kidman, en convencernos que actuando es más falso que una moneda de cuero. El desmoronamiento de todos aquellos mitos que lo hicieron grande en Cocktail, Top Gun o Días de Trueno (“peliculones ellas tres”) han ayudado un poco, porque es cierto que ya no nos creemos que es un tío majo, simpático y dicharachero, alto y apuesto, y dispuesto a mostrar sus dotes artísticas.
En cambio tenemos a un actor en el que todas las películas giran casi siempre alrededor de él como salétiles que adoran a un niño jesús. En su última protagonizada y tal como hace suponer tal título, se vuelve a incidir de una forma relativamente cansina en un futuro apocalíptico devastador, por nuestra mala cabeza; un argumento mil veces explotado y con esta la mil uno. Y debate a parte, curiosísimo y digno de investigación profunda, el juego que dan las nuevas tecnologías a la hora de construir escenarios imaginarios y ficciones dispersas para hacer títulos como churros.
En realidad los hilos argumentales son lo de menos, pues en vista del sueño cumplido por más de uno e ilustrado en un cacharro de plástico inteligente hacedor de diabluras, como es un Iphone o un Sansung de última generación; ha ampliado la imaginación del personal hasta límites insospechados (paradójicamente después no se creen cosas más obvias, aunque ese es otro debate).

En esta ocasión la tierra está devastada, como iba diciendo. Y unas patrullas modélicas, felices y sumisas se cuidan de lo que queda de planeta para que en un futuro próximo podamos viajar a otro más lejano a continuar jodiéndolo; uno es Antonio Cruasán y una jamelga que dice ser su mujer.
A todo esto, unos Marcianos están emperraos en destruir el equipamiento que nos facilite ese viaje a la tierra prometida; vamos un dramón cargado de angustia épica y en el que se vive la tensión a cada segundo. Y del que hay una segunda lectura entre líneas y malsana si así se le quiere llamar: ¿Como quieren hacerme creer que el verdadero drama de la peli es que unos entes externos nos quieran fagotizar, así, de buen rollo? Cuando al final la solución para todos nuestros males es clonar hasta cifras incontables a Tom Cruise (nuestro salvador). Pero estamos locos o que??!! En resumen y coñas a parte, obviando que la película es tan previsible, argumentalmente floja, y derrochadora en cuanto a presupuesto y objetivo; encima es malvada al sugerir una solución a nuestro males con la cría en captura de un bicho peor que Alien y Predator juntos, y más peligroso que un político con mayoría absoluta. TOM CRUISES a cascoporro, que horror!!


En cambio, si la ficciones futuristas a lo J.K DICK triposo te desbordan y te saturan... tienes otras alternativas mucho más realistas y contemporáneas: LOS HEROES MEDIÁTICOS!! ay!


PARDIEZ, NO TE FIES JAMÁS DE LOS REPARTOS!! AHORA ME VES!!



Aprovechando me imagino el tirón que tienen en la actualidad los héroes televisivos, como los personajes que copan la parrilla televisiva del orden de: Discobery Channel, concursos varios con famosos, Franks de la Jungla, o viajeros triunfadores donde ver reflejada nuestra miseria humana. ¿Porque no hacer un peli de Magos Superheroes? Algo tan mitificado y arraigado a nuestra infancia como el Circo y la Magia, pero mucho más ambicioso y mediático; vamos, un cocktail tan nuestro como el día a día.
Lo primero que te atrae de la película en cuestión AHORA ME VES, es el reparto/trampa/reclamo que tiene: Morgan Freeman, Michael Caine, Woody Harrelson, o Jesse Eisemberg. Craso error muchacho!! todos sabemos que a día de hoy el reparto no es una garantía fiable de calidad; basta con ver las últimas pelis de Robert de Niro, Dustin Hoffman, o Al Pacino. Después tenemos el argumento, sinopsis o trama: Un grupo de supermagos llamados los cuatro jinetes, ay que me troncho, que retan al FBI a detener una ola de atracos mastodónticos a lo Ocean Eleven, pero con menos gracia e inspiración.


En resumidas cuentas y sintetizando al máximo, el mensaje que se puede extraer es un: “Todo es posible en esta vida nos de dios” y no solo todo es posible, si no que además Morgan Freeman en el papel de especialista de Magos galácticos, te lo argumenta y explica con todo lujo de detalles; lo cual además de certificar la idiotez profunda de los investigadores de FBI e INTERPOL que intentan atraparlos, es que intentan colarnos a Phineas & Ferb en el mismo plano de Stephen Hawkins. Vamos que te da la sensación tras visionarla que además de tomarnos el pelo, lo intentan hacer con raciocinio y argumentando lo inaudito como algo brillante, inteligente y lúcido (que no lúdico). Casi tan surrealistas como las ruedas de prensa del PP.
Así que el verdadero peligro, horror y chulería de “Ahora me Ves”, no es el guión vacío e insustancial, el desarrollo de la historia sin pies ni cabeza, o el desenlace inventado sobre la marcha. Lo que la hace si cabe, aun más terriblemente peligrosa que Oblivion para unos infantes indefensos. Es que ni siquiera se toma la molestia de situarnos en la tan recurrente Ciencia Ficción futurista para legitimar el “todo vale”, no. Es que encima nos quieren vender lo inverosímil con verosímil; lo cual no me extraña viendo como en la actualidad, la realidad supera con creces la ficción y el surrealismo.



Y no es que tenga nada en contra de la ligereza del entretenimiento como principal objetivo del séptimo arte, no por favor!! Que creo que todos somos lo suficientemente adultos como para admitir que independientemente de nuestros gustos o preferencias, no todo es cine de autor, y la ciencia ficción, la comedia, o el bizarrismo como cualquier otro género , no tienen que estar exentos de calidad, brillantez, y originalidad. El caso es que de un tiempo para acá y con la excusas de explotar las grandes posibilidades que nos da la tecnología al ver cumplido nuestro sueño de tener un cine en casa, ya saben: Pantallas planas de tropecientas pulgadas, sistemas de sonido capaces de poner al vecindario a 7 grados en la escala de Richter, y gafas 3D para sentir el aliento en el cogote del protagonista. Hemos hipotecado la verdadera magia del cine, a costa de cegarnos con espectaculares montajes y efectos digitales sin parangón.



Puede que esta sea la verdadera salvación de los multicines dominantes, en detrimento de las pequeñas salas. O que valga más la pena una buena ficción que la cruda realidad para evadirnos con opiáceos, al fin y al cabo ya lo dice la propia palabra ENTRETENIMIENTO.

Por suerte y aunque uno crea que todo se inunda con oleadas como corrientes marinas que arrastra la marea, no siempre es así. De echo tampoco es que con el paso de los años halla cambiado tanto todo como para andar renegando del futuro y echando de menos el pasado. Ver mierda no es malo, no señor; siempre y cuando uno sea consciente de que es mierda y la acepte con más agrado que resignación. Tampoco es razonable escudarse en los niños, los abuelos, o los compañeros de trabajo (si lo tenemos) a los que no podemos explicar lo que nos gusta (no nos entienden); ni se lo tomen al pie de la letra o se sientan atacados. Todos estamos rodeados de mierda, convivimos con ella, nos la comemos; y además gustosamente, aunque sea por cualquier excusa.
Pero piensen en ellos pobres criaturas indefensas que adoptan los slogans publicitarios como vocabulario habitual. Piensen en sus cerebritos aun mullidos y permeables, sobretodo piense que crecerán; que ahora son más o menos maleables, pero cuando cumplan 16 y midan metro ochenta posiblemente acaben por convertirse en la raza dominadora. Que ahora ya no se emancipan hasta los treinta y largos, poca broma.

LOS DESCENDIENTES


Si es menester se les obliga y punto, ¿que no pueden compartir juegos con sus compañeros de clase y se convierten en marginales? Nooo_paaasa_ná!!, más vale raro que lelo.
Yo por mi parte me permito la licencia de recomendar dos películas, que como mínimo pueden servir para equilibrar la balanza. No es que sea dos peliculones ni que halla que estudiar un master, aislarse del mundo, o ser raro raro raruno. Con ser un poco curioso basta. Una se estrenó el pasado año y está dirigida por Alexander Payne ( Entre Copas, entre otras): LOS DESCENDIENTES
Protagonizada por George Clooney y donde participa también como actor secundario el hermano de Jeff Bridges, Lloyd Vernet Bridges (detalle chorra pero...). Esta cinta que pasó de puntillas y sin hacer apenas ruido; quizás por la saturación extenuante del prolífico actor, o quien sabe si por lo injustas y dañinas que son las breves sinopsis. Y que se hace de querer sobretodo, por lo entrañable del personaje que interpreta George: Un padre bobo que se halla en ese difícil momento en el que, todo parece superarle: Su matrimonio, sus hijos, su familia en general, e incluso su valentía como persona adulta que se enfrenta a si mismo.
La película modo historia cotidiana, y con la que es fácil sentirse familiarizado, hace equilibrio entre la comedia y la compasión por el protagonista. Y tiene como gran mérito precisamente eso: El saber mantener con naturalidad ese equilibrio entre lo trágico y lo cómico, sin caer en la comedia ñoña ni en la frívola; más bien en un humor negro que tenemos muy por la mano cada día.
En realidad la película comparte con su antecesora “Entre Copas”, esa fascinación por las paradojas de la vida, y lo putas que pueden llegar a ser; aunque sean ambas dos historias diferentes en contexto y argumento, con más sustancia de lo que a primera vista parece. Un retrato de las personas y de los dilemas en que nos propone la vida a base de exigencias y responsabilidades, que normalmente da mucho más juego que la ficción si como yo, soy de los que alucináis con la fauna humana y nuestra complejidad. Que digo yo también, que igual no es una cuestión de calidades de cine como pienso, si no de una obsesión enfermiza mía de boyeur y del psicoanálisis de lo propio y lo ajeno.


Y para acabar con este examen de conciencia sin querer juzgar, apuntillar ni separar por castas, finalizo con una novedad; creo que es la primera vez que escribo sobre algo que aparqué hace meses.
THE PLACE BEYOND THE PINES o lo que es lo mismo, CRUCE DE CAMINOS; y dejemos al margen los carajillos y las setas alucinógenas que rigen el criterio de quien decide adaptar los títulos al Castellano. Yo prefiero llamarla por el primero, que fue por el que la conocí meses antes de llegara a las carteleras de nuestro santo país: The Place Beyond the Pines, título cabrón donde los halla sobretodo si se la queremos recomendar a un amigo.
Esta cinta poliédrica donde los callejones de la historia nos llevan a infinidad de escenarios diferentes y de la que poco más se puede decir, sin desvelar la gracia en si de la misma: Que se agradece hasta el gimoteo encontrar cada año bisiesto, una película donde la construcción de un argumento supere con creces la de los actores. Donde el director nos pasee por dos escenarios diferentes sin apenas alterar el mismo, y además nos de pie a reflexionar.
Tan solo decir, véanla. Y no dejen de estar en guardia ante los verdaderos peligros de esta vida. Los que nos condicionan hasta límites de servilismo, y que construyen nuestros paisajes propios en paraísos artificiales donde todo es tan normal que asusta.

miércoles, 20 de febrero de 2013

THE CABIN IN THE WOODS_2011 (La Cabaña en el Bosque): TERROR BRUTO Y MALSANO!!



Género: Terror socarrón
Nacionalidad: EE UU
Metraje: 105 Min
Director: Drew Goddard
Guión: Drew Goddard & Joss Whedon
Música: David Julyan
Fotografía:Peter Deming
Reparto: Kristen Connolly , Chris Hemsworth , Fran Kranz , Richard Jenkins , Bradley Whitford , Anna Hutchinson , Jesse Williams , Amy Acker , Brian White y... muchos más.



Como un chaparrón que golpea tu cabeza mientras conduces a toda velocidad sobre tu motocicleta sin casco. Como un bofetón de una señora ofendida ante tu piropo soez y machista , saliendo de lo más adentro de tu otro yo. La misma sensación de ver como un transeúnte se rompe la crisma contra una farola , o la tuya misma; cuando te dejas la nariz en el marco de la puerta y gimiendo de dolor se te escapa una risa contagiosa.
A estas alturas de la historia , sentarse ante una gran pantalla y dejarse pellizcar las partes pudentes de la moral , se me antoja el más sano y sensato de los ejercicios: Como un orgasmo inesperado e impertinente , si es en público mucho mejor ¿mucho? No , muchísimo.

Si algo me ha enseñado mi infancia pisoteando descampados del extraradio Barcelonés y mi trabajo; fruto de la subsistencia creativa de hombre de provecho. En una búsqueda continua de unos garbanzos Piedrosillanos que se convirtieran en sustento alimentario , y ya de paso como emolumento para mis vicios varios. Cojo aire.... Es que todo se aprovecha , todo se absorbe , se digiere y se defeca , todo absolutamente. Y lo mismo da que uno quiera formar parte del espécimen “Choni” en el que posiblemente se conviertan muchos de tus amigos de infancia , ser un “cultivadillo” sin llegar a ser pedante , o quiera uno ser un post modernete a los ojos de Dios.
Porque al final es tan necesario remangarse los pantalones y gozar de lado más mundano y primario de la vida , como fruncir el ceño y mirar en nuestro interior para buscar esas respuestas que jamás se deben preguntar en público; solo en la intimidad , o con otros congéneres igual de inquietos que nosotros.

The Cabin in the Woods es una sabia enseñanza para aquellos que están sumidos en la desesperanza , de que el cine de nuestros días , jamás va a volver a despertar en nosotros ese tintineo vidrioso de los ojos que nos despertó el cine espartano pero imaginativo de nuestra adolescencia. Esa manera de hacer las cosas que suplía grandes presupuestos con mucha imaginación y osadía.
Es evidente que en el cine , como en la mayoría de las artes escénicas todo parece estar inventado , y que los avances tecnológicos puestos al servicio de la industria del entretenimiento solo parecen conocer el camino de la espectacularidad: Grandes pantallas , formatos que miden la calidad por la cantidad de píxeles e imágenes por segundo , 3D , 4D y... que se yo. No se yo si el cuerpo está diseñado para recibir tanta información , o el objetivo es acabar conectándonos vía clavija al entramado de cables de una multisala.

Drew Goddard y Josh Whedon desde luego no han buscado ese camino tan socorrido para sazonar géneros tan manidos como el Terror , la Ciencia Ficción y la Comedia. Y no se les ha ocurrido mejor forma , que hacer a propósito lo que otros hacen quizás por torpeza o por subestimar al público que espera pasar un buen rato ante la pantalla. Estos dos personajes han llevado tan lejos como les permite su cinismo y los clichés más trillados del cine; tanto , como para hacer de la parodia algo ingenioso , entretenido , disparatado , e incluso sorprendente.
Para ello no han necesitado mucho presupuesto que se diga , hay efectos , es cierto , pero la mayoría son efectos efectistas , los justos y precisos. Otra muestra más de que a veces se nos va de las manos la logística , y nos cegamos olvidando el mensaje preciso.


Empecemos por el cartel de la película en cuestión: Algo que queramos o no y junto a la sinopsis , me suele  hacer decidir si vale la pena dedicar una hora y pico de mi vida a ver una película. Sobretodo si se trata de un género como el de terror que junto a al de la comedia suelo coger con pinzas. Y es que en la actualidad , a parte de que son películas a las que no les busco ni el susto ni la carcajada fácil; normalmente son pocas las que consiguen ese resultado , sin caer en una repetición constante de un puñado de mitos cinematográficos.

El cartel da miedo , pero un miedo a repetir por enésima vez la misma historia floja de siempre. Si nos fijamos con atención o si hemos sido de los valientes que han soportado la primera media hora de película , es cuando entonces el cartel cobra una relevancia vital.
Estamos ante un cubo de rubik donde nada es lo que parece; ni lo más obvio , ni el lugar hasta donde pretenden los directores llevarnos: Un camino lleno de obstáculos para valientes , que nos pondrá a prueba sobre ,  ¿que es lo que buscamos en una película de terror nada al uso? ¿la ironía , el homenaje , la desmitificación , o simplemente nos gusta que jueguen con nosotros como con los protagonistas? Vualá!! No se detengan en el trailer porque se queda muy corto , ya saben , de esas cosas que no se explican , se ven.



Cinco frívolos jóvenes: Desenfadados , ingenuos y un pelín tontunos , deciden ir a pasar el fin de semana a una casa perdida en un paraje inhóspito.
  1. Primer cliché explotado hasta la saciedad por aquellos clásicos del terror de ahora y de siempre.
El perfil de estos cinco jóvenes no hace otra cosa que realzar el prototipo de personaje. A quien si no se le puede ocurrir largarse el fin de semana a una casa perdida en el bosque; sobretodo si forma parte del reparto de una película y el primer tipo que se encuentran en aquellos parajes es un tipo con cara de granjero psicópata. Tate , que aquí se masca la tragedia.
    2. Como es habitual , el quinteto está formado por un guaperas del género “vaaa que no pasa naaaada”. Una novia calenturienta que cree que esta a salvo entre los brazos de su noviete. El amigo (guapo también) , extrañamente más sensible que el resto. Una amiga que va obligada por el resto , introvertida , maquillada para parecer fea , y sosa muy sosa. Y finalmente el aguanta velas: Feo , fumeta , y aparentemente el más tonto de todos. Vamos , el perfecto anti héroe.



Hasta ahí la película transcurre como una de tantas películas malas a rabiar. De echo , no hay primer plano que no se ajuste a ese tipo de película predecible en el más amplio de la palabra; si bien es cierto que recuerda ligeramente a HOSTEL: Aquella película en la Quentin Tarantino explotaba su lado más revivalista y gamberro aludiendo al cine de Terror ochentero , y descargando su sadismo e hiperealismo más brutal. The Cabin in the Woods por el contrario , no escatima en los recursos más vetustos para introducirnos intencionadamente en una linea argumental y escénica con un humor negro grotesco , que sin ningún tipo de vergüenza y con mucha ironía , intenta parodiar al cine de entretenimiento con una crueldad hasta cierto punto simpática.
Por eso cuando ocurre lo inevitable y los despreocupados muchachos descubren que todo es una encerrona cruel y despiadada. El horror , el suspense y el miedo acaba por convertirse en un cúmulo de despropósitos que deja al espectador con cara de desconcierto , se escapa una sonrisa maliciosa , y aumenta la curiosidad por descubrir en que acaba tal barbarie.



Cabin in the Woods o La cabaña en el bosque , como cada uno quiera llamarla. Es ante todo una visión esperpéntica de los clásicos de terror , donde se mezclan géneros (ciencia ficción , cine apocalíptico , comedia , cine fantástico oriental y alguna cosa más que se me ha escapado seguro). Sin embargo y aunque pudiera tener ciertos rasgos del cine de serie B , la película está maravillosamente construida y juega con mucho tino en esa delgada línea que separa lo malo hecho a propósito , la crítica , la mofa; de una escabrosa manera de aparentar ser correctos y cínicamente generosos para el complaciente público.
Nada más lejos ya que cuando todo parece estar ventilado , y todos nos estamos preguntando: Joder!! ¿y ahora que? ¿Ya está? Vaya una mierda... acento incisivo sobre la i para enfatizar nuestro desacuerdo.
Bueno señores , como decía el odioso Porky al final de cada capítulo: - No nonó , no se vayan todavía aún hay más!!
Lo mejor está por venir ya que la película en cuestión gira 180 grados y revierte la tortilla. Se descubre el “mojo” de la misma y coge una velocidad cual vagoneta en una profunda mina , interminable y subterranea. Como es evidente no os voy a dar más detalles , no soy tan cabroncete y espero que como mínimo os halla dejado con la mosca detrás de la oreja.
Solo añadir que es una gozada , y a mi me hizo disfrutar como un ganso. Incluso yendo más lejos , puede que algún aburrido y descerebrado como yo pueda extraer alguna doble lectura de total actualidad. Ya saben... el cazador cazado , los castigos divinos , la ambición , el egoísmo , las dudas existenciales que nos depara la vida...


miércoles, 30 de enero de 2013

DIAMOND FLASH_2011 ¿TRUCO O TRATO?



Género: Intriga experimental
Director: Carlos Vermut
Reparto: Ángela Boix , Miquel Insua , Klaus , Rocío León , Eva Llorach , Victoria Radonic , Ángela Villar , Petra del Rey , Alva Guerrero , Miquel Noguera , Javier Botet.


Si el estilo con el que se maneja tras la cámara Daniel Vermut no existiera debería inventarse , tomarse como guía , e impartirse en las escuelas. No crean que con estas tres florituras pretendo alzar al Madrileño como el nuevo portador de la imaginación llevada al cine , que va; la historia nos ha enseñado a ser unos descreídos , y yo soy el primero que reniego totalmente de aquello que tan orgullosos nos hacía sentir antaño , EL CULTO.
De aquello que se calificaba así a bote pronto , como algo a lo que se abrazaban todos aquellos que huían de lo comercial: Música de culto , cine de culto o cualquier cosa a la que no se le puede encontrar un atractivo popular , y sí algo más profundo o trascendental. Pero como iba diciendo , me gustaría dejar a un lado cualquier intento de argumentar su opera prima como algo a lo que tan solo pueden tener acceso suicidas y cinéfilos filotécnicos , porque de todos es sabido que cuando más trascendencia metafísica se le dan a las cosas más cree la gente que se trata de una pose “raruna” , ya saben: Ser raro y moderno , aunque solo sea por estar en un plano superior al resto de mortales ¿por creencias? No , por estética.
EQUIPO!!

Por eso desde aquí y ya queremos romper una lanza , ni por los postmodernos , ni por los vanguardistas no!! Solo romperemos una lanza y nuestros morros si hace falta por los soñadores y buscadores de poesía en vertederos de realidad. No se trata de imaginar un mundo mejor mientras el sistema nos sodomiza como un mal hábito y peor praxis; pero sí buscar en cualquier caso nuestro escenario particular para sentirnos mínimamente vivos.
DIAMOND FLASH al margen de que para muchos es tan solo un film autocomplaciente; en el que un joven director como Carlos Vermut solo se preocupa de satisfacer su idea de una película , dejando al espectador abandonado a la suerte de sus desvaríos y metáforas. Yo sin embargo lo veo de una manera bien distinta , y creo incluso que su idea de crear cine obedece a algo así como la huida de la cadena de montaje de una gran Corporación. Para establecer un pequeño taller autónomo , donde usar el muelle resorte y despertarnos así la curiosidad perdida por investigar , inventar , y crear nuestra propia historia a nuestro antojo.
Carlos podría haber usado los mismos trucos y artimañas sutiles para captar la atención del espectador como aquel burro que le ponen la zanahoria ante los morros. Pero claro , tratándose de su primer largometraje , con poco dinero , y muchas ideas para las que aun no se ha descubierto una ciencia o técnica que las escenifique en una gran pantalla; tan solo quedaba retroceder en tiempo y buscar aquellas herramientas que tan buenos resultados dio al Teatro , al cine mudo , o a las performances vanguardistas de tiempos pasados.
Quizás es que con los años y la barbaridad de despliegue técnico que se usa para confeccionar un producto de entretenimiento. Hemos perdido lo más importante , que es la facultad de crear con nuestra mente e imaginación lo que la técnica es incapaz de hacer (eso que tiene la literatura y carece la imagen).

DIAMOND FLASH es una película sobre la que cualquier dato , pista o consigna representa una pérdida de tiempo absoluta. Porque su verdadero tesoro oculto trabaja con unos aspectos técnicos bizarros , para que sea la estética , la interpretación , y los rostros expresivos de sus protagonistas los que nos absorban e hipnoticen. Para ello sin duda debemos tener curiosidad , una curiosidad paciente. Saber leer entre líneas sin focalizar nuestra atención solo en la lógica. Y dejar de un lado cualquier viejo vestigio y forma tradicional de crear una historia con: Introducción , trama y desenlace. Solo así seremos capaces de penetrar en este pequeño experimento de tintes suicidas.




Carlos sabe del abandono de público que sufre el cine libertario , cuando las salas comerciales ya hace años que han perdido la valentía por apostar un cine de tintes surrealistas y el que se escarba en el trastero de nuestra mente. En ese aspecto el sabe que su juventud legitima esa decisión ¿cuando si no? Si sus primeros cortos fueron la antesala perfecta para esbozar los primeros bocetos de una idea.
DIAMOND FLASH comienza con una las historias cortas que componen la película. Son historias cortas que guardan entre si una relación estrecha y que colocan la desaparición de una niña llamada Julia como el eje de la historia. Sin embargo la historia de la desaparecida Julia , tan solo es una excusa para desarrollar la trama llena de interrogantes en torno a unos personajes que de alguna manera se ven ilustrados en el simbóloco personaje de Diamon Flash: Un antihéroe que vive en nuestro subconsciente como un parásito dependiente de nuestros fantasmas y miedos internos.




Desde la madre desconsolada y poco creíble , el inspector sin ambición , la secuestradora demente , la joven temerosa por sus relaciones , la amiga incrédula , la relación de amor lésbico trascendental , o el enigmático personaje de la matriarca y Enriqueta que busca desesperadamente alguien que le haga reír.
Todos ellos forman un extraño universo en el que un misterio latente sobrevuela durante toda la película. Donde los cambios de planos son abruptos , los detalles cargados de simbolismo y estética son constantes , y donde se reniega de manera salvaje de cualquier dependencia de los preceptos comerciales de una película. Seguramente sabiendo que esta manera de expresar , esta de espaldas a cualquier canal comercial al uso.
Sin embargo y aunque la película desconcierte por momentos en cada escena , toda ella tiene algo imperceptible que la hace hipnótica y perturbadora: La expresión de una extraña belleza de sus personajes , los planos sostenidos de una estética Griega como la de aquellas películas de Paul Morrissey o Jean Cocteau , o la extraña sensación de algo esta apunto de suceder constantemente. Al margen de cualquier especulación sobre sus contenido , el mensaje , o las diferentes hipótesis sobre la moraleja final. La película es desde luego un fascinante viaje a nuestro subconsciente y a la libertad creativa , tanto del que crea como del que observa para luego desarrollar a su antojo una historia con las herramientas básicas. Pura indisciplina creativa en toda regla tan necesaria en los tiempos que corren , el que al final sea un caramelo de nuestro gusto me imagino que dependerá mucho de las ganas que tengamos de abandonar el paraguas de nuestro tan bien impuesto inmovilismo , aunque no tengo porqué tener razón. Espero...


martes, 4 de diciembre de 2012

4:44 LAST DAY ON THE EARTH _ by Abel Ferrara



Año:2011
Drama existencial
Reparto: Willem Dafoe , Shanyn Leigh , Natasha Lyonne , Paul Hipp , Paz de la Huerta.
Música: Fats Domino
Fotografía: Ken Kelsch
Guión: Abel Ferrara


Desde que el hombre es hombre y la injerencia de éste siempre ha sido sometida a un juicio sumarísimo. La raza humana auspiciada por cada una de las religiones , siempre ha debido rendir cuentas de sus actos; la mayoría de las veces a un inevitable final en el que la humanidad como tal , debía desaparecer de manera inexorable a ser posible padeciendo un sufrimiento implacable.
En la actualidad , con la crisis económica y moral ilustrando cualquier debate del porqué de nuestra existencia. Ya no son nuestros dioses los que nos barruntan un final inminente , si no que es la conciencia de nuestros actos la que nos desprovee de la legitimidad de los mismos.

Acaso era este el final que nos deparaban los Mayas o Nostradamus?
En cualquier caso y dejando de lado la manía de lo humano a recurrir a lo divino para castigar nuestros despropósitos humanos. La elección de esta película a 15 días vista del presunto final del mundo , no tiene nada de oportunismo alarmista; de echo fueron días después de visionarla , cuando llegaron a mis oídos tales profecías. Porque ¿acaso es el propio fin de nuestra existencia el problema en cuestión? Apuesto a que no. Hay cosas mucho más determinantes en la historia , para vernos donde nos vemos. Estoy seguro que ABEL FERRARA también estará de acuerdo conmigo. Hablemos mejor pues de aquello que nos importa: El lenguaje de los gestos y de la cámara.



El pasado 2011 volvimos a tener noticias del director Italo-Americano afincado en Nueva York: “El Rey de Nueva York/1990” , “Bad Liutenant/1992” o “The Addiction/1995” .
La trayectoria de este oriundo de los bajos fondos ha estado marcada constantemente por su referencia cultural en el barrio del Bronx , donde se crió: De su procedencia Italiana e Irlandesa , y de todo lo que representan los suburbios de la capital Estadounidense.
Cuando uno lo que quería era meterse en las tripas de la ciudad recurría a Abel y a su mirada de matarife; solo así tenías la certeza de ver la ciudad tal y como te la describirían Lou Reed o Andy Warhol en aquellos sesenta , con la imagen menos amable y poéticamente subterránea: Violencia , corrupción , drogas , demonios humanos , oscuridad; el averno y las calderas de la ciudad , en una simple cinta de celuloide.
Pero en esta ocasión Abel Ferrara deja de lado las sangrantes estampas de la ciudad , para pausar su carrera en un profundo suspiro ¿de desconsuelo quizás? Nos muestra a un artista observador en la quietud del silencio , cuando su protagonismo polémico ha tocado fondo; con menos recursos , editando en digital y focalizando su historia entre cuatro paredes. Los olvidados del cine hiriente y transgresor , ya se sabe.



4:44 LAST DAY ON THE EARTH tal y como reza el título de su última cinta nos sitúa en un escenario mil veces imaginado: La soledad del ser ante un momento imaginado hasta la saciedad.
En su fin del mundo no hay Bruce Willis salvador , Alienígenas ejerciendo de jueces , ni monstruos creados por nuestra irresponsabilidad. No , en su fin del mundo solo hay soledad y sosiego; una momento que no se cuenta si no que se medita.
Para muchos que han visionado la cinta , hablan de pedantería cuando lo que se espera es que el cine sea un elemento visual que nos lleve de la mano a terrenos apocalípticos y futuristas. Quizás sea esa la frontera que divide al entretenimiento de hoy día cuando nos disponemos a ver algo que nos entretenga , aburridos como estamos de detenernos a discurrir con nuestra imaginación reflexiva.
Puede que sea así , que el arte sea tan intuitivo como el software actual. Que todo sea práctico y busque la comodidad , la evolución sin mirada atrás , o la épica para ver con los sentidos lo que el ojo ya no es capaz de ver.
Pero dejando al margen los que nos hace a los espectadores diferentes en cuanto al concepto y al gusto. Sí que sería conveniente no separar por castas el echo de que lo subliminal y lo obvio sea tan distante entre si como para tachar de mierda aquello que nos aburre. Yo soy el primero que preciso de una predisposición para ver según que tipo de cine , al igual que la música , la comida y hasta el sexo necesita de un climax.

Para mi 4:44 Last Day on the earth representa la desnudez del autor como máxima expresión. Cansado quizás de bajar al infierno de la ciudad , aquí lo encuentra en la superficie del palpitar cotidiano. Y Abel parece querer vestirse de CISCO (el protagonista) para escupir a la sociedad de nuestros días con un leve susurro; principalmente porque nos dibuja tal y como somos ahora: Sedentarios , perezosos y resignados. Las escenas de irracional pánico son sustituidas por comportamientos sumisos ante un final implacable: Han desaparecido los debates de nuestro destino , la solución a nuestros problemas o el aislamiento espiritual de nuestra era de la comunicación.
Todo es tan placidamente perturbador que incluso me parece una de las formas más crueles de representar el final de todo tal y como lo conocemos: Se ve a Al Gore en el televisor exponiendo sus teorías , a un moje Budista alentándonos a la desaparición , y al presentador de las noticias narrando , el como de repente la gente a tenido la necesidad de abrazarse antes de poner fin a su existencia.

En el apartamento de los protagonistas del film se sucede una ilustración perfecta del momento: Por un lado toda la información bombardeando el apartamento en el ático , y por otro los cuerpos vacíos de los inquilinos: La espiritualidad de Shanyn Leigh encarnando a Sky: Una artista vanguardista Budista totalmente abstraída del trascendente momento; contrasta con su pareja Willem Dafoe (Cisco) , inconforme con la situación. Su inconformidad sin embargo fustiga sin piedad , no a los culpables de la situación si no al ser como un frágil elemento de decoración. En la interpretación de Willem se pueden incluso entrever algunas pistas que nos pueden llevar a suponer que Abel Ferrara está como persona , muy presente en la obra: El pasado turbio , las drogas , las rupturas o la violencia explícita que sustituye por una exposición poética , que parece reivindicar la ruptura generacional que vive el arte en nuestros días.

De esta manera transcurren las horas testimoniales de la cinta en cuestión. Se suceden momentos contemplativos ante el rumor de las calles , en una aparente e incómoda tranquilidad cotidiana. Podemos ver a un Abel Ferrara filmar desnudo la realidad natural de la que huimos constantemente: Caricias , gestos , el erotismo de dos cuerpos lenta y pausadamente mientras los vecinos se suicidan . Y una tensión latente ante un desenlace tan natural como la desdicha de nuestra existencia y de nuestras relaciones; no es un final dramático ni mucho menos , es un final real en el que la ciencia avanzada que controlamos solo nos permite reafirmar nuestro nicho y nuestra mortaja. En realidad , las sensaciones que me transmite esta película van muy ligadas a la experiencia de la muerte y al trauma inequívoco de asumir la misma como la desaparición de la persona. El tener conciencia exacta de que todo lo que significan nuestros recuerdos como un esqueleto que forma nuestra persona van a desaparecer. Y que con ellos , amigos , familia , pensamientos y personas que hasta entonces eran anónimas , recobran su protagonismo para perecer en unos instantes.
Sin embargo el director es capaz de plasmarnos todo eso y mucho más en un exposición romántica de la naturaleza humana. Algo inédito en el cineasta neoyorquino teniendo en cuenta que la carrera de Abel Ferrara siempre nos ha trasladado a realidades tan oscuras y subterráneas que fácilmente eran asociadas con un mundo irreal y morbosamente atractivo.
Y yendo más allá se podría afirmar que en la dejadez natural de filmar un momento tan concreto como las últimas horas en la faz de la tierra , o el convertir a Willem Dafoe en su alter ego más reflexivo e instintivo a la vez. Parecen oírse flotar en el ambiente los gritos apagados de un cine ahogado por su inexistencia en las carteleras de esos gigantescos y modernos multicines. Donde el 3D , las producciones de ficción irreal , o aquellas donde las personas interactúan con la tecnología , queriendo secuestrarnos a un sitio donde las desgracias tienen siempre un final feliz , nos aleja peligrosamente de nuestra naturaleza reflexiva. Seguramente no nos cercioramos de que PHILIP K. DICK , ASIMOV , KATSUHIRO OTOMO , STANLEY KUBRICK o HAYAO MIYAZAKI en sus magníficas obras , ya nos mostraban dramas existenciales , aunque fueran recubiertos por un halo metalizado y de fábula. La decadencia tiene lecturas a menudo directamente asociadas a la evolución de raza humana , solo hay que saber discernirlas y contextualizarlas.





 4:44 Last Day on the earth es tanto o más transgresora que el resto de su filmografía. Cuando lo que se pide al espectador es que asuma un día apocalíptico , como una realidad romántica en la que lo verdaderamente importante no es el echo de que se acabe el mundo , si no que nos descubramos como frágiles seres que tan solo necesitan amor; amor carnal , cálido y real.